En los primeros minutos de Bayonetta 2 aparecemos en la Tierra, de compras navideñas en medio de una multitud neoyorkina junto a Jeanne, encargada de lucir la melena kilométrica de esta entrega. Deslenguada, ágil y caricaturesca hasta decir basta, la bruja de Umbra no ha perdido un ápice de dignidad ni, por supuesto, espectacularidad irreal. Rompe sus recados un mensaje interesante: el infierno está revuelto. ¿Por qué? ¿No eran las criaturas infernales nuestros colegas? Un ya conocido primer combate a toda velocidad sobre un caza y, minutos más tarde, sobre un tren y un rascacielos nos recuerda dos cosas: el ritmo vertiginoso del que hacía gala el primer título y que se repite aquí desde el minuto uno y, sobre todo, que no podemos fiarnos ni de nuestra sombra.
Lengua viperina
Nuestros primeros enemigos infernales han secuestrado a Jeanne, se la han llevado al corazón de Inferno y Bayonetta dispondrá de 24 horas para rescatarla antes de que su hermana pierda por completo su alma. Los primeros capítulos nos dan algo de tiempo para acostumbrarnos a los controles, y las pantallas de carga siguen ofreciéndonos la posibilidad de practicar los infinitos combos de la bruja. Las primeras señas de identidad de Platinum se reconocen con la velocidad del viento, y es que esta secuela no tiene que preparar el terreno y avanza más rápido que su predecesora. Algunas habilidades y técnicas que en su momento nos costó desbloquear aparecen disponibles desde las primeras horas de juego como “truco” de Platinum: los dos juegos no solo están unidos narrativamente, sino también en el aspecto jugable, que no debía sufrir ningún salto brusco.
Nuestra pantera interior es una de esas habilidades “de serie” en este Bayonetta, imprescindible para moverse el doble de rápido que nuestra versión “humana” por los mapas, saltar entre superficies desiguales o superar misiones con crono. A lo largo de los primeros capítulos también conocemos a la serpiente interior, que nos será necesaria en los niveles acuáticos. Otras habilidades siguen desbloqueándose recopilando halos y canjeándolos en Las puertas del infierno, el bar de decoración cuestionable de Rodin. Los demonios molan bastante, pero son un poco horteras; parece que en eso tampoco ha cambiado.
Inspiración: Europa
Empezamos la aventura explorando Noatun, la llamada Ciudad del Génesis, y recogemos fragmentos de un diario perdido que nos explica, poco a poco, qué está pasando con los Ojos del Mundo. Esta ciudad llena de ríos es un gran ejemplo de diseño ambiental: Hiroki Onishi nos contaba que los escenarios que recorremos y las ciudades creadas están inspiradas en Italia y Bélgica. Los juegos de colores y luces durante los primeros 12 capítulos que comentamos son sobrecogedores, y aunque el juego no tiene tapujos en evidenciar que su prioridad es el combate, hasta ahora nunca descuida la belleza de un escenario.
Bayonetta 2 no tiene ningún problema en admitir que su punto fuerte es la lucha, y durante los primeros capítulos del juego no nos libramos de grandes batallas, jefes finales y una potencia impresionante en Wii U. Las claves para dominarlas están en el clásico Tiempo Brujo y en la novedad más visible hasta ahora, el Clímax de Umbra. Activamos el primero al esquivar un ataque en el último segundo y el enemigo queda paralizado unos segundos; y el Clímax de Umbra, una alternativa al Ataque Tortura que potencia el alcance y la brutalidad de nuestros golpes durante unos segundos, solo podemos utilizarlo con la barra de magia llena, y después nos deja secos. Combinar estas dos mecánicas a la perfección será uno de los primeros deberes pendientes para conseguir las ansiadas medallas de puro platino.
Love is blue
Por lo que hemos podido ver, la variedad de armas será inmensa. Tanto en manos como en pies, en las primeras horas hemos equipado látigos, bazokas, las pistolas L'amour est bleu, las mazas Undine, los arcos Kafka… Como Bayonetta es muy coqueta, también habrá posibilidad de cambiar a trajes a juego con algunas de esas armas.
Vemos, también, un capítulo completo dedicado al combate contra el misterioso Sabio de Lumen enmascarado que nos persigue, en una estructura de tres actos que le confiere a la batalla una entidad muy especial. Los enemigos de Bayonetta 2 reaccionan de forma más creíble que en el primer título a nuestros ataques, y la forma en que la bruja esquiva las sangrías parece más clara a la vista, o al menos todo lo que le permite el ritmo vertiginoso de las leches contra cinco o diez bichitos.
En cuanto al Clímax Múltiple, más conocido como el ansiado cooperativo del juego, a lo largo de la aventura iremos recogiendo cartas de versículo que nos servirán para desbloquear diferentes escenarios de este modo en el que podremos jugar tanto con amigos como de forma aleatoria con jugadores de todo el mundo.
El corazón del infierno
Si vas a ser uno de los valientes que juegue a Bayonetta en Clímax 3 (el máximo nivel de dificultad), te deseo buena suerte. Si, en cambio, eres más miedoso, otra opción es utilizar el stylus para machacar enemigos en la táctil de Wii U; pero eso sí, el reto es mucho menor (por cada toque de lápiz la bruja lanza varios combos) y la satisfacción personal también lo será. Nada como hacer sufrir a unos demonios gigantes controlando los combos antes de cenar.
Nos vamos acercando a Inferno, no sin antes encontrarnos
con decenas de criaturas celestiales que quieren cortarnos el paso.
Y si los ángeles dan miedo, los animales mecánicos, babeantes y
sangrantes que nos tiene preparado el infierno van un paso por
delante. Más vueltas de tuerca para un videojuego tremendamente
pasado de vueltas, y es precisamente eso lo que le hace
especial.
La llegada a las Puertas del Infierno, la inclusión a sus
profundidades y el cara a cara con el soberano del propio averno
son tan míticos como aquella escena final del primer juego, pero le
dejamos esos detalles a vuestra experiencia. Cuenta atrás: faltan
14 días para reencontrarnos con la bruja, salvar a Jeanne,
remover literalmente cielo e infierno y volver a calzar los
tacones-pistola con estilo. El lio que se ha montado promete y
mucho.