Repaso a la carrera de Arnold Schwarzenegger, el actor y político al que nunca se le acaba la energía

Hay pocas estrellas que hayan brillado con tanta luz en California como la de Arnold Schwarzenegger. El acto del apellido imposible, apodado en nuestro cariñosamente en nuestro país como “El Chuache” por una legión de nostálgicos, se convirtió en una de las mayores leyendas de la industria del cine moderno por derecho propio.

Ahora que el actor, empresario, político y fisicoculturista profesional de origen austriaco cumple 76 años de edad, toca echar la vista atrás y hacer un repaso de la vida de Arnold Schwarzenegger. Una historia vital que, desde luego, daría para más de una película por la cantidad de lugares a los que ha llegado este fenómeno.

Los primeros años de Arnold Schwarzenegger

El 30 de julio de 1947, en la pequeña localidad austriaca de Thal, nacía Arnold Alois Schwarzenegger. Lo hizo en el seno de una familia católica que profesaba una fe constante y muy estricta. “Austria era un mundo completamente diferente”, explicó el actor en su día. “Si hacíamos algo malo, nuestros padres nos castigaban siempre con dureza”.

De hecho, la relación del joven Arnold con su padre no era precisamente buena. Hubo rumores incluso de que no era su padre biológico. “Me tiraba del pelo y me pegaba con cinturones”, dijo Schwarzenegger en una entrevista con Fortuna que data de 2004. “Así eran las cosas entonces. No querían crear un individuo, sino cumplir con un estándar”.

Pronto el pequeño Arnold encontró en el deporte una vía de escape de la mala relación con su progenitor y los problemas económicos de casa. Su amor por las pesas comenzó en 1960, cuando su entrenador de fútbol lo llevó a un gimnasio. Tan solo un curso después, con catorce años de edad, el muchacho decidió apuntarse a culturismo.

“Fui inspirado por Reg Park y Steve Reeves”, explicó. “Sus logros me permitieron creer en lo que era posible, incluso cuando otros a mi alrededor no siempre comprendían mis sueños”. Y, desde luego, no necesitó mucho tiempo para hacerlo, porque cuatro años después ganó el campeonato de Mr. Europa en categoría júnior.

Arnold Schwarzenegger estaba convencido de que su billete a América era el triunfo en el campeonato de Mr. Universo, y lo hizo. En 1967, con apenas veinte años de edad, ganó su primer título universal. Volvió a ganarlo tres veces más, aunque un año después de aquella primera vez compró el soñado billete de ida a Estados Unidos.

“Cuando vine a este país, mi acento era muy malo y muy fuerte”, admitió. “Eso fue un obstáculo cuando comencé mi carrera como actor”. Eso sería tiempo después, ya que antes se alzó ganador en el torneo de Mr. Olympia y se convirtió en el mayor culturista del mundo, el más joven de todos los tiempos en lograrlo.

Sus primeros pinitos como actor en Hollywood

La primera película de Arnold Schwarzenegger de la que se tiene constancia fue Hércules en Nueva York (1969), donde hacía del gran héroe mitológico griego. Cuatro años después aparecería sin acreditar en Un largo adiós (1973), en la que apenas tenía relevancia. Pudo resarcirse poco después con El gran guardaespaldas (1976)

“El comienzo fue muy difícil para mí”, reconoció públicamente el actor. “Me dijeron los agentes y en los castings que mi cuerpo era extraño, que tenía un acento muy gracioso y que mi nombre era demasiado largo, que debía cambiarlo. Básicamente, en todos los lugares a los que iba me aseguraban que no tenía ninguna oportunidad”.

Sin embargo, a pesar de todas esas advertencias, Arnold Schwarzenegger llamó la atención de la industria del cine cuando se estrenó Pumping Iron (1977), un documental ambientado en el mundo del culturismo. Tras quedarse fuera de varios papeles grandes como Hulk y fracasar en un par de películas con grandes actores, su carrera estaba contra las cuerdas.

El origen de la leyenda y su ‘boom’ en los años 80

Es entonces cuando llegó Conan el Bárbaro (1982). El éxito desmedido de las aventuras del gran héroe de Robert E. Howard colocó a Arnold Schwarzenegger en el mapa internacional y lo convirtieron de inmediato en una de las mayores estrellas del cine de los 80. Lo que pocos sabíamos es que esto tan solo era el principio de algo más grande.

Apenas dos años después, en 1984, Arnold Schwarzenegger debutó por primera vez en una franquicia llamada Terminator. Lo veríamos hasta cinco veces más en la piel de ese emblemático personaje de la cultura popular que lo transformó en una de las mayores estrellas de entretenimiento de todos los tiempos.

Commando (1985), Ejecutor (1986), Perseguido (1987), Depredador (1987) y Danko: Calor rojo (1988) son grandes ejemplos de que el cine de acción de la época estuvo prácticamente conquistado por la figura omnipresente de Arnold Schwarzenegger. También probó fortuna como director de cine, pero lo cierto es que no le fue nada bien.

La historia de cómo Arnold Schwarzenegger se pasó a la política

Durante su época como actor, Arnold Schwarzenegger siempre tuvo claras sus ideas políticas. A diferencia de todos sus compañeros actores y directores, demócratas consolidados, Schwarzenegger se declaró públicamente del Partido Republicano cuando acompañó en un mitin de 1988 al por entonces vicepresidente George H.W. Bush.

El primer cargo político que desempeñó tuvo lugar entre 1990 y 1993, cuando presidió el Consejo de Salud, Física y Deportes y fue apodado por el mencionado Bush como “Conan el Republicano”. Arnold Schwarzenegger siempre fue republicano porque estaba en contra de las políticas socialistas, de las que huyó de su país cuando era joven.

El gran momento político de Arnold Schwarzenegger fue su anuncio de la candidatura a Gobernador de California en agosto de 2003. Aunque era el nombre más conocido de todas las listas republicanas, lo cierto es que muchas personas dudaban de su potencial político y tampoco sabían muy bien qué ideas representaba exactamente.

A pesar de ello, el 7 de octubre de 2003 fue elegido como Gobernador de California con un 48% de los votos. A día de hoy, Arnold Schwarzenegger sigue siendo el inmigrante que más lejos ha llegado en el mundo de la política dentro de los Estados Unidos de América. Su valor es indudable, más allá de si estás de acuerdo o no con sus ideas.

Tres años después, Arnold Schwarzenegger se presentó a la reelección como Gobernador de California y volvió a salir elegido con el 56% de los votos. Durante su mandad, vetó las leyes de legalización del matrimonio homosexual; pero poco después cambió su postura y apoyó la derogación de dicha prohibición.

Chocó frontalmente con su partido tras aprobar el estudio de células madre y promover una ley que obligaba a las empresas a reducir la emisión de gases de efecto invernadero. Curiosamente, fue el primer político estadounidense que llevó a cabo políticas semejantes. Unas políticas que después fueron replicadas en otros estados.

El 3 de enero de 2011, tras dos candidaturas completamente agotadas y ocho años en el cargo, Arnold Schwarzenegger abandonaba la oficina del Gobernador de California y le cedía su cargo a Jerry Brown. Su relación con la política sigue viva, como lo está también la del cine. Pero su estrella sigue brillando en Hollywood como el primer día.