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Análisis de Disintegration, una interesante mezcla de shooter y RTS futurista para PS4, One y PC (con nota)

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Disintegration
El nuevo shooter no es solo eso sino que, a la vez, es un juego de estrategia en tiempo real. Conoce Disintegration, lo nuevo del cocreador de Halo.

Nos imaginamos que tiene que dar bastante vértigo, cuando eres un estudio de videojuegos pequeñito, eso de lanzarte a por un nuevo proyecto, sobre todo si quieres apostar por géneros tan saturados como los shooters subjetivos o los juegos de estrategia. Marcus Lehto, cocreador del legendario Halo, tomó una decisión salomónica con Disintegration, el título que nos ocupa: ¿por qué no mezclar ambos géneros?

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Así, con un pequeño equipo de solo 3 personas, que fueron creciendo hasta las 30, el estudio V1 Interactive ha creado este Disintegration, un híbrido entre juego de disparos y de estrategia que nos transporta 150 años hasta el futuro, en un planeta Tierra tomado por las grandes corporaciones. El gran cambio de la Humanidad ha venido con la integración, la posibilidad de trasladar las consciencias a cuerpos robóticos.

La gran mayoría de los humanos optaron por ello. Ahora, una fuerza robótica, los Rayonne, busca acabar con los pocos flecos que quedan de los humanos. Nosotros somos Romer, un antiguo piloto de motos voladoras, los graviciclos, que decide comandar una resistencia que acabe con los Rayonne.

Como decíamos, la dinámica de juego es uno de los puntos fuertes de Disintegration. En la Campaña (que dura entre 12 y 15 horas, según nuestra habilidad), tenemos una serie de misiones en las que hemos de avanzar mientras Romer dirige a un pequeño pelotón. Nosotros siempre controlamos a Romer en vista subjetiva y a lomos de nuestro graviciclo.

Con él, podemos volar hasta cierta altura (unos 15 metros), fintar, lanzar un disparo principal y uno secundario. También podemos activar un escáner que muestra enemigos y elementos interactivos cercanos, aunque mientras lo usamos, no podemos disparar. Hasta aquí, todo más o menos normal, con un control que recuerda a clásicos como Destiny o Forsaken.

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El gran cambio está en que, además de hacer todo esto, hemos de dirigir a nuestro pelotón. Si no hacemos nada, ellos se limitarán a seguirnos y a disparar cuando haya enemigos cerca. Pero pronto se vuelve necesario darles indicaciones: con un gatillo, podemos indicarles que vayan a una posición concreta o marcar un enemigo en el que concentren sus disparos.

También hay objetos del escenario (depósitos de nanomáquinas que nos curan, piezas de chatarra con las que mejorarnos, etc.) que solo ellos pueden abrir, así que hemos de indicárselos cuando los disparos enemigos nos den un respiro.

Además, cada miembro del pelotón tiene una habilidad especial, como una lluvia de morteros o un campo de fuerza ralentizador, que pueden usar cada cierto tiempo y solo cuando nosotros se lo indicamos, con una pulsación de la cruceta.

Disintegration

Si nuestra salud se agota, la misión fracasa automáticamente (y se carga el último checkpoint), pero si uno de los miembros del pelotón cae, dispondremos de 30 segundos para acercarnos a su "sesera" (su cabeza, vaya) caída y tocarla, para que sea revivido unos segundos después.

Si no lo salvamos en esos 30 segundos, la misión también fracasará. Por tanto, no estamos ante el típico juego en el que los NPCs de apoyo están más bien para rellenar, sino que hemos de "cuidarlos" como si fueran una parte más de nosotros.

A todo ello se une que, aunque podemos atacar casi a ras de suelo, muchas veces es más útil elevarnos con nuestro graviciclo para tener una vista aérea de la acción y dirigir mejor a los muchachos, por lo que constantemente pasamos de una dinámica más propia de un shooter a otra que recuerda más a los RTS. Ese constante movimiento hace que el desarrollo de las misiones sea de lo más intenso interesante.

Disintegration

Además, este se sazona con comentarios (en inglés, con subtítulos en castellano) de los miembros del pelotón, los cuales tienen una personalidad muy marcada.

En cada misión contamos con algunos miembros en concreto (a veces, estamos solos) y, además, se nos "obliga" a usar un arma principal y otra secundaria en concreto. A veces, dispondremos de pistolas duales; otras, lanzagranadas; otras, un rifle de larga distancia... Tenemos munición infinita para todo, pero hay que esperar al tiempo de recarga correspondiente cuando vaciemos un cargador, por lo que medir bien los tiempos y no exponernos demasiado es crucial.

Juntando todo esto y la creciente variedad de enemigos (desde "robots rasos" hasta francotiradores o gigantescos mastodontes que recuerdan al Scarab de Halo 3) da pie a misiones realmente intensas y apasionantes por momentos, aunque hay un aspecto que nos ha desesperado un poco: las misiones son muy, muy largas, hasta el punto de que algunas de ellas os pueden llevar más de 40 minutos.

Si morimos, continuamos desde el último checkpoint, pero si tenemos que apagar la consola o volver al menú principal por lo que sea, perderemos todo el avance de la misión y tendremos que empezarla desde cero. En ese sentido, se habría agradecido, antes de entrar en la misión, una estimación de duración de la misma, para que valoremos si nos compensa ir a por ella en ese momento o no...

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De hecho, el juego es relativamente difícil y a veces nos coloca frente a oleadas de enemigos de lo más duras, por lo que hemos de pensar rápido y buscar posiciones ventajosas. Esto no es malo (¡a todos nos gusta un buen reto, siempre que sea justo y nos dé oportunidades de sacar ventaja si somos listos!), pero sí os recomendamos que comencéis en la dificultad Recluta (hay dos por encima de esa), para ir cogiendo el truco a la dinámica, porque si no, puede ser un poco hostil de más. Especialmente, si tenemos en cuenta la ya citada longitud de las misiones.

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A medida que avanzamos, el desarrollo se vuelve algo reiterativo en ocasiones, pero el juego se preocupa de asignarnos diferentes miembros de pelotón y armas para refrescar la experiencia. En conjunto, la mezcla de enemigos, armas y aliados, mezclados con una historia a base de cinemáticas previas a cada misión da pie a un modo Historia razonablemente interesante, con gigantescas fortalezas volantes, malvados robots traicioneros y un pequeño pero ecléctico grupo de resistencia.

Además, con la chatarra y chips que hayamos encontrado, podemos aprovechar los descansos para mejorar a los miembros del equipo para que hagan más daño, se recuperen antes o su ataque especial sea más letal. Además, podemos rejugar las misiones previas para acumular experiencia.

Es cierto que, en los interludios entre misiones, echamos en falta algún reto extra (solo podemos hablar con los miembros del equipo para que nos hablen de retos extra de las misiones, como eliminar a ciertos enemigos), pero no hay misiones secundarias, minijuegos ni nada parecido, algo que un universo que acaba de nacer habría sido interesante.

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De hecho, la historia arranca con un rapidísimo vistazo a la situación de la Tierra, sin que entendamos demasiado bien las intenciones de los Rayonne, los malos, pero poco a poco se nos va explicando el contexto... Y no olvidemos que el plan de los desarrolladores es que, si las ventas acompañan, se expanda este universo con futuras entregas que expliquen otros matices del mundo. Vamos, que estamos ante una especie de "Disintegration episodio IV: Una nueva esperanza", por así decirlo...

Pero ya que este juego es "hijo" de uno de los padres de los Halo, no es de extrañar que el modo multijugador también demande protagonismo. El multiplayer de Disintegration es online y permite hasta 10 jugadores. Tiene 3 modalidades, que presentan retos al margen de la campaña. La primera se llama Control de Zonas y nos propone capturar y defender un área del mapa. La gracia está en que no podemos hacerlo nosotros con el graviciclo, sino que tenemos que mandar a nuestro pelotón a hacerlo mientras nosotros les damos cobertura.

La segunda modalidad se llama Recolección y nos propone recoger las "seseras" de los enemigos caídos. Quien consiga más, gana, teniendo en cuenta que las de los miembros del pelotón valen un punto y las de los líderes en graviciclo valen 3. Por último, tenemos la modalidad Extracción, que nos propone recoger núcleos de nuestra área y llevarlos de vuelta a la base, si los bandos rivales no lo impiden, para luego cambiar las tornas.

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Como veis, las modalidades multijugador no son el colmo de la originalidad (no dejan de ser variantes del Rey de la Colina o Captura la Bandera de toda la vida), pero cumplen con el cometido y, sobre todo, se potencian con la personalidad de los equipos. A diferencia de la campaña, aquí hemos de elegir entre 9 equipos diferentes, cada uno de los cuales tiene su estética y habilidades particulares.

Por ejemplo, The SideShows pueden tender emboscadas colocando granadas explosivas que se detonan a distancia, mientras que los Tech Noir usan cohetes rastreadores y rifles de precisión a larga distancia. Así, las refriegas pueden cambiar mucho en función de los equipos y el escenario escogido.

Disintegration

Mi compi Alejandro Alcolea pudo probar el multijugador en una sesión de preview y ahí ya nos contaba que se trata de un modo muy interesante, aunque el diseño de los mapas puede resultar innecesariamente enrevesado o estrecho en ocasiones. Esas sensaciones no desaparecen en la versión final, que presenta unas partidas rápidas y razonablemente fluidas (a falta de que el juego esté disponible para la mayoría de jugadores tras su puesta a la venta), pero que no consiguen ocultar un diseño de escenarios demasiado irregular.

Además, la progresión en este modo no es especialmente atractiva: a medida que superamos desafíos, ganamos créditos con los que, simplemente, podemos comprar nuevas estéticas para los equipos o para sus miembros individuales, pero no se da la sensación de desbloquear extras que vayan mejorando la experiencia poco a poco. Para querer dar tanto peso a ese aspecto del multiplayer, haría falta más "chicha" por descubrir, que confiemos llegue en futuras actualizaciones.

En cualquier caso, ya tenemos claro que Disintegration es un juego con una personalidad muy interesante, que puede resultar intimidatorio los dos primeros minutos, pero que luego nos hace disfrutar mucho de los combates áereos, su atmósfera y su cambiante dinámica de combate.

Disintegration

A nivel técnico no es nada rompedor a estas alturas, ni en la iluminación ni en los modelados (por ahora, hemos notado bastantes ralentizaciones, pero hay un parche en camino para el lanzamiento) y hubiéramos agradecido las voces en castellano, si bien muestra escenarios naturales llamativos y duelos multitudinarios muy épicos. Y, a fin de cuentas, ¿a quién no le gustaría ser un cyborg "total" que da caña en una moto voladora? La idea calará poco a poco en vuestra "sesera"...

VALORACIÓN:

Consigue tener una personalidad propia y presenta unos desafíos muy atractivos, si bien agradecería más variedad y un desarrollo más equilibrado.

LO MEJOR:

Su interesantísima dinámica de juego y la sensación de "ser responsables" de un pelotón, cada uno con su personalidad.

LO PEOR:

Las misiones de la campaña son excesivamente largas. A veces, puede volverse un poco reiterativo.

Plataformas:

PC,

PS4,

Xbox One

Versión comentada: PS4

Hobby

70

Bueno

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