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Jugándonos una hernia con el PlayXone de PS2: Historias del Tío Bruno

Tio Bruno PlayXone cabecera
¿Llegásteis a tener un PlayXone para PlayStation 2? Probamos este peculiar periférico, que permitía trasladar nuestros movimientos a los juegos de lucha. El resultado, como no, roza la catástrofe.

The Way of the IMSERSO, El puño de la estrella del geriátrico, El mono canoso sobre el ojo del ligre… Estos fueron algunos de los titulares que se barajaron para el vídeo de esta semana, aunque el más certero sería La emboscada de Quesada: Parte II. Porque si hace 15 días el Onassis del Retro nos desafió a probar los infames Zelda de CD-i, ahora nos sorprende con el PlayXone, un delirante combo de alfombra de baile y detector de movimiento para PlayStation 2 que apareció en el mercado español hacia la primera mitad de la década del 2000. El trasto es realmente curioso, pero vernos a nosotros en acción es francamente demoledor. Atreveros a verlo por vosotros mismos en este vídeo…

Aunque recuerdo ver este peculiar ingenio en un E3 de la época, en un pasillo de la feria y a cargo de un atleta de las artes marciales dándolo todo, puede que me esté confundiendo con algún otro aparato diseñado para los mismos fines, como el mucho más popular GameTrak. Ha sido complicado encontrar información sobre su fabricante y el resto de los mercados en los que pudo tener alguna presencia el PlayXone. En el reverso de la caja aparece la siguiente frase: “Playxone y su logo están registrados y patentados por Playxone S.L.”. El registro que hemos encontrado sobre dicha empresa la sitúa en Murcia, con 2004 como año de fundación.

Tio Bruno PlayXone virtua fighter

Siguiendo la estela del fallido Activator de Mega Drive, PlayXone estaba diseñado para trasladar los movimientos de nuestro cuerpo a la PlayStation 2, enfocándose específicamente a los juegos de lucha. Para ello combinaba una alfombra con sensores, parecida a la que Konami popularizó con las versiones domésticas de Dance Dance Revolution, con cuatro sensores inalámbricos que debían ajustarse a muñecas y tobillos. De esta manera el aparato podía capturar todos nuestros movimientos y trasladarlos en tiempo real a nuestros juegos favoritos. Al menos esa era la promesa que mostraba la caja: “Sistema de lucha virtual ¡Reproduce virtualmente todos tus movimientos!"

Tio Bruno PlayXone fight club

La realidad, como podéis ver en el vídeo, era muy distinta. Vale que ya no estamos en plena forma (especialmente un servidor, que se mueve menos que un hidroavión de plomo), pero la detección de movimientos no destaca por su precisión ni por su velocidad a la hora de trasladarlos al juego. El retardo es evidente y a veces confunde puñetazos con patadas. Aun así, hay que reconocer que la instalación del PlayXone no puede ser más sencilla y tampoco nos dio problemas de compatibilidad con los que juegos de lucha que probamos con él.

Tio Bruno PlayXone celebrity deathmatch

La tecnología virtual te permite sentirte dentro mientras juegas, ponerte en forma y desarrollar tus facultades de movimiento”, sentencia la parte trasera de la caja del PlayXone. Bueno, al menos nos ha servido para hacer algo de ejercicio y si con ello hemos logrado provocaros una sonrisa y alguna que otra carcajada, habrá merecido la pena jugarse una hernia o una rotura de menisco. ¿Llegasteis a tener este aparato en casa? ¿Estáis preparados para vernos hacer el cabra con el Activator si algún día logramos resucitarlo? Dejadnos vuestros comentarios abajo, por favor. Y por sobre todo, queremos dar las gracias a Joaquín por prestarnos el PlayXone. Mi cardiólogo también te lo agradece.

 

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