Tras conquistarnos con OlliOlli World, Roll7 nos sorprenden con un juego que combina la velocidad y fluidez del patín con la acción intensa de los shooters en tercera persona. El resultado es Rollerdrome, un cóctel explosivo del que os hablamos en nuestras impresiones.
A principios de 2022, la buena gente de Roll7 lanzaba OlliOlli World, un título de skateboarding arcade que derrocha estilo y es en secreto el mejor juego del año.
Bromas aparte (¿o no?), la última entrega de esta divertida saga ha cosechado muy buenas críticas; podéis echarle un ojo a nuestro análisis de OlliOlli World, si os apetece.
Sin embargo, el estudio inglés no para y ya nos trae su siguiente juego... que es a la vez similar y muy diferente a lo que han hecho hasta ahora. Su nombre es Rollerdrome, y tiene previsto llegar a PS4, PS5 y PC el próximo 16 de agosto.
Nosotros ya hemos tenido la oportunidad de darle caña (versión PS5) y en estas impresiones de Rollerdrome os contamos qué nos está pareciendo la nueva locura de Roll7.
Patines a prueba de bombas
Estamos en el año 2030. El mundo está dominado por las corporaciones y la línea entre espectáculo y realidad está cada vez más difusa. Para mantener al público ocupado, surge un brutal y sangriento deporte conocido como Rollerdrome.
Y, como ya habréis imaginado, nosotros somos los nuevos participantes que aspiran a convertirse en campeones. ¿En qué consiste el Rollerdrome? Pues, a grandes rasgos, en ponerse unos patines, coger un par de pistolas (o cualquier otra arma) y ser los últimos que quedan en pie. Tan simple como eso.
En lo que a mecánicas se refiere, esto se traduce en una jugabilidad que, a priori, no se diferencia demasiado de la de un Tony Hawk: controlamos al personaje en tercera persona, con la cámara tras la espalda, y podemos saltar, grindar, hacer grabs, flips... Se mantiene el estilo sencillo para realizar trucos que veíamos en OlliOlli World, pero con dos importantes diferencias.
La primera es que es imposible fallar: por muy mal que hagamos un giro o aterricemos un truco, nuestro personaje siempre cae de pie. De esta forma, se mantiene una gran sensación de fluidez en todo momento.
La segunda es que aquí los puntos que nos dan los trucos son la menor de nuestras preocupaciones. El verdadero motivo para el que queremos estar realizando cabriolas en todo momento es que, al hacerlo, se reponen las reservas de munición de nuestras armas.
Cuando lo pensamos fríamente, parece la idea más sencilla del mundo... y al mismo tiempo la más brillante. Rollerdrome quiere que asesinemos a nuestros enemigos y nos obliga a hacerlo constantemente con estilo.
Porque la munición de las armas se agota en un abrir y cerrar de ojos, lo que significa que, la mayoría de veces, vamos a estar disparando mientras grindamos o hacemos un truco en pleno vuelo. Y sí, es tan espectacular y satisfactorio como suena.
Las mecánicas de disparo también tienen su aquel, pues podemos disparar con una mira que se fija de manera automática cuando estamos cerca de los enemigos o presionando el gatillo izquierdo para apuntar.
De esta última forma no sólo ganamos precisión: también se ralentiza el tiempo. Y os aseguramos que la acción puede llegar a ser tan vertiginosa que se agradecen y mucho estos breves segundos de respiro.
Además, cada arma de fuego tiene algún aspecto único. Con la escopeta, por ejemplo, si apuntamos y disparamos en el momento exacto realizamos un disparo perforador, que causa mucho más daño. Y por si hacen falta más excusas para disparar... al matar enemigos dejan caer recuperaciones de salud. Está todo pensado. No han dado puntada sin hilo.
Como medida de defensa para evitar los ataques con bate de béisbol, disparos de francotirador, cohetes y demás parafernalia con la que nos atacan los enemigos, contamos con un útil movimiento de esquiva que, de realizarse en el último momento, nos da puntos extra.
En cuanto al desarrollo, Rollerdrome sigue de nuevo la estela de OlliOlli World (y los Tony Hawk) y nos presenta una serie de niveles que debemos ir completando para desbloquear el acceso al siguiente.
Los niveles son únicos, tanto en estructura como en diseño visual, y cuentan con desafíos de todo tipo: conseguir las cinco monedas de combo, realizar un truco concreto, esquivar ataques enemigos, matar a los enemigos de una forma concreta... Si habéis jugado a OlliOlli World (o a los Tony Hawk), ya sabéis lo mucho que engancha esta fórmula.
Pero quizás lo que más nos ha sorprendido de Rollerdrome es que cuenta una historia. Lógicamente no es su foco, pero tenemos pequeñas secciones en primera persona en las que investigamos y examinamos documentos con el objetivo de desenmascarar a las corporaciones. Nos ha dejado con ganas de saber más.
Por último, pero no por ello menos importante, tenemos el sensacional apartado audiovisual. Rollerdrome demuestra que en Roll7 son unos auténticos maestros del estilo cel shading, pues es la clase de juego que entra por los ojos desde el minuto uno. En este caso, sin embargo, han optado por un estilo años 60 que le sienta de maravilla.
Para amenizar los baños de sangre, y siguiendo la línea del estilo visual, Rollerdrome bendice nuestros oídos con melodías retro-electrónicas estilo synthwave. Una gozada.
En definitiva: muy buenas sensaciones con esta primera toma de contacto con Rollerdrome. No le perdáis la pista, porque podría ser sin problemas uno de esos juegos que llegan si hacer mucho ruido y acaban siendo una de las sorpresas del año.
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