Análisis SnowRunner conducción extrema para PS4, Xbox One y PC

SnowRunner para PS4, Xbox One y PC es un juego de nicho. Quizá uno de los lanzamientos más minoritarios que hay en el mercado, junto con Farming Simulator (que también edita Focus Home Interactive) o Euro Truck Simulator. Y con todo, me ha enganchado desde el primer minuto.

No hay ningún otro juego de conducción como éste (si exceptuamos a sus predecesores, MudRunner y Spintires) en que la velocidad pase a un segundo plano, y los trayectos se conviertan en algo estratégico. Conducimos camiones, sí, pero esto no tiene nada que ver con 18 Wheeler (la recreativa clásica de Sega que tuvo una versión para Dreamcast). 

Saber Interactive desarrolla un juego que parece indicado para esos pocos que veíamos Carreteras del Infierno en Discovery Max o incluso Mountain Men, porque se trata de realizar transportes a través de las carreteras más duras y peligrosas que se os pasen por la cabeza. Nuestro objetivo no es llegar en primer lugar, sino simplemente llegar con la carga y el camión en buen estado, sin quedar atascados en el barro, ser arrastrados por la corriente de un río o despeñarnos por un acantilado.

Y eso significa ir despacio, poner atención a las roderas, utilizar el cabestrante cuando haga falta, conectar la tracción, bloquear los ejes o usar la marcha reductora... si habéis tenido la suerte de conducir un 4X4 campo a través, la experiencia es muy parecida. Como podéis ver SnowRunner no es un juego para todo el mundo, pero los fans se van a volver locos con sus posibilidades. 

Tres mundos abiertos

Y la primera que nos llama la atención es el escenario. O mejor dicho, los tres escenarios. El juego se desarrolla en tres mundos abiertos: Michigan (con el característico rainforest, los pequeños pueblos americanos que salpican los lados de la carretera y una presa en construcción), Alaska (en que nos enfrentamos al hielo y la nieve) y Rusia, la región de Taymir, que se caracteriza por los paisajes inundados de taiga y tundra.

Los mapas de juego son enormes (cada uno de ellos está dividido en 4 secciones llenas de puntos de interés) y deben explorarse con cuidado. De hecho, esa es una forma de disfrutar del juego; simplemente recorrer los caminos que nos salgan al paso y demostrar hasta dónde podemos llevar nuestros vehículos. Pero lo principal es el sistema de misiones. 

Lo primero que debemos hacer es "revelar el mapa" con un vehículo de exploración; nos ponemos al volante de un 4X4 (desde una vieja ranchera Chevrolet a un Hummer H2) y tenemos que llegar hasta unos puestos de vigía, como las torres de Assassin´s Creed, que muestran las diferentes misiones y desbloqueables de la zona. Luego llega el momento de embarcarse en los encargos. 

Tenemos misiones sencillas como realizar una entrega en un tiempo límite, sacar un camión encallado en el barro o visitar algún punto del mapa, pero el "alma" de SnowRunner son los encargos complejos. Estas misiones consisten en hacerse con el tipo de remolque adecuado y trasladar una carga (desde vigas a combustible) a diferentes puntos del mapa. Y requieren una planificación. 

Por ejemplo, en una ocasión hemos tenido que montar una grúa sobre uno de nuestros camiones, rescatar unos materiales "perdidos" en una cuneta, conducir un segundo camión con otro remolque, cargarlos y trasladarlos hasta el punto de entrega. Todo por carreteras embarradas y en mal estado, en las que nos atascamos o perdemos tracción. Si estáis acostumbrados a los juegos de velocidad, a lo mejor este ritmo os saca de quicio, pero si -como nosotros- "conectáis" con el juego, se vuelve muy entretenido. 

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Simulación realista

Los 40 vehículos disponibles (que incluyen marcas industriales como Caterpillar o Pacific) se pueden modificar en el taller. Además de los cambios estéticos, podemos elevar la suspensión, modificar la caja de cambios y cambiar el motor o los neumáticos (también montar cadenas para conducir por la nieve). Y su comportamiento es muy realista.

En la conducción influye el tonelaje de los camiones, el desarrollo de marchas (automática, reductora, marchas altas, auto reverse...) y por supuesto el terreno y los cambios en el clima. No importa el cuentakilómetros, pero sí debemos vigilar el consumo de combustible y los daños en suspensión, neumáticos y motor. 

Quizá el peso de los vehículos se ha exagerado un poco, para resultar más desafiante. Pero en general, la experiencia es muy satisfactoria. Y aún resulta más divertido en modo online cooperativo, en que podemos realizar tareas en convoy (hasta 4 jugadores), y así remolcar a los compañeros si es necesario, o mandar un explorador por delante para escoger la mejor ruta. 

Técnicamente, destaca la construcción de vehículos y el entorno, el comportamiento de los fluidos (barro, nieve -una de las claves de esta entrega- y agua) y los cambios en la iluminación y el clima. Aunque sorprende que no encontremos tráfico ni peatones por ninguna parte. El apartado sonoro se queda corto, y pide a gritos una colección de emisoras con música country para ponernos en situación, aunque el sonido de los motores y la música ambiental cumplen. 

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Un gran juego para unos pocos

Es difícil recomendar un juego como SnowRunner. No está diseñado para los amantes de la velocidad, ni de los simuladores en general... es mucho más específico. Ahora bien, en mi experiencia personal (acostumbrado a la conducción todoterreno) se puede convertir en algo apasionante. 

Las sensaciones son muy reales: poner a prueba nuestro vehículo, cuidar la mecánica, encontrar la mejor trazada, llegar a dominar un terreno hostil y sentir la potencia de estos prodigios de la ingeniería. Incluso preocuparnos por llegar a una zona antes de que anochezca. Pero todos estos aspectos pueden volverse aburridos para aquellos jugadores que sólo busquen atravesar el mapa a toda velocidad o participar en competiciones.

Incluso el ritmo de desbloqueo de los vehículos, la necesidad de encontrar las mejoras por el mapa, de parar a repostar en las gasolineras y el ritmo con que ganamos dinero para comprar nuevos camiones son sólo para un tipo de jugador "especial". Si os encontráis entre ellos, vais a disfrutar mucho.