Impresiones de Super Mario Bros. Wonder, un plataformas impredecible y "mariovilloso"

La semana pasada, en Gamescom 2023, tuvimos la oportunidad de probar a puerta cerrada uno de los títulos más elefantásticos de Nintendo Switch para este 2023: Super Mario Bros. Wonder. Con esta nueva aventura, el fontanero más famoso de los videojuegos regresa al formato que le vio nacer: las plataformas con desplazamiento lateral.

Y aunque es inevitable acordarse de los New Super Mario Bros., esta nueva maravilla (o "wonder") bien podría ser el Mario más dispuesto a romper los esquemas, a salirse de todo lo establecido previamente. 

Ya habéis visto lo del elefante, lo de las flores parlantes... Y es muy fácil hacer bromas con aquello de «por fin las setas han tenido efecto sobre Mario».

Pero tras haberlo probado durante unos 45 minutos, os podemos asegurar que eso no es nada. Cada salto es una nueva sorpresa en esta entrega, sorpresas que vienen acompañadas por mecánicas realmente interesantes y rompedoras dentro de la fórmula plataformas tradicional que tan bien conocemos. Os lo contamos todo en estas impresiones de Super Mario Bros. Wonder.

Super Mario Bros. Wonder: espera lo inesperado

La demostración consistió en probar una serie de niveles, algunos de los primeros de la aventura y otros más avanzados, en compañía de otras dos personas. Así que nuestra sesión de Super Mario Bros. Wonder fue en todo momento una partida cooperativa de tres jugadores.

Por eso, antes de empezar a dar saltos, tuvimos que elegir a un personaje. Y aquí hay una cosa muy importante a tener en cuenta: Mario, Luigi, Daisy, Peach o Toad no cuentan con ninguna ventaja adicional, mientras que Yoshi y sus variantes de distintos colores, cuentan con varias ayudas... pero no se pueden beneficiar de los efectos de los power-ups.

En otras palabras: jugar con Yoshi es el modo fácil de Super Mario Bros. Wonder, aunque limita bastante la experiencia.

Una vez escogido nuestro personaje (Luigi, por supuesto), nos lanzamos al primer nivel a la caza de Semillas Maravilla, que es el objeto coleccionable principal de esta entrega. Los primeros compases fueron "muy Mario", con muchos saltos, unos cuantos bloques y alguna que otra cañería. 

Pero también advertimos algunas novedades, como unas flores de color azul que actúan como una suerte de interruptor: cuando las tocamos, pueden pasar cosas como que aparezcan monedas, bloques o que crezcan cañerías del suelo.

Tras avanzar un poco en el nivel, dimos con el ya famoso power-up del elefante, lo que transformó a los tres personajes en versiones "elefantizadas". Bajo esta apariencia, podíamos usar la trompa para golpear, destruir bloques simplemente con tocarlos y éramos resistentes al daño de enemigos pequeños, como los Goombas.

Pero la habilidad más interesante de esta forma elefante es la capacidad para recoger y expulsar agua con la trompa. Esto se puede usar, entre otras cosas, para regar semillas y hacer que las mencionadas flores azules germinen.

Seguimos avanzando hasta dar con la primera semilla maravilla, pero al tocarla fuimos transportados a uno de esos niveles psicodélicos en los que el escenario cambia, la música se acelera y pasan cosas rarísimas, como que las cañerías cobren vida y empiecen a subir y bajar o a comportarse como orugas. Fue toda una experiencia... y eso que era el primero de estos niveles.

Tras conseguir la semilla maravilla, volvimos a la versión normal del nivel y unos metros más adelante nos esperaba la bandera que señalizaba su final.

A continuación nos fuimos hasta un nivel algo más avanzado que destacaba por la presencia de un nuevo enemigo, mitad ardilla, mitad tortuga, que disparaba bellotas con la boca y salía por patas en cuanto nos veía. Aquí también aprendimos que en Super Mario Bros. Wonder es posible almacenar hasta tres power-ups para usarlos más tarde, algo realmente útil.

Una de estas... ¿Arditugas? ¿Tortudillas? cargaba con la semilla maravilla, así que tuvimos que perseguirla para arrebatársela. Al lograrlo, fuimos transportados a un nivel psicodélico donde llovían estrellas, pero no de las normales: eran súper estrellas. Así que en cuanto agarramos una, el nivel se convirtió en una carrera a toda velocidad para atrapar la semilla maravilla.

Para pasar al siguiente nivel nos dirigimos hacia una zona diferente del mapamundi. Nos sorprendió descubrir que, pese a que hasta el momento el control en estas secciones era "sobre raíles" (como de costumbre), en esta nueva zona teníamos control total sobre el personaje y podíamos elegir qué nivel visitar a continuación.

Esto es interesante porque en Super Mario Bros. Wonder se muestra el índice de dificultad de los niveles. En este caso, por ejemplo, podíamos elegir entre ir a un nivel con una estrella de dificultad o a un nivel con dos estrellas.

El sitio en el que acabamos estaba repleto de nuevos enemigos, siendo los grandes protagonistas unos toros que corrían a toda velocidad a por nosotros y eran capaces de arrasar con todo. Lo divertido de este nivel era que debíamos aprovechar la embestida de los toros de formas muy ingeniosas para acceder a determinados secretos, como la semilla maravilla.

Antes de dar el salto al siguiente nivel, fue el momento de conocer una de las novedades más importantes de Super Mario Bros. Wonder: las insignias. Al progresar en la aventura, llegaremos a niveles conocidos como 'desafíos de insignia' que debemos superar haciendo uso de una habilidad de desplazamiento única, como el salto de pared.

Una vez superado obtendremos una insignia que, al ser equipada, nos permite usar esa habilidad en cualquier nivel. Hay insignias para el planeo con gorra, el salto flotante, el salto de altura agachados... Así como insignias que confieren efectos muy interesantes, como obtener monedas al derrotar enemigos o empezar los niveles disfrutando de los efectos de un súper champiñón.

La gracia está en que sólo podemos equipar una insignia, así que debemos elegir la que se ajuste mejor a nuestro estilo de juego.

Además de todo esto, en Super Mario Bros. Wonder tampoco faltan las fases de bonus. La que pudimos probar tenía un carácter musical, invitándonos a golpear bloques con notas para derrotar a unas plantas piraña.

Y hasta ahora sólo hemos rascado la superficie, porque en los siguientes niveles que jugamos las cosas se fueron volviendo cada vez más inesperadas y alocadas.

En una cueva de cristal, obtuvimos un power-up que transformó a nuestro personaje en un taladro, lo que nos permitió destruir bloques especiales y desplazarnos por paredes y techo gracias a la habilidad de excavar. 

Y en el último nivel que pudimos probar, obtuvimos un power-up que nos daba la habilidad de lanzar burbujas y cogimos una semilla maravilla que nos transformó en... Goombas. Sí, los bichejos con forma de champiñón. Esto redujo drásticamente nuestra movilidad, obligándonos a ocultarnos tras unos árboles para evitar la mirada (y la boca) de los enemigos.

Por último también queremos mencionar el apartado visual de Super Mario Bros. Wonder, porque menuda pasada. Y no sólo porque sea un juego muy colorido y con un estilo visual que derrocha personalidad, también por la gran cantidad de pequeños detalles en forma de animaciones que podemos observar si estamos atentos.

Algunos ejemplos: los hermanos Mario se dejan la gorra atrás al entrar en las tuberías y echan un vistazo antes de salir, al agacharnos en forma de elefante caminamos a cuatro patas, si acabamos el nivel con agua almacenada en la trompa se muestra una animación diferente.. Se nota que es un juego cuidadísimo.

Así que, por si no ha quedado claro, hemos salido maravillados de esta primera toma de contacto. Los nuevos power-ups, la gran variedad de niveles, los loquísimos efectos de las semillas maravilla, novedades de peso como las insignias, el multijugador... Super Mario Bros. Wonder lo tiene todo para convertirse en uno de los mejores Mario con desarrollo tradicional.