Si alguna vez has notado que mientras estás jugando a un título, tu personaje, mira o apunta, se desplaza sin querer y sin que tu no muevas ningún joystick, es probable que tu DualShock 4 presente deriva o desvío de movimiento.
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Se trata de un problema bastante común en la gran mayoría de los mandos. Antes de remplazarlo por otro o enviarlo al servicio técnico, quizá te interese saber que tú mismo puedes repararlo sin necesidad de desembolsar una gran cantidad de dinero. Para ello solo necesitarás unas pocas herramientas y un par de recambios.
Normalmente, el problema de deriva de un joystick se origina porque ese mismo stick analógico se encuentra dañado o sucio por dentro. Por ello, para poder solucionarlo será necesario "desnudar" nuestro DualShock 4 y dejarle en paños menores.
Antes de nada, lo primero es comprobar que, efectivamente, se trata de un problema relacionado con los joysticks y no un error de conectividad. Para ello, accede al menú de PS4, "Configuración", luego ve a "Dispositivos" y luego en "Bluetooth". Selecciona el mando DS4 y presiona en la opción "Olvidar dispositivo". Ahora apaga la consola, conecta el mando y comprueba si el error persiste. Si es así, deberemos proceder a su reparación.
Para ello necesitaremos un pequeño destornillador de estrella y otro plano. Deben ser de pequeño calibre, puesto que servirán para desatornillar los tornillos situados detrás del mando. Una vez los hayamos retirado debes hacer un poco de fuerza para dividir ambas partes del DualShock. Si nunca lo has hecho, no te preocupes, al principio cuesta un poco, pero con maña y cuidado sale sin problemas.
Una vez abierto debes desconectar un pequeño interruptor que une ambas partes. Enseguida lo reconocerás, ya que es de color azul con una cinta blanca. Ahora es el momento de desconectar la batería del propio mando. Sujeta con cuidado el controlador y retira el conector.
Una vez completado este paso, es el momento de retirar una pequeña placa de plástico que separa la batería de lo que nos importa. Lo siguiente es desatornillar la placa verde que contiene los joysticks. Cuando lo has conseguido da la vuelta a la placa con cuidado y haz que los Joysticks se queden mirando hacia ti.
Lo siguiente que tenemos que hacer es quitar los joysticks analógicos de plástico. Tirando un poco saldrán sin muchos problemas. Lo que verás a continuación es lo que debes reparar. El pequeño dispositivo estará compuesto por una especie de palo que es el que transmite el movimiento del joystick al sensor. A los laterales verás dos pequeñas ranuras azuladas que contienen los dos sensores. Debes abrir estas ranuras con sumo cuidado. Sírvete del destornillador plano para hacer algo de palanca.
Cuando hayas retirado los sensores, examínalos y comprueba si tienen polvo o suciedad y lo mismo con las pequeñas tapas que has abierto. Puedes hacer este proceso con bastoncillos de algodón que resultan muy cómodos para limpiar aparatos electrónicos delicados.
Prueba a volver a colocar los viejos sensores y reensamblar el mando para comprobar si era eso lo que les hacía fallar, la suciedad. En caso de que no sea esto, tendrás que reemplazar los sensores. Estos se pueden comprar en diferentes tiendas y no tienen un precio excesivamente elevado. Por ejemplo en Amazon puedes encontrar el kit entero o en XQ Gaming venden el repuesto únicamente. Hay un montón de tiendas que disponen de ellos.
Al recolocarlos, asegúrate de hacerlo en la misma posición en la que estaban y cuando cierres la abertura escucharás un "click" que te confirmará si lo has hecho bien. Y ahora, rebobinamos y hacemos el proceso inverso al que hemos realizado para desmontar el mando.
El problema de la deriva del DualShock 4 debería de haberse solucionado. Si vas a realizar este procesote recomendamos que tengas un especial cuidado con este proceso, puesto que los componentes son muy delicados y puede llegar a ser peor el remedio que la enfermedad. Veremos cómo avanza el desarrollo de Dualsense, el nuevo mando que llegará con PS5, pero lo cierto es que promete ser un gran complemento para mejorar la inmersión.
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