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Análisis de Final Fantasy XVI: el mejor RPG resurge de las cenizas

Final Fantasy XVI

De las cenizas fruto del abrasador choque entre Ifrit y Fénix surge nuestro análisis de Final Fantasy XVI, la última entrega para PS5 de la legendaria saga de Square Enix. Apostando por la acción y con un tono mucho más oscuro, FFXVI pretende recuperar el trono de los RPG. ¿Lo habrá conseguido?

Desde que Final Fantasy XVI fue anunciado, muchos han cuestionado que este nuevo juego pertenezca a la legendaria saga RPG de Square Enix. Y los motivos saltan a la vista: es la primera entrega que presenta un sistema de combate de acción pura y dura, sin medias tintas ni experimentos. Aquí no hay turnos; hay combos locos a lo Devil May Cry.

Además de esto, que ya es bastante rompedor, Final Fantasy XVI tiene un tono que se aleja de la ciencia ficción fantástica con estilo japonés, y se acerca a la fantasía épica occidental. Y, más concretamente, tiene un tono muy similar al de Juego de Tronos: aquí hay intrigas políticas, conflictos bélicos y tramas familiares, pero también palabrotas, sangre y sexo. 

De esta manera, rompiendo con las tradiciones, Creative Business Unit III, el equipo de Square Enix capitaneado por Naoki Yoshida y responsable del resurgir de Final Fantasy XIV, pretende encauzar la saga tras los tropiezos de los últimos años. Y lo cierto es que viendo los nombres que hay tras el proyecto, era difícil no estar emocionados ante este nuevo Final Fantasy (y nunca mejor dicho).

Pero es inevitable preguntarse... ¿Qué convierte a un Final Fantasy en Final Fantasy? ¿Son los cristales? ¿Las invocaciones? ¿Los chocobos? ¿Los moguris? ¿El Preludio de Nobuo Uematsu sonando en el menú principal? ¿O son los combates por turnos? Tras haber jugado a Final Fantasy XVI, creemos que tenemos la respuesta.

El análisis de Final Fantasy XVI para PS5 de HobbyConsolas:

Jugabilidad y gameplay de Final Fantasy XVI en PS5

Final Fantasy XVI nos lleva hasta Valisthea, un mundo en el que la magia se ha convertido en un elemento indispensable en la vida de las personas. Repartidas por las regiones gemelas que componen el territorio, se elevan cinco inmensas acumulaciones cristalinas que permiten conjurar magia más poderosa de lo normal. 

Por ese motivo, los reinos de Valisthea viven en un conflicto constante por el control de estos Cristales Madre. Para librar las batallas, los ejércitos de cada nación cuentan en su filas con dominantes: personas con la capacidad de transformarse en colosales criaturas conocidas como Eikon.

La historia nos pone en el papel de Clive Rosfield, primogénito del archiduque de Rosaria y hermano del pequeño Joshua, el dominante del Fénix.

Y para comenzar este análisis de FFXVI, vamos a empezar hablando de uno de los puntos clave: el sistema de combate. Nosotros controlamos a Clive y sólo a Clive; en algunos puntos de la aventura se unen otros miembros al grupo, pero actúan por su cuenta y no es posible darles órdenes.

Fial Fantasy XVI

Como decíamos antes, el sistema de combate es pura acción: todo se desarrolla en tiempo real y con un ritmo frenético. Hay espadazos, disparos mágicos a distancia (que no consumen maná), ataques cargados, combos terrestres y aéreos, esquivas, parrys... Incluso podemos incorporar los ataques de Torgal, el fiel acompañante canino de Clive, al resto de movimientos.

Pero la verdadera gracia del sistema de combate son los eikon. Al progresar en la aventura, obtenemos el poder de estas míticas invocaciones, lo que nos permite usar su destreza única asociada (con el botón círculo) y varias habilidades con diferentes efectos que cuentan con un pequeño tiempo de recarga. 

Se podría decir que cada eikon propone un estilo de juego diferente. Por ejemplo, Garuda, el eikon del viento, cuenta con una destreza que nos permite atraer a los enemigos hasta nuestra posición o derribar a los de mayor tamaño. Mientras que Titán, el eikon de tierra, cuenta con una destreza que nos permite bloquear los ataques enemigos y contraatacar si lo hacemos en el momento exacto.

Final Fantasy XVI

Podemos tener equipados un máximo de tres eikon, entre los que podemos cambiar en cualquier momento pulsando un botón. Y, a su vez, cada eikon puede tener equipadas dos habilidades, lo que en esencia significa que tenemos acceso en todo momento a un total de seis habilidades y tres destrezas de eikon diferentes.

Dado el estilo de juego de Final Fantasy XVI, una de las gracias es ir descubriendo poco a poco cómo combinar todas estas habilidades con el resto de movimientos de Clive para obtener resultados tan devastadores en lo que a cifras de daño se refiere, como espectaculares en movimiento. 

Y el resultado es tremendamente satisfactorio: no nos cabe duda de que estamos ante un grandísimo sistema de combate

Final Fantasy XVI

Aquí también tienen mucho que decir los enemigos, y especialmente los más poderosos: todos ellos poseen ataques únicos que en muchos casos incluso tienen mecánicas propias, por lo que no basta sólo con esquivar. A veces, debemos alejarnos a toda velocidad del radio de explosión de un hechizo, evitar las zonas donde va a impactar un disparo o saltar para eludir la onda expansiva de un ataque.

Todos estos elementos, combinados, dan lugar a lo que para nosotros es lo mejor de Final Fantasy XVI: los combates contra jefes. Son épicos, espectaculares y contienen una gran carga narrativa que los eleva. 

Y dentro de los combates contra jefes, todavía hay algo que los supera: los enfrentamientos entre eikon. Peleas sin cuartel entre criaturas colosales en las que toda esa épica y todo ese espectáculo se multiplican por diez... Y en el caso de las cifras de daño, literalmente. Pensad en algo como Asura's Wrath, pero con invocaciones.

Final Fantasy XVI

No queremos dar demasiados detalles porque es digno de experimentarse de primera mano, así que sólo vamos a decir una cosa: Final Fantasy XVI tiene algunos de los enfrentamientos más absurdamente increíbles que hemos visto jamás en un videojuego. Y de verdad que no estamos exagerando ni un poco; todavía estamos recogiendo nuestra mandíbula del suelo.

Sin embargo, no todo es bueno dentro del sistema de combate: cuando los enemigos están muy cerca de paredes o de los límites del campo de batalla, la cámara tiende a traicionarnos colocándose en posiciones que dificultan la visibilidad. Y cambiar de objetivo una vez fijado sobre el enemigo es un auténtico engorro. Tanto, que suele ser más efectivo desfijar y volver a fijar.

Esto no dejan de ser pequeñeces, pero sí hay un problema algo más preocupante, y es que, con el paso de las horas el combate de FFXVI se vuelve muy mecánico

Final Fantasy XVI

Porque pese a todos los eikon y habilidades diferentes a nuestra disposición, la estrategia para acabar con la inmensa mayoría de enemigos es, en esencia, siempre la misma: reducir la barra de ímpetu para derribarlos durante unos segundos, usar nuestros ataques más potentes y vuelta a empezar.

Los patrones de ataque enemigos también acaban resultando demasiado familiares tras muchas horas de juego, un problema fruto de un bestiario un tanto limitado que a menudo recurre a la reutilización de modelos con un cambio de aspecto.

Dicho esto, queremos insistir en que el sistema de combate de Final Fantasy XVI es muy bueno. Hay habilidades que directamente están pensadas para los expertos en el género, así que estamos convencidos de que en las manos adecuadas se pueden hacer auténticas locuras. De hecho, ya se están viendo locuras con el repertorio limitado de la demo.

Final Fantasy XVI

Y si sois seguidores de Final Fantasy, probablemente os estaréis preguntando: «¿pero entonces no hay nada de RPG?». La respuesta es sí, pero son elementos RPG bastante superficiales. Clive gana experiencia y sube de nivel, lo que supone una mejora en sus atributos, y podemos invertir puntos de habilidad para comprar nuevas o mejorar las que ya tenemos.

También hay objetos, como pociones o sales, que podemos usar en tiempo real durante el combate. Y aunque cada eikon tiene una afinidad elemental que se refleja en los ataques, es algo que no tiene ningún efecto práctico. Vamos, que da igual que ataquemos a un enemigo de fuego con el hechizo piro, porque el daño va a ser siempre el mismo.

También contamos con seis espacios para equipo: arma (que siempre es una espada), cinturón, brazalete y tres accesorios. Y en el caso del arma, el cinturón y el brazalete, han optado por un enfoque extremadamente simple y lineal. 

Nos explicamos: cada vez que superamos un punto clave de la historia, vamos a poder comprar, fabricar o mejorar una nueva espada que siempre va a ser mejor que la que ya tenemos, un nuevo brazalete que siempre va a ser mejor que el que ya tenemos y un nuevo cinturón que... pues eso. 

Final Fantasy XVI

Y esto es así continuamente; nunca, en todo Final Fantasy XVI, os vais a encontrar en la tesitura de tener que elegir entre una espada con mayor ataque y otra que cause más daño a la barra de ímpetu, o entre un cinturón que proteja mejor de los ataques físicos y otro de los mágicos. 

Lo único de lo que hay que preocuparse es de tener los materiales necesarios para actualizar las armas, el brazalete y el cinturón. Porque eso es lo que se hace en Final Fantasy XVI: actualizar el equipo.

Por suerte, los accesorios nos dan más versatilidad, pues hay una gran variedad con efectos únicos orientados a favorecer diferentes aspectos: aumentar el daño o reducir el tiempo de espera de habilidades concretas de los eikon, mejorar el ataque o la defensa, mejorar el efecto de las pociones, etc. Es, con mucha diferencia, los "más RPG" que vamos a encontrar en Final Fantasy XVI.

 

Estructura de juego y misiones de Final Fantasy XVI

El combate no es el único elemento de Final Fantasy XVI que ha cambiado drásticamente respecto a anteriores entregas. El desarrollo del juego, la forma en que vamos progresando a través de la historia, también presenta una estructura cuando menos curiosa que se podría dividir en tres apartados diferentes.

En primer lugar tenemos Valisthea, el mundo de Final Fantasy XVI. No se trata de un mundo abierto como tal, sino de varias regiones de extensión considerable bastante diferenciadas: tenemos bosques, pantanos, desiertos, etc. Dentro de las regiones también hay aldeas y asentamientos, así como tiendas que venden diferentes artículos.

En lo que a su diseño se refiere la verdad es que es bastante básico. Inicialmente muchas zonas dentro de las regiones están bloqueadas, pero incluso cuando dejan de estarlo, no es la clase de mundo que invite demasiado a ser explorado. Hay cofres con recompensas interesantes y algún contenido opcional, pero a fin de cuentas lo que hay son enemigos y poco más.

Final Fantasy XVI

En segundo lugar, tenemos las misiones principales. Como su nombre indica, son los puntos clave de la historia. Nos llevan hasta localizaciones únicas, que no se pueden visitar de ninguna otra manera, y se desarrollan de forma completamente lineal (salvo alguna bifurcación ocasional). Tienen escenas de vídeo, muchos combates y siempre hay un enfrentamiento contra jefe al final.

Al principio choca que tengan un desarrollo tan lineal, pero hay que entender que se trata de un enfoque similar al de los juegos de acción. Las misiones principales de FFXVI serían el equivalente a las misiones de un Devil May Cry. Y la comparación va más allá, pues una vez superadas, podemos rejugar las misiones y obtener puntuaciones en función de nuestro rendimiento en combate.

Además, creemos que el hecho de que sean misiones lineales repercute de forma muy favorable en la narrativa, obligándonos a mantener la atención en puntos clave y logrando así momentos muy memorables, tanto desde un punto de vista jugable como argumental.

Final Fantasy XVI

Cuando superamos una misión principal, tiene lugar el tercer apartado dentro de la estructura de Final Fantasy XVI. Y aunque no tienen un nombre oficial, nosotros los hemos bautizado como "intermedios". Son puntos en los que la historia levanta el pie del acelerador y tenemos la oportunidad de explorar y completar contenido opcional.

Aquí se presenta un problema bastante serio: los intermedios son, hablando mal y pronto, puro relleno. Para poder desbloquear la siguiente misión principal, nos suelen encargar tareas obligatorias cuya calidad narrativa está muy por debajo de la historia principal. 

Esto significa que incluso aunque no nos paremos a completar secundarias, el ritmo de la historia se rompe y decae por completo. Es especialmente sangrante cuando venimos de algunos de los momentos más álgidos de Final Fantasy XVI, que no son pocos, y resulta más evidente en los últimos compases de la aventura.

Final Fantasy XVI

Además, en cada intermedio, también aparecen nuevas misiones secundarias, pero su número suele ser muy comedido (aunque hay partes en las que la cosa se desmadra). Esto nos gusta mucho, porque al tener cuatro o cinco "misioncillas", se consigue que queramos completarlas en ese punto concreto antes de continuar.

Y están muy trabajadas en lo que a contenido argumental se refiere, pues todas cuentan algo que añade más contexto a la situación actual de la historia y enriquece el ya de por sí enorme trasfondo de Valisthea. Además, todas las conversaciones están dobladas y cuentan con interpretaciones de gran calidad. 

Final Fantasy XVI

Desgraciadamente, todo esto cae en saco roto por dos motivos: el primero es que son misiones secundarias de recadero. Todas; ni una se salva. "Ve a este punto, mata a estos enemigos y vuelve". "Ve a este otro punto, recoge estas plantas y vuelve". No esperéis nada mejor que eso.

El segundo motivo es que los diálogos de estas misiones suelen estar presentados de la forma más básica posible, con planos y animaciones muy insípidas. Esto provoca que, por muy interesantes que sean y por muy bien actuados que estén, rara vez logran mantener nuestra atención

 

El argumento y la narrativa de Final Fantasy XVI

Cuando decían que la historia de Final Fantasy XVI es muy oscura y está inspirada por Juego de Tronos, en ningún momento imaginamos hasta qué punto era cierto. Porque no hablamos de que tenga un estilo similar o trate intrigas políticas, sino de que si habéis visto la serie, enseguida vais a reconocer destellos de sus protagonistas en los personajes de FFXVI.

Esto también supone un tono tremendamente oscuro y, sin entrar en demasiados detalles, podemos decir que la trama nos deja algunos momentos realmente devastadores y deprimentes, de esos que nos hacen perder la fe en la humanidad. También hay secuencias que no se cortan un pelo en lo que a brutalidad se refiere y otras... bastante retorcidas. Digamos que se ha ganado a pulso el PEGI +18.

Pero por muchos personajes, situaciones o incluso términos que parezcan sacados de Juego de Tronos, al final sigue siendo Final Fantasy. Hay enemigos, hechizos, armas, objetos, etc. habituales de la saga, el Preludio de Uematsu suena constantemente, hay infinidad de guiños a otras entregas, y en especial a Final Fantasy Tactics y Vagrant Story, trabajos de Yasumi Matsuno... 

Final Fantasy XVI

Y a la hora de la verdad: Final Fantasy XVI es puro espectáculo japonés. Haber puesto el foco de la trama sobre los cristales, uno de los elementos clave de Final Fantasy, y las invocaciones, uno de los elementos más espectaculares y más queridos por los fans, nos parece un acierto tan gigantesco como el mismísimo Titán.

Pero también puede ser una espada de doble filo, porque pese a que tenga un estilo tan similar al de Juego de Tronos, si vais esperando esa clase de historia fundamentalmente realista, os vais a llevar un chasco cuando descubráis que esto no deja de ser un RPG que contiene todos los elementos habituales del género. Aquí los malos son muy malos y los buenos son muy buenos.

A nosotros nos ha gustado porque, al final, eso es precisamente lo que buscamos en un Final Fantasy. De hecho, nos atreveríamos a decir que combinar el tono deprimente de Juego de Tronos con la magia y el espectáculo de Final Fantasy, ha dado como resultado una historia con momentos que si nos dijesen que los ha firmado Yoko Taro, creador de Nier y Drakengard, nos lo creeríamos.

Final Fantasy XVI

Y pese a toda la sangre, las palabrotas y los gemidos en burdeles, Final Fantasy XVI nos ha sorprendido tratando con especial tacto algunas escenas de desnudo, sin recurrir a planos lascivos ni nada semejante. Y si no estamos equivocados, también es la primera entrega principal de la saga con un personaje abiertamente homosexual, lo cual nos parece toda una demostración de progreso.

Pero el aspecto que más nos ha gustado de Final Fantasy XVI en lo que a narrativa se refiere es su trabajadísimo trasfondo. Las diferentes costumbres de cada reino, las creencias religiosas de sus habitantes, las batallas decisivas libradas en el pasado, los tratados políticos firmados... Valisthea es un mundo con un trasfondo muy rico y bien construido

La historia se apoya mucho sobre el trasfondo, algo que puede ser un problema dada la gran cantidad de lugares, sucesos, criaturas y conceptos del mundo de Valisthea. Por suerte, se han sacado de la manga una característica que nos parece una auténtica genialidad: las palabras clave

Final Fantasy XVI

En cualquier momento, incluso en mitad de un combate o una escena de vídeo, podemos mantener pulsado el panel táctil para que se muestren en pantalla los términos más relevantes del punto en que se encuentra la historia. Es especialmente útil cuando se menciona algo que desconocemos, pues en el acto podemos obtener información detallada que nos ayuda a seguir el hilo.

Y, si queremos profundizar todavía más, podemos consultar el Memorandum Valistheae, un códice que recoge todas las palabras clave que han aparecido hasta el momento. Es como tener una guía de lore dentro del propio juego.

Aquí queremos mencionar un pequeño problema con el que nos hemos topado: en un punto de la aventura, la entrada de uno de los personajes principales se actualizó e incluía detalles sobre un acontecimiento que no había sucedido aún en la historia. Dicho de otro modo: el propio juego nos hizo un spoiler.

Final Fantasy XVI

Curiosamente, al cambiar a la traducción inglesa, ese mismo texto no destripaba este detalle. Sabemos que en el pasado otros juegos de la saga Final Fantasy han sido localizados y traducidos al español basándose en el guion japonés, así que puede que el problema venga de la fuente.

Pero esto nos lleva a hablar de otro inconveniente: si entendéis inglés, en muchas ocasiones vais a escuchar a los personajes decir una cosa y ver que el texto en pantalla muestra otra muy diferente. A veces son frases que, pese a los cambios, mantienen el significado... Pero también hemos visto términos que poco o nada tenían que ver con lo que se mencionaba.

En cualquier caso, el problema es que supone una distracción que puede hacernos perder el hilo de los diálogos. Queremos dejar claro por encima de todo que valoramos enormemente el esfuerzo y el trabajo del equipo encargado de la localización, pues como de costumbre han hecho un trabajo de gran calidad que incluye geniales guiños a la cultura y la lengua española.

Final Fantasy XVI

No obstante, en un juego como Final Fantasy XVI, donde el idioma principal de las voces ha sido el inglés, y donde incluso el guion original japonés ha hecho cambios en base a la versión inglesa, creemos que quizás hubiese sido mejor idea traducir el texto anglosajón.

Como ya habréis adivinado, Final Fantasy XVI pone más que nunca el foco sobre la historia y los personajes, algo que se refleja a través de una enorme cantidad de escenas de vídeo y diálogos. Y menudas escenas

Si habéis jugado a anteriores FF, y en especial a la séptima, octava y novena entregas, seguro que se os quedaron grabadas a fuego algunas de sus secuencias CGI. Final Fantasy XVI tienes escenas de vídeo con esa misma magia, porque no tiene otro nombre. Transmiten la sensación de estar contemplado algo inolvidable, casi mitológico y de una calidad apabullante.

Final Fantasy XVI

Pero, ¿qué sería de un Final Fantasy sin sus personajes? Aquí tenemos un elenco muy amplio y memorable en el que destacan la mayoría de dominantes (especialmente Dion y Barnabás) y personajes como Cidolfus (que probablemente se convierta en nuestro Cid favorito en toda la historia de Final Fantasy), el bueno de Gav y Torgal (proteger a toda costa). 

Pero el mejor, y con mucha diferencia, es Clive. Haber puesto el foco sobre un único protagonista en lugar de sobre un grupo sirve para desarrollar su arco de personaje en profundidad. Si a esto le sumamos que la historia nos permite ver cómo crece, y cómo le afecta el paso del tiempo y los sucesos que vive, la conexión empática que se forja con el jugador es máxima.

Desgraciadamente, esto también supone que haya personajes importantes que han dejado de lado, siendo el caso más sangrante el de Jill, que está muy desaprovechada y un poco maltratada. Es una lástima, porque el romance siempre ha sido una parte muy importante en la historia de la gran mayoría de entregas, pero en Final Fantasy XVI deja mucho que desear.

¿Es difícil Final Fantasy XVI?

Final Fantasy XVI presenta un enfoque bastante interesante en lo que a dificultad se refiere. Nada más empezar la partida, debemos elegir entre dos modos: acción o historia. En este segundo, comenzamos a jugar con varios accesorios equipados que facilitan en gran medida el combate, pero la dificultad es en ambos casos exactamente la misma.

Nosotros elegimos el modo acción, no hemos usado estos accesorios de ayuda en ningún momento y no creemos que Final Fantasy XVI sea un juego particularmente difícil. Sólo hemos muerto en un par de ocasiones y ha sido porque nos quedamos sin pociones. De hecho, al morir se recargan todas las existencias de pociones y ultrapociones, así que ni siquiera hay que preocuparse de comprarlas.

Tras superar Final Fantasy XVI por primera vez se desbloquea el modo nueva partida +, que como viene siendo costumbre nos permite volver a jugar desde el principio conservando todas las armas, habilidades y objetos obtenidos. Además, en una nueva partida + podemos seleccionar un nuevo nivel de dificultad denominado «Final Fantasy». 

Final Fantasy XVI

Y no se trata de un simple aumento de dificultad: en este modo el nivel máximo de Clive puede subir hasta el 100 (en la dificultad estándar el máximo es 50), muchos combates cambian para incluir enemigos de mayor poder y algunos incluso cuentan con nuevas habilidades. Además, es posible comprar y mejorar nuevas versiones de todas las armas, cinturones, brazaletes y accesorios.

Son muchos alicientes que invitan a una segunda vuelta, aunque tras haberlo probado tenemos que decir que no hemos notado que la dificultad suba excesivamente. Sin embargo, si sois de los que buscan un desafío extremo, dentro del modo Final Fantasy es posible rejugar las misiones principales con otro nivel de dificultad aún mayor denominado «Artema».

Y aquí sí, la dificultad es absolutamente endiablada: los enemigos son mucho más agresivos y causan toneladas de daño. Para que os hagáis una idea, la primera vez que lo probamos fuimos derrotados por un grupo de lobos nada más comenzar el primer nivel.

¿Cuántas horas dura la historia de Final Fantasy XVI?

Terminar la historia de Final Fantasy XVI, completando todas las misiones secundarias y tomándonos nuestro tiempo para leer todas las entradas del Memorandum Valistheae nos ha llevado 87 horas. Según las estimaciones de Square Enix, si sólo nos centramos en la historia principal, se puede terminar el juego en unas 35 o 40 horas.

En ambos casos, nos parece una duración muy considerable. Más aún si tenemos en cuenta que tenemos pendiente jugar una partida en el modo Final Fantasy.

Sin embargo, Final Fantasy XVI deja un poco que desear en lo que a contenido opcional y post-juego se refiere. Porque además de las misiones secundarias, las únicas actividades reseñables son las cacerías de escorias, las ordalías (desafíos de combate relacionadas con las habilidades de cada eikon) y repetir los niveles para obtener puntuaciones en el modo desafío.

Final Fantasy XVI

El problema no es la falta de contenido, porque ya habéis visto que hay juego para rato, sino la ausencia de contenido que destaque. Muchas entregas de la saga Final Fantasy han destacado precisamente por un post-juego de gran calidad, teniendo ejemplos tan recordados como las Armas de Final Fantasy VII, los eones oscuros de Final Fantasy X o las ruinas de Pitioss en Final Fantasy XV.

Final Fantasy XVI no tiene un post-juego como tal. Sus responsables consideran que el modo nueva partida + y la dificultad Final Fantasy son el post-juego, pero por muy trabajado que esté, se queda muy lejos de los memorables contenidos que han ofrecido anteriores entregas. 

También creemos que le habría venido bien incluir algún minijuego, porque prácticamente todo en Final Fantasy XVI se resume en combatir.

Gráficos y sonido de Final Fantasy XVI

El apartado gráfico de Final Fantasy XVI es otro de sus puntos fuertes, aunque no se libra de unas cuantas asperezas. Visualmente es un juego increíble; ya hemos comentado que hay enfrentamientos y escenas de vídeo que dejan con la boca abierta, y es en gran parte gracias al espectáculo gráfico.

La calidad de las animaciones faciales no deja de sorprender en ningún momento, con detalles tan minuciosos como las arrugas que se forman en el entrecejo cuando tuercen el gesto. Tampoco nos cansamos de las sobrecogedoras vistas que nos deja Valisthea, especialmente en los escenarios donde los cristales madre se erigen por encima de las capitales de los reinos.

Y qué decir de los efectos de los hechizos y habilidades, especialmente cuando los eikon entran en juego. Es especialmente en esos momentos cuando nos queda claro que Final Fantasy XVI es uno de los juegos más "next-gen" que se han lanzado hasta el momento.

Final Fantasy XVI

Es más, es el primer juego en el que nos ha saltado un aviso de que la consola estaba demasiado caliente y era recomendable apagarla. Lo hemos visto en varias ocasiones y todas ellas momentos de gran carga gráfica, pero por suerte hemos podido ignorarlo y seguir jugando sin problemas.

En cuanto a opciones gráficas, Final Fantasy XVI nos permite elegir entre dos modos: resolución y rendimiento. En el modo rendimiento la tasa de imágenes aumenta hasta los 60fps... O más bien deberíamos decir que lo intenta, pues el rendimiento es poco estable y suele haber caídas. No creemos que sea un desastre, pero desde luego es mejorable.

Tenemos claro que el modo ideal para jugar a Final Fantasy XVI es el modo resolución, pues ofrece la mejor experiencia visual y, aunque el rendimiento desciende a 30fps, es muchísimo más estable y sigue sintiéndose muy fluido, que es algo de gran importancia para los juegos de acción.

Final Fantasy XVI

Pero este modo también viene acompañado por un problema que a nosotros nos ha amargado la experiencia: un agresivo motion blur al girar la cámara. Puede que esto dependa de la sensibilidad de cada uno y que haya jugadores a los que no les afecte, pero a nosotros nos ha cansado la vista una barbaridad

Desde el estudio ya han comentado que reducir o desactivar el motion blur es uno de los posibles cambios planeados para futuros parches, y cruzamos los dedos para que sea una realidad. Mientras tanto, si sentís que os estáis "quedando ciegos" al jugar a FFXVI, os recomendamos encarecidamente que cambiéis al modo rendimiento; es menos estable, pero no presenta este problema.

Y ya que están, desde aquí les pedimos por favor que añadan la opción de desactivar el seguimiento automático de cámara al explorar, porque es un auténtico engorro. En un principio también nos pareció que el juego era demasiado oscuro y trasteamos con las opciones de brillo, pero nos hemos terminado acostumbrando y lo hemos dejado en el valor estándar. 

Final Fantasy XVI

Sobre la banda sonora y el sonido en general no tenemos pega alguna. Masayoshi Soken, el compositor de la banda sonora de Final Fantasy XIV y sus expansiones, firma un trabajo brillante que vamos a seguir escuchando durante años. 

Y ojo porque no sólo destacan las melodías épicas y emotivas: también se atreve con géneros bastante atípicos dentro de la saga Final Fantasy, pero que encajan a la perfección con las situaciones en las que se escuchan. Es una banda sonora a la altura de los trabajos de Nobuo Uematsu y Yoko Shimomura, y ese es el mayor halago que podemos dedicarle.

Ya hemos hablado de que las interpretaciones son de una gran calidad, especialmente en el caso de los personajes principales, pero también en el de los secundarios. Sin embargo, queremos destacar el papel de Ben Starr, que interpreta a Clive y se ha dejado el alma en cada frase, consiguiendo que se nos pongan los pelos de punta en varios momentos clave de la historia. 

Precio y plataformas disponibles

Final Fantasy XVI se lanza el 22 de junio para PlayStation 5 y está disponible en tres ediciones diferentes. Por un lado está la edición estándar, que incluye el juego y tiene un precio de 79,99 € tanto en versión física como digital.

En segundo lugar está la edición deluxe de Final Fantasy XVI, que incluye el juego, un steelbook, un mapa de tela, dos DLCs (Blood Sword y Main Theme) y tiene un precio de 109,99 €. La edición deluxe digital tiene un precio de 99,99 € e incluye el juego, un minilibro de arte digital y minibanda sonora digital.

Final Fantasy XVI

Por último, está la collector's edition de Final Fantasy XVI, que además de todos los contenidos de la edición deluxe, incluye una estatua que representa el enfrentamiento entre Fénix e Ifrit y una colección de pines metálicos, todo ello dentro de una caja con ilustración de Yoshitaka Amano. Su precio es de 349,99 €.

Y aunque el lanzamiento de Final Fantasy XVI para PC todavía no se ha confirmado oficialmente, sus responsables han hablado abiertamente sobre que el trabajo en esta versión comenzará muy pronto.

 

Canción de fuego y fuego

Llegados a este punto, sólo resta decir algo que creemos que resulta evidente: Final Fantasy XVI es un gran juego, y un magnífico nuevo capítulo dentro de la saga Final Fantasy, pero no es perfecto. Es un título con pequeñas pero numerosas irregularidades, aunque no son la misma clase de irregularidades que presentaba Final Fantasy XV.

A diferencia de este, Final Fantasy XVI es un juego que destila confianza, que tiene muy claro lo que quiere hacer y lo que quiere contar. Y aunque no siempre acierta, el resultado es una de las entregas más redondas que nos ha dejado la saga en los últimos años. 

Final Fantasy XVI

Pero en una saga con un legado tan importante, creemos que le estaríamos haciendo un flaco favor si lo analizásemos únicamente valorando cada apartado de forma fría. Final Fantasy es una saga de recuerdos, de emociones y de sensaciones. Al final, eso es lo que perdura de cada entrega por encima de todo lo demás.

Y si bien es demasiado pronto para saber hasta qué punto la historia de Clive y la guerra de los eikon ha calado en nosotros (es algo que sólo el tiempo puede decir), podemos afirmar sin miedo que desde el principio y hasta que los créditos aparecen en pantalla, Final Fantasy XVI tiene ese "algo" inexplicable que hace que estos juegos sean tan especiales y queridos.

Final Fantasy XVI

Final Fantasy XVI es un juego con momentos mágicos y espectaculares dignos de la mejor entrega, con una banda sonora que vamos a escuchar una y otra vez hasta gastarla, con un apartado gráfico que hoy nos parece de lo mejor que se puede ver en consolas... Y con una historia y unos personajes que, llegado el momento, han conseguido arrancarnos las lágrimas. 

Y eso es lo que hace que un Final Fantasy sea Final Fantasy.

VALORACIÓN:

Como el Fénix, Final Fantasy XVI resurge de las cenizas para recuperar su trono entre los mejores RPG. Es un juego que desprende una confianza y una firmeza a la hora de llevar a cabo todo lo que se propone que no habíamos visto en la saga desde hace años, demostrando que Final Fantasy no necesita esperar su turno para brillar como una estrella.

LO MEJOR:

Los combates contra jefes (en especial las batallas de eikon). La historia y el trasfondo de Valisthea. El apartado gráfico y la banda sonora.

LO PEOR:

Tiene un ritmo muy irregular. Diseño de mundo y misiones secundarias arcaico. Contenido post-juego mejorable.

Plataformas:

PS5

Versión comentada: PS5

Hobby

92

Excelente

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