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Análisis de Sifu, un magnífico homenaje a la dureza de las artes marciales

Sifu

El nuevo juego de Sloclap es una gran vuelta de tuerca al beat 'em up y una de las primeras sorpresas del año. Eso sí, Sifu es para jugadores hábiles y pacientes, como pasa realmente con las artes marciales...

Parecía imposible hacer evolucionar un género tan veterano y definido como el del beat 'em up, pero al igual que sucede con las artes marciales, los límites están solo en nuestra mente. Sifu es una de las primeras sorpresas de 2022, si tenemos la perseverancia necesaria para apreciarlo.

Detrás de este juego se encuentra el grupo Sloclap, que ya ha demostrado su experiencia con las artes marciales en el muy recomendable Absolver. Ahora, nos hundimos del todo en la esencia del kung-fu y el cine de acción asiático, dentro de un viaje de venganza y autodescubrimiento.

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Sifu nos cuenta la historia de un joven aprendiz de artes marciales, que puede ser chico o chica según elijamos (no afecta a sus movimientos), el cual ve cómo su padre muere mientras intenta defender su casa de unos temibles pero familiares invasores. No sabemos exactamente qué buscaban o cuál es su relación, pero sí que queremos vengarnos.

8 años después, ya como adultos y con todos los fundamentos del kung-fu aprendidos, nos lanzamos a una aventura que dura una noche entera, en la que hemos de encontrar a los 5 líderes que orquestaron esa matanza y acabar con ellos.

Comenzamos a jugar con 20 años y hemos de superar cinco grandes zonas. Al final de cada una de ellas, nos espera el correspondiente jefe final, duro como abrir nueces con el canto de la mano.

En su superficie, Sifu es un beat 'em up al estilo de clásicos como Streets of Rage o Final Fight, pero tridimensional. Con solo un par de botones, podemos lanzar toda clase de golpes a los matones que nos van saliendo al paso, pero en seguida nos damos cuenta de que hay mucho, muchísimo más por descubrir.

Lo primero que llama la atención es que el juego tiene una dificultad muy alta desde el principio. Y es aquí no podemos aporrear botones para ver qué sale. Este es un juego de pelea muy técnico, en el que debemos estar totalmente concentrados para saber cuándo bloquear, fintar o alejarnos. No podemos ir a lo Rambo.

Para entenderlo mejor, hay que conocer la disposición de botones. Tenemos uno de ataque ligero y otro de ataque fuerte, que lógicamente podemos combinar para dar pie a toda clase de combos. Otro botón sirve para coger armas o bien para atacar a un enemigo caído.

En los gatillos está la clave: uno de ellos sirve para alejarnos (por si estamos rodeados de enemigos, por ejemplo), pero lo fundamental está en el que usamos para protegernos. Si lo dejamos presionado y pulsamos una dirección en el momento justo, podremos esquivar in extremis un golpe, lo cual es fundamental.

Estas esquivas son cruciales en los duelos contra los jefes finales y enemigos duros de a pie y requieren luchar contra nuestro instinto de golpearlos por puro nervio. 

Como en las artes marciales de verdad, tenemos que respirar hondo, enfrentarnos al rival, esquivar con precisión sus ataques y aguardar al momento justo en que baje la guardia para contraatacar.

A base de combinar esquivas, cobertura y huida llegamos a romper la defensa del rival, lo que lo puede dejar indefenso por unos momentos. Si le queda poca salud, se nos instará a usar un ataque final demoledor, pulsando dos botones a la vez.

Sifu

Estos ataques no solo son espectaculares, sino que además hacen que recuperemos una pequeña porción de salud. De hecho, salvo unas pequeñas excepciones, esta es la única forma de sanarnos que nos da el juego, por lo que hay que saber aprovecharla. Si encadenamos más de un enemigo caído, el héroe estará "on fire" y eliminará a los siguientes con menos golpes.

Además de nuestra barra de salud, tenemos una barra de concentración que se va llenando a medida que golpeamos y, una vez llena, permite ejecutar en momentos clave ataques especiales imparables, como un barrido que tumbe al enemigo o un "piquete de ojos", que lo atonte por un momento.

Por último, tenemos una barra de equilibrio, que se llena a medida que recibimos golpes. Si esta llega a saturarse, nuestro personaje se tambaleará y quedará a merced de los malos, así que es prudente alejarse de vez en cuando para que el equilibrio se restaure solo.

Aunque nuestros puños y patadas son cruciales, también iremos encontrando armas que dan pie a movimientos únicos y causan más daño, como bastones, armas blancas u objetos de un solo uso tales como botellas. Podemos usarlas en el cuerpo a cuerpo o bien arrojarlas para golpear por sorpresa.

Sifu

Todo esto ya hace que los combates tengan mucha miga de por sí, pero aún no hemos entrado en el aspecto más original de Sifu: el envejecimiento. Si nos golpean demasiado, nuestro personaje muere, pero podemos hacer que resucite en el mismo sitio gracias a un misterioso poder.

El precio a pagar es que el héroe envejece cada vez que resucita. La primera vez, solo envejecemos un año, así que pasamos de los 20 a los 21. Pero si nos matan de nuevo, envejeceremos 2 años más. Si nos matan de nuevo, envejeceremos 3 años... 

Cada vez que iniciamos una nueva decena, no solo cambia nuestro aspecto, sino que pasamos a hacer más daño con cada golpe, pero nosotros tendremos menos barra de salud. Si llegamos a los 70 años, la siguiente muerte será la última y tendremos que reiniciar el nivel.

Hay ciertos "trucos" para evitar nuestro envejecimiento. Por un lado, si después de morir conseguimos acabar con enemigos clave, reduciremos el contador de muertes. Así, si estaba "previsto" que con la siguiente muerte envejeciéramos dos años pero conseguimos una victoria clave, con la siguiente muerte envejeceremos solo un año. Algo es algo.

Sifu

Cada vez que empezamos un nuevo escenario, arrancamos con la edad con la que acabamos el anterior. Así, si superamos la primera fase con 60 años, nos tocará arrancar la segunda siendo ya unos mayorzotes... 

Pero claro, si morimos de viejos o directamente abandonamos, al volver a entrar en ese nivel empezaríamos con esos 60 años, no con más. Siempre empezamos con la edad más joven con la que hayamos llegado al nivel.

¿Qué implica esto? Que, aunque consigamos llegar, por ejemplo, al nivel 2, si lo hacemos siendo demasiado viejos seguramente nos convenga repetir el nivel 1, para mejorar nuestro rendimiento y llegar más jóvenes al nivel 2. Así, el "replay value" (es decir, las veces que rejugaremos) es gigantesco.

Hay un factor extra que da aún más juego: nuestro tablón de pistas. El héroe quiere averiguar qué pasó en realidad hace 8 años, así que va recogiendo pistas como cartas o folletos en los niveles, que automáticamente quedan reflejados en el tablón. Lo que esté en el tablón permanece siempre, aunque muramos.

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Esto es importante, porque en ese tablón podemos añadir algunas llaves o tarjetas que nos den acceso a rutas alternativas del nivel, las cuales suelen ser más rápidas. Así, puede que nos vengan avanzar mucho en el nivel aunque acabemos siendo muy viejos, porque quizá desbloqueemos una ruta más cómoda que podamos seguir luego, siendo más jóvenes.

Los niveles de Sifu también esconden algunas estatuillas de dragón. Podemos usar cada una solo una vez y, al hacerlo, ganamos el derecho a desbloquear mejoras que se apliquen hasta que muramos definitivimamente: más daño con las armas, más capacidad de concentración...

Para poderlas desbloquear, necesitamos un número de puntos de experiencia, de puntos en general o incluso tener una edad determinada. Si somos demasiado viejos, no podremos desbloquear algunas ventajas... Ya lo veis, este juego de lucha hila muy fino hasta en las ventajas que nos da.

En esas mismas estatuillas o cada vez que nos matan, podemos invertir los puntos de experiencia en aprender nuevos movimientos: un ataque cargado, combos nuevos de puños y patadas... Algunos son extremadamente útiles, pero si nos matan, los perderemos. La única solución es gastar su precio multiplicado por 6, lo que los desbloqueará permanentemente.

Sifu

Llegados a este punto, tendréis claro que Sifu no es el típico juego de peleas. Tiene normas muy estrictas, que una vez bien entendidas os pueden facilitar bastante la vida.

Pero lo más probable es que al principio el juego os resulte extremadamente frustrante. Tiene combates muy, muy duros (especialmente en el nivel 2, el de El Club) y seguramente os quedéis pasmados más de una vez al ver cómo envejecéis sin parar, sin que os dé tiempo a conectar más de un par de golpes.

Tanto es así, que en Sloclap han tomado nota de los comentarios de los que han podido probar el juego antes del lanzamiento y han rebajado un pelín la dificultad de los durísimos jefes finales. Aún así, os aseguramos que el combate final del juego es directamente demencial...

Pero no os dejéis amedrentar por nuestros cobardones comentarios: Sifu es un juego que merece muchísimo la pena. Al igual que en las viejas películas asiáticas de artes marciales o en vuestro anime favorito, puede que al principio creáis que los retos son imposibles, pero a base de observar, perseverar y saber cuándo hacer cada cosa, mejoraréis casi sin daros cuenta.

Sifu

Tanto es así que, cuando ya hayáis superado algunos niveles y volváis al primero, os sorprenderéis de lo fácil que os resulta algo que parecía inabarcable antes. Un poco como cuando Neo descubre que es el Elegido en Matrix...

Esa sensación de mejorar y doblegar el sistema es adictiva y apasionante por momentos. Hace tiempo que un juego no nos quitaba tanto el sueño como este, incluso aunque nos haya frustrado (mucho) en ocasiones.

A todo esto hay que añadir su particular apartado audiovisual. Lógicamente, Sloclap no es un estudio gigantesco que pueda concebir superproducciones técnicas, así que han hecho de la necesidad virtud y han concebido un apartado gráfico simple, sencillo, pero elegante

Los personajes tienen un estilo cercano al anime, sencillito a la par que expresivo cuando tiene que serlo. Lo mismo pasa con los escenarios, que a veces dejan entrever sus costuras con alguna textura pixelada, pero que están bien diseñados para meternos en ambientación. Por cierto, Sifu tiene un modo foto para que juguéis con vuestras poses más "flipadas".

Sifu

Y es que esta bebe de los tópicos de estas historias de artes marciales, desde un barrio marginal lleno de delincuentes hasta una lujosa torre empresarial. Cuando toca, se atreven con juegos de luces y colores muy extremos, que dan una vertiente muy creativa y recuerdan a películas como Kill Bill.

Es, en definitiva, un sorprendente placer visual en muchos momentos, gracias en buena medida a los juegos de cámaras y a unos movimientos de lucha apabullantes, que nos hacen creernos el mismísimo Bruce Lee.

La música cuenta con otro Lee, de nombre Howard, que mezcla las melodías tradicionales chinas con composiciones techno y cambios dinámicos en función de si estamos golpeando, huyendo o siendo golpeados.

Por cierto, si jugáis con PS5, el DualSense proporciona una capa extra de inmersión, con vibración muy detallada en función de su hay neones cerca, lluvia... 

Sifu

El sonido de su altavoz da mucho espectáculo y ayuda a orientarnos (con sonidos de cristales rotos, por ejemplo) en momentos clave de la lucha.

Todo esto cristaliza en una experiencia que sí, es mega estricta por momentos, pero resulta apasionante cuando comenzamos a encadenar combos, a derribar malotes y a "bailar" entre ellos mientras repartimos estopa. Seguramente podamos considerarlo "el Dark Souls de los beat 'em ups", pero al igual que él, tiene facetas irresistibles.

VALORACIÓN:

Si buscas acción sencilla y directa, huye de este juego. Pero si eres un jugador perseverante al que le gusta que le pongan a prueba, aquí encontrarás uno de los títulos más apasionantes de los últimos tiempos Tan duro e irresistible como las propias artes marciales.

LO MEJOR:

El grado que inmersión e incluso "flipe" que nos proporciona cuando vamos dominando los desafíos. Su estética es simple, pero con mucho encanto.

LO PEOR:

A veces puede parecer injustamente difícil, especialmente en los duelos contra los jefes finales.

Plataformas:

PC,

PS4,

PS5

Versión comentada: PS5

Hobby

89

Muy bueno

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