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Ya hemos (re) leído All Star Superman

Jesús Delgado

Ya hemos (re) leído All Star Superman
Este mes ECC ha editado una de las más hermosas obras dedicadas al Hombre del Mañana escritas durante la pasada década. En ella el tandem Morrison-Quitely logran recrear la más entrañable e inolvidable historia del superhombre de la Edad de Plata.

Todos nos sabemos la historia de Superman. ¿O hay alguno de nuestros lectores que a estas alturas no conozca la historia del ultimo hijo de un planeta moribundo cuyos padres lo enviaron a la Tierra en cohete, en donde fue criado por una pareja de bondadosos granjeros del Medio Oeste de USA, quienes a su vez le inculcaron de grandes valores para que se convirtiera en una inspiración y el mayor héroe que jamás conoció el planeta? ¿No, no os suena de nada? Tranquilos que eso tiene fácil arreglo: ¡dentro imágenes!.

Ya hemos (re) leído All Star Superman

Si después de estas cuatro viñetas habéis corrido a poneros en Youtube el tema de Superman de John Williams, tranquilos que es normal. Ya que esto que habéis visto es el épico arranque del cómic que os traemos hoy,  una de esas obras que al tiempo se convertirán en un clásico (si no lo es ya). Se trata de All Star Superman, un viaje al Superman clásico de mano deGrant MorrisonyFrank Quitely, quienes a través de doce capítulos elevan al personaje a la categoría de dios olímpico nada menos. Y el cual, ECC ha reeditado en febrero en un tomo único.

Esta excepcional historia nos narra el último año de vida de un moribundo Superman, quien infectado por un extraño exceso de radiación solar deberá zanjar todos sus asuntos pendientes, despedirse de su familia y amigos, dejar la Tierra a buen recaudo  y donar un legado inmortal al planeta que le acogió. Así, durante esos últimos doce meses de vida, el Hombre de Acero irá realizando inadvertidamente doce grandes tareas que convertirán su nombre en leyenda, haciendo que su esencia trascienda más allá de la muerte.

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Pero la cosa no acaba ahí, para que esta epopeya quede revestida del adecuado halo de misticismo que pretende tener, los buenos señores Morrison  y Quitely nos trasladan a la estética y planteamiento del Superman de la Edad de Plata (Años 50 y 60). Así solo puede comprenderse  sus planteamientos maniqueos, sus grandes dosis de fantasía y la gran hipérbole tecnológica en la que vive este universo en viñetas. ¡Ah, y no olvidemos tampoco la presencia de la gran S de Superman bordada también en la capa del héroe, por supuesto!

Si llegados a este punto ya estáis interesado en adquirirlo, os decimos su precio: 29 euros. Los cuales justifican las 328 páginas a todo color, los extras con bocetos y comentarios de los artistas y una encuadernación en rústica de lo mejorcito que hay en el mercado.  Pero, además, si los premios Eisner de 2006 y 2007 que lo premian no os son suficiente alieciente como para tenerlo en vuestra biblioteca, dejad que el autor de este reportaje os trate de persuadir con su personal crítica.

Un Superman para la eternidad

A pesar de la ternura que siempre me ha inspirado, nunca he sido un devoto seguidor del Hombre de Acero. Esa es la verdad. Siempre me he sentido mucho más cómodo con héroes como John Constantine, Batman, Spider-man, El Capitán América o incluso Masacre. Todos ellos personajes con limtiaciones frente al ilimitado poderío del Último Hijo de Krypton. Sin embargo, All Star Superman ha logrado que me llegue a implicar emocionalmente por el Hombre de Acero  y que incluso valore trabajar día a día con él, más por mero placer que por un celo profesional.

Ya hemos (re) leído All Star Superman

¿El motivo? Principalmente su historia. Grant Morrison no recurre a quiebros inesperados con personajes modernos como Superboy Prime, ni a amenazas extramas como DarkSeid para acabar con la vida del héroe. No, en su lugar vuelve a un planteamiento básico: Lex Luthor en plan psícopata megalómano urde una trama para acabar con su enemigo y "le sale bien". Punto.

Todo ello, por supuesto, tiene como fin el de establecer un paralelismo entre Kal-El y los héroes griegos, semidioses algunos, que tras superar duras ordalias eran elevados al estatus de deidades al borde la muerte. Ya que, más o menos, eso es lo que nos plantea esta historia. Salvo que en lugar de Tebas, minotauros y un viaje por la laguna Estigia, tenemos  locus conocidos por todos: La Fortaleza de la Soledad, el Daily Planet, Smallville, Metrópolis.....y a personajes habituales en sus versiones más clásicas: Pa y Ma Kent, Jimmy Olsen, Lois Lane, Bizarro, etc.. Como veís,  unos elementos que cualquier aprendiz de geek medio que haya visto las series de TV, las pelis de Christopher Reeve o incluso haya leído algún tebeo suelto, podrá identificar y situar.

Aunque claro, tampoco hay que olvidar que Morrison pretende recrear la Edad de Plata y de ahi que nos meta con calzador a héroes poco conocidos como Sansón, o al Escuadrón de Supermanes, e incluso haga un guiño al moderno Superman introduciendo a un "Doomsday" muy sui generis durante uno de los capítulos. Aunque son pecadillos perdonables en aras de una narrativa fluida y que pretende sorprender al lector en cada nuevo giro del argumento.

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Por otro lado, prestando atención al aspecto visual, Frank Quitely hace un trabajo excepcional. Desde la expresión corporal a la gran belleza y variedad de planos, hasta la propia riqueza gestual de los personajes, Quitely borda las ilustraciones. En especial, cabe destacar la habilidad con la que al dibujar a Clark Kent y Superman por separado logra engañarnos para que creamos que se tratan de dos personas distinta. ¡Cuando lo único que hace es ponerle o quitarle las gafas, cambiar la postura de su espalda y el peinado que luce! ¡Alucinante!

Claro que el entintado digital de Jamie Grant tambien ayuda mucho. El colorista aplica las bases de su trabajo en We3 a este cómic dotándolo de un aura luminiscente propia de lo más maravilloso de la Edad de Plata del cómic, tan distinta, pura e inocente respecto a la de sus sucesoras. Tan grande es su habilidad de Grant, que el modo con el que juega con las luces y le saca partido a los pinceles y lápices de Quitely es, indudablemente, el tercer gran valor de este ejemplar.

Ya hemos (re) leído All Star Superman

Como reflexión final pues, podemos decir que Superman All Star es una obra completísima, hecha practicamente para todos los públicos. Aunque desgraciadamente debido a su temática, a matacaballo entre el mito griego y el cómic de metahumanos, quienes más sabrán apreciarla y disfrutarla serán aquellos lectores de un perfil que supere al iniciado en el mundo de los cómics. Sin embargo, también es una sabia elección para aquellos que deseen adentrarse y conocer una obra de superhéroes más seria y con más calidad que la que las series regulares suelen ofrecer.

Además gracias a su excelente encuadernado, la calidad del papel se trata de un regalo de lujo para hacer a cualquiera (o hacernos a nosotros mismos, de darse el caso). Ya que, honestamente, los 29 euros que vale el cómic se justifican desde la primera hasta la última página en lo que es una historia que no solo hace justicia a Superman, sino que también está a la altura de su leyenda.

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