Comparativa de FIFA 15 y PES 2015

Se suele considerar al fútbol como el deporte rey, y no hay duda de que, al menos en el mundo de los videojuegos, lo es. Cada año, pese a las voces críticas que acusan a los simuladores balompédicos de ser más de lo mismo, los aficionados más apasionados se lanzan a por su abono de temporada, copando las listas de venta con cifras millonarias. FIFA 15 lleva en la calle desde septiembre y PES 2015 llega el 13 de noviembre, así que, una vez publicados los análisis de ambos, hemos hecho una comparativa en la que desglosamos los pros y los contras de cada uno.

Es la primera vez que las dos sagas, convertidas ya en dos iconos con veinte años en sus botas, se enfrentan en el estadio de la nueva generación. EA ya lanzó una entrega el año pasado, a la vez que se producía la inauguración del coliseo, pero Konami prefirió esperar un año para tenerlo todo bien atado y debutar con garantías. Tras haber jugado decenas de partidos, podemos convenir que el juego canadiense sigue un paso por delante en casi todos los apartados, pero la distancia se ha acortado de forma notoria y, después de varios años, las dos sagas vuelven a mirarse a la cara durante muchos minutos del encuentro. En lo sucesivo, os explicamos los motivos del recrudecimiento de la más gloriosa rivalidad futbolística, digna de un Madrid-Barça.

Sistema de juego: Aceleración contra pausa

Tanto FIFA 15 como PES 2015 pueden considerarse simuladores de fútbol, a pesar de las voces críticas que los acusan de ser arcades. Arcades eran Virtua Striker, World Cup Italia 90, las primeras entregas de las sagas que nos ocupan o incluso los títulos que EA Sports lanzó en Wii hace varios años, pero, desde luego, ambos son juegos que, con más o menos acierto, apuestan por el realismo, con la posibilidad de configurar diversos apartados, aunque siempre exista la susceptibilidad de firmar grandes goleadas. Dicho eso, estamos ante dos títulos con marcados contrastes en cuanto a jugabilidad.

• Pases. Ambos juegos resultan muy competentes en este apartado de la comparativa, aunque FIFA 15 está un pequeño paso por delante. Los dos cuentan con una barra de potencia que permite fijar la fuerza y tanto los pases al pie como las entregas al hueco y los centros responden a la perfección. Ahora bien, el juego de EA destaca más en los pases por arriba y en los efectos según se golpee con el interior, con el empeine o con el exterior del pie. Ambos permiten configurar los ajustes en manual, lo que convierte cada desplazamiento en un auténtico desafío.

• Regates. Hay una diferencia bastante notable en el acercamiento a este apartado, pero ambos controles son igual de satisfactorios. El título canadiense tiene decenas de filigranas asociadas al joystick derecho para que los más expertos se gusten, aunque, con el joystick izquierdo también se pueden hacer todo tipo de quiebros. El título japonés, en cambio, apuesta por una fórmula más sencilla: el joystick derecho permite hacer algunos trucos, pero casi todo el intríngulis está en el joystick izquierdo, que, con mínimos toquecitos, permite romper cinturas en una baldosa, como en los tiempos de PS2.

• Tiros a puerta y balón parado. La física del balón es más fidedigna en FIFA 15, y eso se refleja en una mayor variedad de disparos, efectos, rebotes o remates de cabeza. PES 2015 ha mejorado mucho respecto a su antecesor, pues los jugadores ya no se lían con las piernas de apoyo, pero, a veces, da la sensación de que a los chupinazos les falta tensión. En cuanto a los lanzamientos de falta, hay un claro contraste. EA Sports ha apostado por un sistema complejo que exige pericia, ya que la trayectoria del balón se determina haciendo movimientos con el joystick ‘a ciegas’, mientras que el PES Team ha optado por la habitual línea de puntos orientativa, de modo que el sistema resulta más sencillo, ya que la dificultad se reduce, casi exclusivamente, a detener la barra de potencia en el punto más apropiado. Como novedad, ambos títulos han introducido la posibilidad de controlar también a los potenciales receptores en las jugadas a balón parado, lo cual se agradece mucho (aunque el juego de Electronic Arts no lo permite en los saques de puerta, que siempre han sido una jugada muy ‘sensible’, por el riesgo de darle el balón al delantero rival si se intenta mover la pelota en corto).

• Conducción y disputa del balón. La mayor diferencia entre los dos juegos radica, seguramente, en el ritmo de los partidos, con puntos positivos y negativos tanto en uno como en otro. Por un lado, a poco que se juegue con los mejores equipos, FIFA presenta un ritmo frenético y desbocado. Ante las quejas por la lentitud del año pasado, EA Sports no ha querido que le pasara lo mismo y quizás se le ha ido la mano, pues, a menudo, los encuentros se convierten en auténticos ‘correcalles’ llenos de contragolpes. Como contrapunto a ese aspecto, se ha limitado casi a cero el típico ‘efecto imán’ de que los jugadores se sientan atraídos por el balón y viceversa, lo que obliga a ser muy preciso con el manejo y la colocación de los jugadores sobre el campo, tanto en las jugadas a ras de césped como en las disputas aéreas. Por otro lado, PES apuesta por un ritmo mucho más pausado y enfocado al pase y los regates en corto más que a las grandes cabalgadas por la banda. De hecho, los jugadores se cansan con mucha rapidez si se les hace esprintar en exceso. Como reverso de la moneda, se mantiene el vicio de que los jugadores se sientan atraídos por la pelota. Podría decirse que no hay ni vencedor ni vencido en este apartado.

• Forcejeos y robos. En relación con el apartado anterior, hay que referirse al sistema de entradas y al motor de colisiones, donde FIFA logra imponerse con claridad, gracias a sus controles manuales. Tanto las entradas simples como las segadas dependen del ‘timing’ del jugador para pulsar el botón en el momento idóneo, si no quiere quedarse vendido, a lo que hay que añadir la posibilidad de empujar y agarrar de la camiseta a los contrarios, así como de mantener la posición y recular. En cambio, PES apuesta por un sistema de robos ‘semiautomático’, de modo que las entradas simples y los forcejeos están condensados en un único botón ambivalente, lo que hace que, con frecuencia, se sientan un tanto ortopédicos y arcaicos. Ambos juegos cuentan con algunos problemas en sus motores de colisiones, que pueden hacer que algún jugador acabe revolcado por el suelo sin comerlo ni beberlo.

• Inteligencia artificial. Como suele suceder en casi todos los simuladores deportivos, hay una serie de altibajos en la IA, tanto de los compañeros como, sobre todo, de los rivales. FIFA 15 cuenta con siete niveles de dificultad (debutante, principiante, aficionado, profesional, clase mundial, leyenda y extrema), de modo que los primeros son muy asequibles, pero, en los últimos, puede llegar a ser difícil plantarse frente al marco rival. Ahora bien, pese a que era una de las supuestas mejoras de este año, los porteros son capaces de enervar hasta a la persona más calmada, pues combinan paradones y rectificaciones en el último momento con cantadas descomunales, como tragarse un pase-globo lanzado desde 35 o 40 metros. PES 2015, por su parte, ofrece seis niveles de dificultad (alevín, cadete, juvenil, profesional, estrella y leyenda), cuya exigencia no es muy elevada, pues, incluso en leyenda, resulta relativamente fácil marcar goles y ganar los partidos. Los porteros, aunque también tienen sus momentos, no protagonizan cantadas tan sonadas, aunque, para igualar las cosas, los defensores tienden a liarse y dejar huecos enormes por los que filtrar pases. La labor de los árbitros es mejor en el juego de Konami, pues, en el de EA, tienden a ver faltas donde no las hay, sobre todo cuando se produce algún ligero choque, y añaden cinco minutos de descuento casi siempre, incluso en la primera parte de los partidos…

• Estrategia. Aunque no son demasiado significativas, hay diferencias en este punto. El menú de dirección de equipo es más completo y visual en FIFA, que, además de usar fotos de los futbolistas, ha copiado el típico sistema de figuras geométricas para representar sus parámetros, algo que, curiosamente, ya no está en PES, que resulta muy austero en ese sentido. Ya sobre el campo, el juego de EA Sports permite no sólo cambiar de alineación en pleno partido, sino también modificar la actitud defensiva-ofensiva entre siete niveles, con las estrategias extremas de poner el autobús o mandar a todos los jugadores al área rival para colgar balones. En cambio, el de Konami sólo permite modificar el esquema de juego y se ha perdido la opción que había el año pasado de activar jugadas predeterminadas sobre la marcha, aunque hay que decir que era un poco engorroso, por lo que es una pérdida menor.

Realismo de los partidos: Goleada sin miramientos

Aunque no es determinante en la jugabilidad, el apartado técnico tiene una gran importancia en los juegos deportivos de cara a que la experiencia resulte lo más realista y atractiva posible. En ese sentido, PES 2015 ha mejorado muchísimo respecto a lo visto año pasado, pero FIFA 15 está aún a años luz. El Ignite Engine de EA Sports permite decenas de detalles gráficos que el Fox Engine aún no conoce, y eso hace que la diferencia gráfica sea más que notoria.

• Continuidad y emociones. El motor Ignite es capaz de generar ‘vídeos’ y transiciones en tiempo real dentro de los partidos. Así, cuando el balón se detiene, no se producen cortes visuales, sino que vemos a los recogepelotas entregando el balón a los jugadores o a estos mismos yendo a por la pelota o conduciéndola hasta el córner para ponerla en juego, lo que supone una agradecida sensación de continuidad. Además, hay un sistema de emociones dinámico, de modo que cada jugador cuenta con un estado de ánimo que se deja notar en forma de aplausos a los compañeros, reproches, rifirrafes tras una entrada dura… Del mismo modo, se prodigan mucho los rótulos televisivos para informar de diversas estadísticas, como, por ejemplo, las asistencias o los tiros a puerta que haya hecho un jugador que esté siendo protagonista. Tampoco falta la posibilidad de realizar diferentes celebraciones tras un gol. Por desgracia, el Fox Engine no cuenta con casi nada de eso. Cuando el balón sale fuera, a poco que se aleje de la posición del jugador que vaya a sacar, se produce un corte de la imagen, ya que no hay recogepelotas, y los futbolistas tampoco interactúan entre sí. Lo mismo sucede con los rótulos, que no van mucho más allá de mostrar el marcador, o con la ausencia de celebraciones ‘manuales’ tras los goles, lo que hace que todo sea bastante estándar.

• Ambiente de los estadios. Ambos juegos se desenvuelven bien este apartado. En el juego de EA Sports, la pasión de las gradas está muy bien reflejada, con tifos, hinchadas que varían según el país y cánticos muy diferenciados para cada equipo. Por ejemplo, oír el mítico You’ll never walk alone cuando se juega en Anfield es música para los oídos. PES, aunque quizás se queda ligeramente por detrás, también cuenta con una gran atmósfera en las gradas, en forma de colorido, bufandas, pancartas y cánticos, con vallas publicitarias muy diferenciadas según la competición (como las típicas de PlayStation, Mastercard o Nissan en la Champions). En ambos casos, el público está recreado en 3D y da sensación de movimiento, aunque, en el caso de FIFA, es muy evidente el uso de clones, mientras que PES, aunque quizás logra camuflarlos mejor vistiéndolos de distintas maneras, tiene el problema de unos notorios bordes de sierra cuando se pincha algún plano cercano. En el juego de Konami, se dejan notar mucho los gritos de los futbolistas cuando se produce una falta dura. Hay que destacar el desgaste dinámico del césped en el título de EA (exagerado por momentos, eso sí), algo que no ha incluido su rival.

• Clima y horarios. Aquí, hay una diferencia abismal. El título de EA Sports permite configurar los partidos tanto con lluvia como con nieve, a lo que hay que añadir la posibilidad de fijar la hora de los partidos en intervalos de treinta minutos, desde las 12.00 hasta las 22.00, con todo el abanico lumínico que eso supone. Así, el color del cielo o las sombras provocadas por la arquitectura del estadio sobre el estadio son una delicia. En cambio, el juego de Konami sólo cuenta con efectos de lluvia (aunque esto es novedoso respecto a la temporada pasada) y únicamente permite elegir entre día y noche, sin medias tintas, lo que impide una riqueza visual que podría hacerle mucho bien al conjunto.

• Parecido de los jugadores. La distancia se ha estrechado enormemente en este apartado, ya que FIFA 15 es muy continuista y PES 2015, tras la debacle del año pasado, cuando el Fox Engine hizo su debut, ha dado un gran salto cualitativo para colocarse casi a su misma altura. Así, infinidad de jugadores de clase media-alta son perfectamente reconocibles, aunque hay que decir que el juego de Electronic Arts, al tener más licencias, tiene más jugadores, como es lógico, si bien el grado de parecido va reduciéndose cuanto menos relevantes son los equipos, como siempre ha ocurrido en el género. En ambos casos, las texturas de las caras tienen bastante margen de mejora, pues, aunque hay buenos detalles, la expresividad, la apariencia de la piel o la viveza de los ojos no están conseguidas del todo. El juego canadiense tiene el plus de las emociones de los jugadores.

Licencias: David contra Goliat

Las licencias son un aspecto esencial en el género deportivo y, concretamente, en el del fútbol siempre ha habido mucha polémica al respecto. Como siempre, FIFA cuenta con muchos más equipos y jugadores reales, pero PES lleva ya varios años gozando de los torneos internacionales más importantes, lo que contribuye a equilibrar un poco la balanza.

• Competiciones y equipos. Hay importantes diferencias en este apartado, pero menos importantes de lo que podría pensarse en un principio. Por un lado, FIFA 15 cuenta con las ligas de veintiséis países, incluida la segunda división de los más importantes: Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Chile, Colombia, Corea del Sur, Dinamarca, Estados Unidos, Escocia, España, Francia, Holanda, Inglaterra, Italia, México, Noruega, Polonia, Portugal, Irlanda, Rusia, Suecia, Suiza y Turquía. Además, hay 47 selecciones y equipos sueltos del resto del mundo (Olympiakos, Shakhtar Donetsk, Rangers). La cantidad es brutal, y hay exclusivas de mucho peso, como las de Alemania, Rusia o Turquía. Conviene destacar que la Premier League está licenciada de pe a pa, con los veinte equipos y, sobre todo, los veinte estadios. Por otro lado, PES 2015 cuenta con los campeonatos domésticos de ocho países, también con la segunda división de algunos (lo cual es novedad en la saga): Argentina, Brasil, España, Francia, Holanda Italia, Inglaterra y Portugal. Los seis primeros están totalmente licenciados, con la exclusividad del Brasileirao. Ahora bien, los equipos de Inglaterra y Portugal son ‘falsos’ en su mayoría, con contadas excepciones, como el Manchester United, el Benfica o el Oporto (eso sí, sus jugadores sí son los reales). Para compensar esas limitaciones, el juego de Konami tiene en exclusiva cuatro de los cuatro torneos internacionales más importantes: la Copa Libertadores, la AFC Champions League asiática, la Europa League y, sobre todo, la Champions League (aunque faltan algunos de sus equipos, como el Borussia Dortmund). Asimismo, hay 81 selecciones, algunas de las cuales cuentan con jugadores falsos, como Croacia, Gales o Turquía. Del mismo modo, hay equipos sueltos, aprovechando las licencias de los citados torneos internacionales (Bayern de Múnich, Schalke 04, Peñarol). Analizando ambas listas, está claro que la primera es más completa, pero la segunda se defiende muy bien con sus exclusividades.

• Editor. Para compensar el problema con algunas de las licencias, el juego de Konami cuenta con un completo editor que permite modificar los nombres de equipos y jugadores o las equipaciones. De hecho, se incluyen varias ligas genéricas por si alguien tiene paciencia y quiere crear equipos que no se hayan podido incluir por no tener los derechos o incluso inventarse escuadras propias. El juego de EA, por el contrario, no tiene ninguna herramienta así, y lo malo es que, en la versión para la nueva generación, no se ha incluido el famoso Centro de Creación, que, en la generación de PS3 y Xbox 360, permitía hacerse equipos propios a través de una página web para, luego, poder descargárselos.

• Estadios. La comparación es odiosa en este punto. FIFA 15 cuenta con la friolera de 72 estadios, en su mayoría reales. Además, se han recreado los aledaños de los más importantes, como el Santiago Bernabéu o el Camp Nou, para que luzcan en los vídeos de introducción de los partidos. En cambio, PES 2015 sólo ofrece once estadios, de los que siete son reales y cuatro, ficticios. La cifra es paupérrima, y más si tiene en cuenta que, en la entrega de hace dos años, estaban incluidos, por ejemplo, los veinte de la Liga BBVA.

• Comentarios. Éste es otro punto donde la comparativa llega al extremo del dolor. El juego de EA Sports cuenta con la narración de Manolo Lama, Paco González y Antoñito Ruiz, que, independientemente de que puedan gustar más o menos como periodistas deportivos, hacen un gran trabajo, con un montaje excelente que siempre ofrece sensación de diálogo y adecuación con lo que se está viendo en la pantalla (salvo en alguna jugada esporádica). Por el contrario, Carlos Martínez y Julio Maldonado bordean el ridículo en el título de Konami, con un montaje que se tambalea por sí solo, merced a los fallos de rácord, las frases inconexas o la nula sensación de diálogo. Os recomendamos que echéis un vistazo al análisis que hemos publicado del juego para que veáis algunos ejemplos del show que protagonizan estos ‘imitadores’ de los que, en realidad, son dos de los mejores comentaristas futbolísticos de nuestro país. Se repite la historia de la temporada pasada.

• Banda sonora. De todos los contenidos licenciados que hay en ambos juegos, la música seguramente sea la que ofrece un enfrentamiento más equilibrado. FIFA cuenta con 46 temas, en su mayoría de artistas alternativos (Kasabian, Milky Chance, Nico & Vinz, Icona Pop). Pese a que la mayoría de las canciones no son conocidas, suponen un maravilloso acompañamiento para los menús. Por su parte, PES apuesta por una fórmula totalmente opuesta, pero igual de efectiva: hay ‘sólo’ catorce temas, pero muchos son muy conocidos por el gran público, como Wake Me Up (Avicii), I Need Your Love (Ellie Goulding y Calvin Harris) o Demons (Imagine Dragons). Pese a que la cantidad es mucho más escueta, la calidad es igual o incluso superior.

Modos de juego: Difuminando diferencias

Los modos de juego de ambos títulos son tremendamente similares. FIFA 15 no ha traído consigo ninguna innovación respecto al año pasado y PES 2015 ha aprovechado para recuperar todos sus modos y, además, añadir varios inspirados, innegablemente, en su rival. Así, además de partidos amistosos y campeonatos relativos a cada una de las licencias, existen varios modos que tratan de profundizar un poco en su propuesta. La saga de EA Sports sigue por delante, sobre todo por la cantidad de opciones dentro de cada modalidad, pero la de Konami ha reducido la distancia considerablemente.

• Trayectoria. El típico modo para convertirse en mánager de un club y de una selección funciona de forma muy similar en ambos juegos, bajo los nombres de Carrera y Liga Master. Así, hay que gestionar fichajes, negociaciones contractuales, seguimiento de promesas… La estructura que hay en FIFA es algo más compleja y dinámica, ya que, por ejemplo, el trato con los jugadores y con otros clubes es más verídico, aunque ninguno de los dos se puede comparar con lo que ya ha hecho Visual Concepts con una saga como NBA 2K, cuyos modos dejan a EA Sports y al PES Team a la altura del betún, todo sea dicho.

• Saltar al campo. La variante del modo Carrera en la que sólo controlamos a un jugador, ya sea un álter ego o uno ya existente, es muy similar en ambos juegos, de modo que debemos alcanzar la fama empezando desde abajo. De nuevo, el modo Conviértete en profesional de FIFA es algo más completo, ya que hay que pelear mínimamente por ganarse un puesto (no se puede empezar como titular indiscutible en un Real Madrid o un Barça por las buenas). A eso, hay que añadir un factor tan básico como el de que se puede pedir la pelota a los compañeros para que nos la den, algo que, incomprensiblemente, no sucede en PES…

• Modos online. En la vertiente en línea, nos encontramos con dos ofertas muy similares. FIFA cuenta con los modos de siempre: Temporadas (ascender o descender a lo largo de diez divisiones, con la posibilidad de jugar en cooperativo), Clubes Pro (integrarse en un equipo de hasta once jugadores, para disputar partidos de hasta veintidós usuarios) y Ultimate Team (crear un equipo a base de coleccionar cromos). PES, por su parte, lo que ha hecho ha sido copiar la fórmula de pe a pa. Así, sus equivalentes son Divisiones en línea, Juego en equipo y MyClub, que emplean las mismas mecánicas. Como valor añadido, el juego de Konami permite realizar Campeonatos en línea.

• Campo de entrenamiento. Ambos juegos cuentan con una especie de tutorial en forma de minijuegos, pero no hay color en la comparativa. FIFA cuenta con 56 juegos de habilidad en los que se nos pide hacer de todo, como sortear vallas móviles, tirar cajas, pasar el balón por en medio de ruedas… El hecho de que haya récords de puntos y comparaciones con los amigos invita a picarse a base de bien. Por su parte, PES ofrece algo similar, con veintitrés pruebas en las que también se nos da una puntuación, pero los ejercicios resultan mucho menos inspirados (lo más original que hay es tirar faltas contra dianas ubicadas en las escuadras de la portería).

Conclusión: Sigue el dominio, pero se acorta la distancia

Analizando la comparativa punto por punto, es evidente que FIFA 15 está un par de peldaños por encima de Pro Evolution Soccer 2015, ya que gana en casi todos los apartados, en especial los relativos al apartado técnico y la cantidad-calidad de opciones. Sin embargo, se ha producido un importante cambio de tendencia en la faceta más importante del género deportivo: la saga de Konami ha recuperado, por fin, el control que la hizo grande en los tiempos de PS2. El PES Team aún tiene mucho que progresar, pero es innegable que, con la llegada de PS4 y Xbox One, ha logrado reducir la abismal distancia que había habido en el último lustro, sentando una base fuerte sobre la que trabajar en lo sucesivo. Todos saldremos ganando con este reverdecimiento de la rivalidad balompédica más longeva de la historia de los videojuegos.

Análisis de FIFA 15

Análisis de PES 2015