Análisis Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente para Nintendo Switch, remakes espaciotemporales

Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente, remakes de la cuarta generación, llegan a Nintendo Switch. En nuestro análisis y opinión, os contamos si merece la pena volver a Sinnoh.
En 2007 llegaban a Nintendo DS Pokémon Diamante y Perla, los juegos que abrían la puerta a la cuarta generación de monstruos de bolsillo.
Entre sus características más destacadas estaba la conectividad a través de Internet (recordemos que hasta entonces habíamos tenido que lidiar con el cable link) o el aprovechamiento de la doble pantalla.
Y ahora, en 2021, ha llegado el momento de sus correspondientes remakes: Pokémon Diamante Brillante y Pokémon Perla Reluciente para Nintendo Switch.
Y decimos correspondientes porque, por el momento, Nintendo está siguiendo el orden de lanzamiento a la hora de poner al día las entregas clásicas de Pokémon (nos vemos por aquí dentro de unos años cuando lancen los remakes de Blanco y Negro).
Pero en esta ocasión hay una diferencia importante: son los primeros juegos de la saga principal que no desarrolla Game Freak. En su lugar el trabajo ha sido obra de ILCA, el estudio japonés responsable de Pokémon HOME.
Esto se debe a que en Game Freak tienen las manos ocupadas con Leyendas Pokémon: Arceus, el juego que está llamado a convertirse en el "Breath of the Wild de Pokémon" y que, además, actuará como precuela de Diamante y Perla.
Con todo esto es inevitable pensar: ¿estarán a la altura estos remakes? Por suerte nosotros ya hemos tenido la oportunidad de jugar y convertirnos en campeones de la Liga Pokémon de Sinnoh, y en nuestro análisis de Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente para Nintendo Switch os lo contamos.
Tiempo y espacio para el recuerdo
Vayamos al grano: Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente son una puesta al día de los juegos de Nintendo DS, con un apartado gráfico mejorado y mecánicas vistas en los títulos más recientes, que se mantienen en todo momento muy fiel a los originales... Para bien y para mal.
Y quizás, precisamente por tratarse del primer juego principal que no desarrolla Game Freak, en ILCA no han querido (o no han podido) salirse demasiado del molde original.
Esto significa que quienes no jugaron a los originales tienen aquí una oportunidad magnífica para descubrirlos, pero los veteranos que los conozcan a la perfección no van a encontrar grandes cambios, como sí pasaba en otros remakes como los de Rubí y Zafiro.

Y en ese sentido, estamos ante dos juegos de Pokémon muy tradicionales, con el habitual viaje desde que el entrenador abandona la calidez del hogar hasta que se convierte en Campeón de la Liga Pokémon, superando ocho gimnasios, derrocando los planes de un equipo de villanos y atrapando algún que otro Pokémon legendario por el camino.
Lo más destacable de Diamante Brillante y Perla Reluciente, como en los originales, es la región de Sinnoh, basada en la isla de Hokkaido.
Es una región muy variada, con bosques, praderas, campos de flores, lagos, pantanos, enormes montañas, zonas nevadas... No es de extrañar que haya sido el escenario elegido para Leyendas Pokémon: Arceus.
Y dentro de la linealidad que presenta la historia, hay ciertos momentos en los que podemos salirnos del camino para explorar otras ubicaciones.
Las Máquinas Ocultas tienen además más importancia que en cualquier otra entrega, y constantemente se nos invita a regresar a lugares por los que ya hemos pasado para abrir nuevos caminos, casi como si de un metroidvania se tratase.

En definitiva, si sois amantes de la fórmula Pokémon clásica o no os gustaron demasiado los cambios introducidos en las últimas entregas (principalmente en las mecánicas de los gimnasios), aquí vais a encontrar una experiencia con un sabor tremendamente familiar.
Pero hablemos de lo que ha cambiado. Lo primero que salta a la vista es que se han tomado al pie de la letra el hecho de que sean remakes de Diamante y Perla; muchos de los cambios y mejoras que introdujo Platino, pensados precisamente para corregir los problemas que presentaba el binomio, no están aquí presentes.
Lo que sí encontramos y agradecemos son algunas de las mejoras vistas en los últimos títulos de la serie, como la posibilidad de acceder al PC desde cualquier parte para cambiar la formación de nuestro equipo sin tener que pasar por un Centro Pokémon, novedad que introdujeron Espada y Escudo.

También se han mantenido las indicaciones de debilidades y fortalezas de los ataques contra el oponente, aunque, como suele ser habitual desde que se introdujo este cambio (en Sol y Luna, si no nos falla la memoria), hay que enfrentarse al menos una vez al Pokémon para tener acceso a estos datos.
Y aunque a un nivel reducido, también tenemos poder de personalización sobre nuestro entrenador o entrenadora. Al empezar la partida, podemos seleccionar el sexo, pero también podemos elegir la apariencia entre un par de opciones.
Al avanzar en la aventura podemos comprar nuevos atuendos, aunque en lugar de estar divididos en prendas, son conjuntos completos.
En general todos los cambios están orientados a hacernos la vida más fácil; algunos son menores, pero muy significativos como el aumento de velocidad de las batallas.
Y otros se quedan en meras curiosidades, como la posibilidad de hacer que un Pokémon nos acompañe fuera del combate... algo que terminaréis desactivado debido a que la criatura suele obstaculizar el camino.

Sin embargo, hay un cambio en Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente que no se ha implementado con soltura: el repartir experiencia.
Como sabréis, desde hace varias entregas esta característica está activa por defecto, lo que significa que todos los Pokémon del grupo obtienen experiencia tras un combate, incluso aunque no hayan participado.
Nosotros estamos a favor de esta idea, pero en estos remakes la experiencia que obtienen los Pokémon en reserva es exageradamente alta, pudiendo plantarnos con un equipo de seis Pokémon con nivel 50 (o más) CADA UNO habiendo utilizado únicamente a uno de ellos a lo largo de toda la partida.
Porque esa es otra: Diamante Brillante y Perla Reluciente aquejan el clásico "con el inicial me basta y me sobra". En nuestro caso, nos hemos abierto paso arrasándolo todo con el inicial de fuego, e incluso cuando nos hemos visto en apuros, teníamos dinero suficiente para comprar un cargamento de objetos que han trivializado por completo los combates.

¿En qué se traduce todo esto? En que son juegos terriblemente fáciles. No esperéis grandes desafíos o momentos que requieran de estrategia. Y es una lástima, porque si por algo se caracteriza Pokémon es por la infinita cantidad de posibilidades a la hora de elaborar estrategias.
Esto va ligado con otro problema: los encuentros aleatorios. Su frecuencia es exageradamente alta, y unido a la también elevada cantidad de enfrentamientos contra entrenadores, llega a resultar agotador. Nos hemos dejado más dinero en repelentes que en Poké Balls.
Lo que nos sorprende en este análisis de Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente es que de todos los cambios heredados de las entregas recientes, precisamente se haya quedado en el tintero el de ver a los Pokémon salvajes en la hierba y combatir solo al entrar en contacto con ellos.
Curiosamente, esta característica sí está presente en las Grutas del Subsuelo, que ahora incluyen zonas con Pokémon salvajes que no se pueden atrapar en ninguna otra parte de Sinnoh.

Señalar también que la implementación del Poké-reloj deja bastante que desear. En los originales se trataba de una característica que aprovechaba la segunda pantalla de Nintendo DS, y aquí debemos activarlo o desactivarlo con el botón R... Pero al hacerlo dejamos de tener control sobre la acción.
Es posible llevarlo en modo reducido, en la esquina superior derecha, sin embargo esto solo tiene utilidad con un par de las muchas aplicaciones que podemos llegar a tener instaladas.
Si jugamos en modo portátil es algo menos grave, pues podemos manejarlo usando la pantalla táctil... De lo contrario estamos obligados a usar un incómodo y lento puntero.
Y para terminar con los cambios, hay que destacar la gran cantidad de contenido que encontramos en el post-juego, que es un apartado que suelen valorar mucho los fans más exigentes de Pokémon.

En Diamante Brillante y Perla Reluciente hay juego para rato, tras convertirnos en campeones, podemos seguir depurando habilidades en los concursos de belleza, participar en los emocionantes (y exigentes) combates de la Torre de Batalla, explorar (en solitario o acompañados) las Grutas del Subsuelo o visitar el Parque Hansa para atrapar Pokémon legendarios de anteriores generaciones.
Para terminar este análisis de Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente, unas líneas sobre el apartado gráfico.
No nos vamos a meter a valorar el estilo "chibi" con el que se ha caracterizado a los personajes humanos fuera de las batallas, porque al final es una decisión artística y habrá quien lo ame y habrá quien lo odie.
Pero eso no quita que a nivel gráfico, los remakes de Pokémon Diamante y Perla sean un paso atrás respecto a Espada y Escudo, que no eran juegos que sobresalían en lo técnico, precisamente. El único aspecto destacable son los reflejos del agua y determinadas superficies.
Y está claro que no es un problema de hardware, porque hace tan solo unas semanas se ha lanzado Shin Megami Tensei V, un juego con una propuesta bastante similar que presenta un apartado gráfico mucho más potente.
VALORACIÓN:
Pokémon Diamante Brillante y Perla Reluciente son dos remakes bastante correctos que gustarán especialmente a quienes no conocieron los originales. Por el contrario, los veteranos quizás echen en falta más novedades y, en particular, los cambios que introdujo Pokémon Platino.LO MEJOR:
La incorporación de mecánicas de los juegos más recientes. Sinnoh, una de las regiones más interesantes. Es Pokémon; engancha de lo lindo.LO PEOR:
Los encuentros aleatorios son agotadores. Es demasiado fácil. Gráficamente es un paso atrás respecto a SwSh. La implementación del Poké-reloj.Plataformas:
Nintendo Switch
Versión comentada: Nintendo Switch
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