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Análisis de Assassin's Creed Valhalla: La ira de los druidas, su primer DLC

Assassin's Creed Valhalla: La ira de los druidas

La conquista vikinga de Eivor alcanza nuevas fronteras con su primer DLC. Gracias a él, viajamos a Irlanda para conocer nuevas disputas entre reyes y una amenaza de lo más alucinógena: los druidas.

Assassin's Creed Valhalla ha supuesto un éxito tanto de ventas como de crítica para Ubisoft, gracias a una historia interesante, una estupenda ambientación y un mundo gigantesco, casi inabarcable. En nuestro análisis de AC Valhalla ya os contamos sus múltiples virtudes y, como era de esperar, la cosa no se iba a acabar ahí.

Como ya es tradición en la franquicia, la experiencia "base" recibe su primera gran ampliación con un nuevo DLC, llamado La ira de los druidas. Al sumergirnos en él, Eivor descubre que un rey irlandés dice conocerlo y necesita su ayuda para resolver unas disputas en su tierra. Así, el vikingo (al que le gusta mas viajar a tierras nuevas que a un tonto un lápiz) parte hacia la misteriosa Irlanda, donde le esperan nuevos terrenos por conquistar, inquinas entre reyes en las que medrar y una amenaza nueva: los druidas, una especie de "hechiceros naturistas" con mucha ambición de poder...

Comenzar a jugar el DLC La ira de los druidas es sencillo. Una vez lo descargamos, solo tenemos que ir al embarcadero de nuestro asentamiento para encontrarnos con Azar, una comerciante que nos encargará una pequeña misión "de calentamiento" para después hacernos viajar hasta Irlanda, el nuevo territorio.

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Una vez allí, podemos desplazarnos con libertad por el mapeado o bien volver a Inglaterra cuando deseemos. Como el DLC está integrado en el avance, mantenemos la experiencia que habíamos acumulado en la aventura principal y, lógicamente, los niveles que subamos en estas nuevas misiones también se mantendrán cuando volvamos a Inglaterra. Esto es útil si habéis dado mucha caña al juego y estáis atascados en niveles por encima de 250, tras los que es más difícil ascender. Con este DLC, subiréis varios con facilidad.

En cualquier caso, basta con tener en torno a nivel 55 para estar a la altura del desafío, aunque si vuestro nivel es superior, el juego adaptará la dificultad en consonancia. Las misiones principales os llevarán entre 6 y 10 horas, lo cual no está nada mal y, aparte, hay varios desafíos extra.

Assassins Creed Valhalla: La ira de los druidas

Para hacer avanzar la trama, en Assassin's Creed: La ira de los druidas tenemos que llevar a cabo saqueos o conquistar fortificaciones, entre otras cosas. Todo eso no es nuevo, pero como decimos hay algunas actividades que se estrenan aquí. Por un lado, podemos tomar puestos (pequeñas estructuras circulares defendidas por unos pocos soldados) para gastar materiales allí y construir cabañas que ayuden a mejorar nuestra producción de objetos de comercio. Luego, podemos intercambiar esos objetos en Dublín para mejorar la relevancia de la ciudad y obtener tatuajes, máscaras para el drakkar...

En estos puestos también encontramos palomares (¿los recordáis de la época de Ezio Auditore?), en los que hay misiones extra encargadas por los reyes (normalmente, despejar una zona o matar a alguien en concreto), para ganar materiales y experiencia.

Assassins Creed Valhalla: La ira de los druidas

Pero, como podréis suponer por el título, La ira de los druidas tiene en estos últimos unos personajes importantes, los cuales tienen su propio culto clandestino, los Hijos de Danu. Esta "facción malvada" de los druidas tiene su propia jerarquía con 10 jefes en la sombra, a los que debemos dar caza tras encontrar las pistas que los localicen. Es algo así como una Orden de los Antiguos en miniatura, pero con menos gancho, porque ni siquiera vemos escenas "de despedida" cuando matamos a cada uno.

Ese es el principal problema del primer DLC para Assassin's Creed Valhalla: a grandes rasgos, ya os hemos contado todas las novedades que incluye, más allá del nuevo mapa y la propia historia principal, que comentaremos más adelante. Si bien al completar todos los retos clave podemos acceder a un par de duelos especiales y, por supuesto, los propios druidas (los cuales suelen estar rodeados de una niebla alucinógena que dificulta nuestra visión) suponen un enemigo nuevo y bastante correoso, echamos en falta novedades de peso.

No hay armas nuevas para conseguir, ni minijuegos, ni actividades que no hayamos vista ya en este o en Assassin's previos con otro aspecto. A fin de cuentas, como decíamos, tanto las actividades de construcción como los palomares provienen de los AC protagonizados por Ezio, hace ya diez años...

Assassins Creed Valhalla: La ira de los druidas

rompemos una lanza a favor de la historia principal, que es cortita y sencilla, pero cuenta con personajes interesantes, como Ciara, la poetisa de la corte que conoce bien el pasado mágico de Irlanda; o el Rey Flann, un tipo impulsivo pero noble y valiente. Sus decisiones y conflictos se muestran en escenas con estupendos diálogos, a la altura de la que yo vimos en el juego principal.

También, como era de esperar, es interesante todo lo que se nos muestra sobre el folklore de Irlanda, desde las piedras mágicas hasta las habilidades curativas de los druidas o los monstruos mitológicos, como el Puca al que podemos enfrentarnos.

Assassins Creed Valhalla: La ira de los druidas

Pero, precisamente porque esa faceta mola tanto, esta expansión nos deja con la miel en los labios. Al superarla, nos quedamos con la sensación de que debería haber mucho más para contar y descubrir, más mitología a la que enfrentarnos como Eivor (algo de lo que sí hemos disfrutado mucho en el Assassin's Creed Valhalla principal)... En definitiva, ya que esto es un DLC, Ubisoft podría haber arriesgado con dinámicas de juego e historias más alocadas (al estilo de La tiranía del Rey Washington o Jack el destripador), en vez de presentar más de lo mismo, pero con acento irlandés.

Teniendo en cuenta que el pase de temporada de AC Valhalla solo incluirá dos expansiones (esta y la futura El asedio de París) y que cuesta la friolera de 39,99 euros, nos hubiera gustado algo más revolucionario. En cualquier caso, sumergirse, aunque sea en parte, en la magia de la vieja Irlanda siempre invita a gritar Skal.

VALORACIÓN:

Aunque cae en el error de muchas expansiones de los Assassin's Creed (presentar más de lo mismo con una "capa de pintura"), es irresistible bucear en el folklore irlandés y en una historia más corta y que va al grano, algo de agradecer.

LO MEJOR:

La historia es sencilla, pero tiene su encanto. Los duelos más "alucinógenos" contra los druidas son un buen desafío.

LO PEOR:

A nivel jugable, aporta pocas novedades reseñables. Hubiéramos agradecido que arriesgara más con la temática druídica.

Plataformas:

PC,

PS4,

Xbox Series X,

Xbox One,

PS5

Versión comentada: Xbox Series X

Hobby

66

Aceptable

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