Análisis de Outlast Bundle of Terror para Nintendo Switch

Ya han pasado más de cuatro años desde que el primer Outlast dejara aterrorizados a los usuarios de PC de medio planeta. En este tiempo, hemos visto dos entregas más y versiones para todas las consolas de sobremesa actuales... ¡Pero, por supuesto, nos faltaba Nintendo Switch! Los creadores de Red Barrels lo solucionan con Outlast: Bundle of Terror, un pack que reúne el juego original y Outlast: Whistleblower, el DLC de ese mismo título que salió un tiempo después.

Como se puede ver en este tráiler, es posible adquirir este pack desde ya por 24,99 euros, mientras que Outlast II saldrá por separado unos días después. El precio es un pelín alto, sobre todo si tenemos en cuenta que en PS4 o Xbox One es posible conseguir Outlast Trinity (los 3 juegos) por 30 euros. Aún así, si sois de los pocos que aún no han probado esta terrorífica experiencia, la inversión bien puede mereceros la pena.

Outlast 1 nos pone en la piel de Miles Upshur, un valiente (o chalado, según se mire) periodista que viaja hasta el sanatorio abandonado de Monte Massive para desentrañar un misterio acerca de unos experimentos a los que sometían a los pacientes. Una vez allí, descubrirá que hay mucho más detrás de sus muros, lo cual pondrá a prueba su cordura y resistencia.

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Outlast Whistleblower nos lleva a la otra cara de la moneda: encarnamos a uno de los miembros de la organización que ha montado este lío, el cual quiere destapar los horrores de lo que allí sucede... Y lo pillan in fraganti. Ahora, deberá escapar mientras todo se viene abajo.

En ambos juegos (el primero de ellos es bastante más largo, con unas 5 horas de partida, mientras que el segundo dura la mitad), la dinámica del juego es la misma. Nuestro héroe es un "tirillas", incapaz de defenderse de los enemigos que patrullan los escenarios, por lo que nuestra única opción es huir o escondernos. El único arma con la que contamos es una cámara de vídeo, que con su modo de visión nocturna nos permite sacar algo de ventaja en la oscuridad. Pero claro, esto consume pilas, así que hemos de encontrar más y usarlas con mesura.

Os damos más detalles en los correspondientes análisis originales de Outlast y de Outlast Whistleblower, pero si no estáis familizarizados con el concepto, os aclaramos que en los primeros minutos os vais a cagar (¿se puede decir cagar?) de miedo. La sensación de indefensión es total, los enemigos son deformes y agresivos... Y nuestro personaje se pone a respirar agitadamente cuando hay un peligro cerca. En su momento, Red Barrels creó con Outlast una de las experiencias survival horror más radicales y el efecto sigue funcionando hoy día.

Es cierto que, a medida que avanzamos, vamos descubriendo los trucos del juego: qué pueden y qué no pueden hacer los enemigos, cómo aprovechar los checkpoints, etc. Esto provoca que la magia del miedo se vaya difuminando hacia el final, pero desde luego el comienzo es de esos que se te quedan marcados.

En cuanto a esta versión para Switch, hay poco que reseñar. El juego es idéntico al original: el detalle gráfico está anticuado para los tiempos que corren, pero la ambientación es tan efectiva que se nos olvida pronto. Eso sí, ya podían haber solventado los errores de "tearing" (la imagen parece fragmentarse ligeramente cuando giramos la cámara) que lleva arrastrando el título desde sus inicios... En modo portátil ese problema desaparece, aunque quizá lo ideal en este caso es probarlo en pantalla grande para meternos más en la atmósfera.

Otro problemilla es que el juego usa mucho la vibración, especialmente cuando nos atacan los enemigos... Y resulta que los joy-con suenan mogollón cuando vibran. Vamos, que cuando acaban con nosotros se monta un "concierto" de cuidado con las vibraciones. Incomprensiblemente, no se puede desconectar la función de vibración...

Aun con todos estos defectillos, Outlast Bundle of Terror supone una experiencia de terror notable, que nos recuerda por qué han ido saliendo tantos "juegos tipo Outlast" a lo largo de los años. Desde que visitamos Mount Massive, las taquillas nos han parecido mucho más acogedoras.