En esta selección de los momentos más tristes de los videojuegos queremos dejar claro dos cosas; en primer lugar, que nosotros también tenemos nuestro corazoncito, y pese a que se trata de obras de ficción ha sido inevitable que alguna de las muertes, despedidas o rupturas que aparecen en esta lista nos hayan dejado marcados. También aclaramos que se trata de una selección, no de un ranking, porque sería muy complicado decidir cuál es el momento más dramático que hemos jugado. A partir de un punto, todos están a un nivel parecido.
Por otro lado, este reportaje contiene spoilers de todos los juegos que aparecen. En el listado sólo vamos a nombrar el juego, para que nadie se arruine la partida por accidente, pero a partir de ahí, entrad bajo vuestra responsabilidad. Y si notáis que se os ha metido algo en el ojo mientras recordáis estos momentos frente a la consola, tranquilos, a nosotros también nos pasa. Pero el hecho de que estas secuencias nos hayan afectado también indica una buena construcción de personajes y un guión sorprendente.
Preparad los pañuelos, porque ahí va nuestra lista con los momentos más tristes de los videojuegos de todos los tiempos, retro y consolas actuales. Como siempre ocurre, hay otros juegos que se han quedado a un paso de entrar en nuestra lista, como Hellblade Senua´s Sacrifice o la historia de Dom y María en Gears of War (además de un par de muertes heroicas que nos dejaron helados en la saga COD Modern Warfare, claro)
Final Fantasy VII
Seguro que es el primer momento triste de videojuegos que se os ha venido a la cabeza; en cierto modo, fue la pérdida de la inocencia para muchos de nosotros, que pensábamos que algunos personajes protagonistas, por el hecho de serlo, eran inmortales. La muerte de Aeris en Final Fantasy VII no sólo es dura por su significado, sino por el modo poético en que está narrado, la aparición de Sephirot a su espalda y la forma en que Cloud se despide de ella. Puede que todavía le quede la duda a alguien... pero no, no hay forma de resucitar al personaje. Y es una pregunta que estamos respondiendo desde 1997, cuando el juego de Squaresoft apareció en PlayStation.
Final Fantasy VII está disponible en PS4 (y por fin ha llegado a Xbox One y Nintendo Switch) de modo que podemos volver a sufrir con este momento tan triste... mientras nos preparamos para despedirnos de Aeris de nuevo en el remake, en que ahora se encuentra trabajando Tetsuya Nomura (tras haber terminado Kingdom Hearts III).
What Remains of Edith Finch
Además de ser un juego imprescindible, que experimenta con la narrativa en cada uno de sus personajes, What Remains of Edith Finch narra una historia dramática. De hecho, los niveles del juego de Giant Sparrow podrían dividirse entre tristes... y auténticamente desesperados. Hay un momento que nos dejó completamente helados. Partiendo de que el juego es una colección de historias que terminan con la muerte, tener que enfrentarnos a la historia de Gregory Finch, un bebé que está jugando en la bañera, nos resulta especialmente duro.
Para impactarnos todavía más, el juego sabe contar esta aterradora historia como si todo fuese un juego, y las burbujas y los patos de goma en la imaginación del pequeño Gregory cobrasen vida. No basta con jugarlo, el hecho de recordar este nivel, el agua subiendo y la llamada de teléfono nos sigue poniendo los pelos de punta.
Metal Gear Solid 3 Snake Eater
Hay pocos juegos que te obliguen a hacer algo que no quieres. Hideo Kojima lo sabía bien... y por eso colocaba al jugador entre la espada y la pared. Después de enfrentarnos por última vez contra The Boss, que de algún modo se convierte en nuestra madre a lo largo de la aventura, tenemos que acabar con ella. No hay marcha atrás, sólo podemos disparar o apagar la consola. Entre todos los personajes que conocimos enMGS 3 Snake Eater, quizá The Boss era la más honesta, aquella con la que podíamos establecer una conexión "de tú a tú".
Y por eso, uno de los momentos más tristes en la historia de los videojuegos es aquel en que apretamos el gatillo, contra nuestra voluntad, y nos despedimos de ella.
Heavy Rain
Quizá nos dejó marcados porque transcurría en un entorno "natural" para el jugador. No era un campo de batalla, sino un centro comercial. Los acontecimientos con que arranca Heavy Rain son brutales: Ethan (el protagonista) pierde a su hijo Jason entre las tiendas. Cada vez hay más gente, cada vez hay más niños con un globo de color rojo... y la situación se pone más tensa a cada segundo; es un día de compras convertido en una pesadilla.
El juego de Quantic Dream (el estudio de David Cage) se permite devolvernos la esperanza por un momento. Jason aparece sujetando su globo al otro lado de la calle. Pese a los gritos de Ethan, su hijo echa a correr, y entonces un coche a toda velocidad se cruza en su destino... y el globo se va volando.
Florence
Parece un sencillo juego para móviles (galardonado en repetidas ocasiones), pero Florence -un desarrollo del estudio Mountain de 2018 para iOS y Android- capta perfectamente la esencia de las relaciones personales. Y ya os adelantamos que no todas tienen final feliz. Uno de los videojuegos más tristes de la historia no tiene nada que ver con muertes, sino con situaciones del día a día en que vemos cómo una pareja se va "desconectando". Es una historia sin buenos ni malos, pero el final de Florence nos deja desorientados, incómodos... deseando que empiece otro minijuego para arreglar las cosas.
Shadow of the Colossus
Hay muchos momentos emotivos en la obra de Fumito Ueda, y en particular el modo en que el jugador conecta con la naturaleza es sorprendente. El momento más triste de Shadow of the Colossus, sin embargo, no afecta directamente a sus protagonistas... ni a las gigantescas criaturas a las que nos enfrentamos. En realidad el momento que nos marcó -os recordamos que puede ser un spoiler- fue ver a nuestro caballo Agro (nuestra única compañía durante todo el juego) despeñándose por un acantilado.
La muerte de Agro tiene la misma fuerza en la versión original de 2005 para PlayStation 2 que en el remake para PS4 que apareció el año pasado. De hecho, su siguiente desarrollo, The Last Guardian, también se basaba en la relación entre un niño y un animal.
Red Dead Redemption
Si habéis jugado al título de Rockstar (el original de PS3 y Xbox 360 de 2010) seguro que hubo un momento en que pensasteis si se podía cambiar el final. Si quizá un jugador más habilidoso podía aprovechar el dead eye para acabar con todos los hombres de Pinkerton y salvar su vida. Porque después de todo lo que habíamos pasado juntos, teníamos la sensación de que John Marston se merecía una segunda oportunidad junto a su familia. Puede que sea algo propio de la época; en el Salvaje Oeste morían muchos hombres buenos -esto también lo sufrimos en Red Dead Redemption II- pero algo dentro de nosotros se quedó con las ganas de ver crecer a Jack Marston junto a su padre.
The Last of Us
No hay nada como arrancar un juego con un puñetazo en el estómago, y Naughty Dog lo supo hacer perfectamente en el arranque de The Last of Us. Sarah es la hija de Joel. Es una chica de 12 años que le hace el último regalo a su padre; un reloj estropeado que representa el fin de la civilización.
Sarah es el primer personaje que controlamos en el juego, y muere en los brazos de su padre con apenas 20 minutos de juego. Joel tendrá otra oportunidad, cuando se encuentre con Ellie, pero eso no significa que vayamos a olvidarnos de Sarah, y del demoledor arranque de The Last of Us.
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