En nuestro espacio de videos retro de los sábados, solemos hablar de videojuegos populares que marcaron época en el pasado, pero también nos gusta aprovechar para reivindicar franquicias olvidadas. Una de ellas es Bloody Roar, una serie de juegos de lucha que arrancó en los salones recreativos a finales de los 90 y alcanzó cierta popularidad en la primera PlayStation.
El sistema de juego de Bloody Roar era parecido al de juegos de lucha como Tekken, pero tenía una particularidad muy importante: todos los luchadores podían transformarse en un animal para mejorar sus habilidades y dar pie a nuevos movimientos. Así, los héroes y villanos podían transformarse en lobos, conejos o incluso camaleones. Por supuesto, estas transformaciones solo se podían llevar al cabo al rellenar la barra correspondiente y, si recibíamos muchos golpes, perdíamos la transformación. Aquí os mostramos la mejor entrega, Bloody Roar 2:
En el vídeo de aquí arriba superamos una ronda del modo Arcade de Bloody Roar 2, para que veáis sus personajes y transformaciones. Como podéis apreciar en el vídeo, el nivel técnico del juego era de lo más correcto y guardaba ciertas semejanzas con la franquicia Tekken.
Aunque la franquicia Bloody Roar aguantó el tipo hasta la generación de PS2, la cuarta entrega fue la última, pues no pudo aguantar el tirón de franquicias más populares, como la propia Tekken, Virtua Fighter o Soul Calibur. Cuando la desarrolladora Hudson Soft fue absorbida por Konami, las esperanzas de que la saga volviera a la palestra comenzaron a desvanecerse poco a poco. Así, exceptuando alguna reaparición de los juegos en las tiendas digitales, llevamos casi 2 décadas sin un nuevo Bloody Roar. ¡Nosotros los reivindicamos, nos encanta hacer el animal!
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