Final Fantasy XVI, una referencia técnica para PlayStation 5 tan colosal como un Eikon

Si uno va a la enciclopedia a buscar la palabra "épico", le sale una imagen a todo color de Final Fantasy XVI, la nueva entrega de la mítica saga de rol de Square Enix. Al haber sido diseñado en exclusiva para PlayStation 5, el juego, cuyo sentido del espectáculo es inenarrable, se ha convertido en un referente audiovisual inmediato.

Casi desde que el mundo es mundo, esta serie ha sacado el máximo partido a todas las consolas en las que ha ido apareciendo, y esta nueva entrega, por pura evolución del hardware, puede presumir de ser la más impresionante que se haya hecho nunca. Si estás buscando un juego con el que exprimir al máximo la potencia de tu flamante PS5, ésta debe ser tu opción.

Valisthea, qué hermosa eres

Por encima de todo, hay que destacar los gráficos del juego, que combinan el fotorrealismo y la fantasía medieval de una manera única. Si ya comparamos al juego en lo narrativo con Juego de Tronos, no sería descabellado hacerlo también en lo visual, pues todo su metraje podría pasar perfectamente por un episodio de la brillante serie de HBO.

Valiéndose de la memoria y del SSD de PS5, el equipo de desarrollo liderado por Naoki Yoshida ha creado una experiencia cinematográfica en la que tanto los personajes como los escenarios brillan con luz propia, merced a unos modelados tremendamente detallados, a unas animaciones muy cuidadas y a unos contrastes únicos de iluminación y sombras.

Las más de diez horas de escenas que hilan el cuidado argumento son un auténtico show. Aunque parezcan vídeos, están renderizadas con el motor del juego y las transiciones para devolvernos el control de Clive están tremendamente cuidadas. No en vano, también los momentos de jugabilidad son un deleite continuo, especialmente cuando se entra en combate y la pantalla se llena de efectos especiales.

El espectáculo sube de nivel, particularmente, cuando hacen acto de presencia los Eikons. El diseño de las criaturas es brutal de por sí, pero además  dan pie incluso a cambios en la jugabilidad y en el tipo de planos que se ofrecen. De repente, puedes sentirte como si estuvieras disfrutando de un juego de lucha con combatientes del tamaño de Godzilla o del matamarcianos más espectacular de la historia.

A todo ello contribuye una dirección artística que quita el sentido. El continente de Valisthea está conformado por seis reinos cuyos paisajes y ciudades nos ofrecen una amplia variedad de diseños y culturas, y las estampas, siempre con los Cristales Madre como telón de fondo, son las de las que cuesta olvidar.

Música para los oídos 

Otro aspecto crucial de Final Fantasy XVI que hay que destacar es el del sonido. La banda sonora contribuye decisivamente a que la historia sea tremendamente épica y cale hondo.

Hay que reconocer el impresionante trabajo que ha realizado Masayoshi Soken con la banda sonora. El compositor japonés ha planteado una combinación de melodías clásicas y modernas que marca con maestría el tempo y los altibajos emocionales del apasionante viaje de venganza de Clive Rosfield.

El sentido del tacto también juega

Finalmente, el hecho de haber sido desarrollado con PlayStation 5 en mente se ha traducido también en un gran aprovechamiento del DualSense. El mando de la consola provee algunas sensaciones que están estrechamente vinculadas tanto a las escenas de vídeo como, en especial, a la jugabilidad.

Por un lado, los gatillos adaptativos se han utilizado para simular el esfuerzo y la dureza de algunas acciones. Por ejemplo, si Clive tiene que empujar un portón o elevar algún objeto, notarás cómo el gatillo se resiste al avance, como consecuencia del peso.

Por otro, la vibración háptica se ha aprovechado para acompañar numerosas sensaciones, tanto a la hora de explorar como a la hora de combatir. El simple hecho de montar en Chocobo y sentir la brisa genera un tipo de vibración. Y, desde luego, los combos que Clive y los Eikons ejecutan durante las trifulcas se dejan notar en las yemas de los dedos.

Todos esos recursos técnicos, impulsados gracias al hardware de PS5, hacen que Final Fantasy XVI sea una experiencia tan espectacular como inmersiva. A veces, pensarás que los Eikons están a punto de salirse de la pantalla; otras, las melodías de la banda sonora te pondrán al borde del llanto. Todo el entramado técnico, visual y sonoro está puesto al servicio de la épica y la emotividad.

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