Análisis de Sonic Colours Ultimate para Switch tras el parche 3.0 - Velocidad y variedad que te erizarán el pelo

Cuando tu vida consiste en ir cada vez más rápido, es inevitable encontrar con algún que otro obstáculo. Sonic lo sabe bien, pues tuvo varios juegos "reguleros" hasta que volvió a la senda correcta con Sonic Generations y este Sonic Colours que ya ha cumplido... ¡Once años! Como pasa el tiempo.

Como 2021 ha supuesto el 30 aniversario de Sonic, SEGA ha lanzado Sonic Colours Ultimate, una versión para todas las consolas llena de mejoras por aquí y por allá. Su arranque fue algo turbulento, pero el nuevo parche 3.0 ha arreglado varios errores, sobre todo en Switch. Veamos qué tal corre.

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Para los que no lo conozcáis, Sonic Colours Ultimate está protagonizado en exclusiva por Sonic, que visita un "sospechoso" parque de atracciones de Eggman / Robotnik en el que habitan los Wisps, unos aliens capaces de dar al erizo habilidades especiales y temporales.

Tenemos 6 mundos por explorar, con 6 niveles + 1 jefe final en cada uno de ellos. El desarrollo mezcla con mucho aciertos momentos 3D con otros en dos dimensiones, de tal forma que tenemos lo mejor de cada vertiente de Sonic. 

Así, en ocasiones hemos de correr hacia el fondo de la pantalla mientras esquivamos lateralmente, mientras que en otros momentos tenemos plataformeo lateral puro y duro, como en los clásicos de Mega Drive.

Curiosamente, las partes que mejor funcionan son las 3D, que resultan espectaculares y nos obligan a tener los reflejos a punto, mientras que las 2D suelen tener un ritmo más pausado y se basan más en la precisión de los saltos.

Ahí está el problema: en este juego, Sonic tiene una extraña inercia al saltar, que hace que sea muy difícil calcular exactamente dónde vamos a aterrizar. Esto, que estaba pulido de forma magistral en la era de los 16 bits, aquí parece ser un escollo... No es algo insalvable, pero molesta en ocasiones.

En cualquier caso, los niveles tienen una variedad digna de aplauso y eso se debe en gran medida a los Wisps. En muchas ocasiones, hemos de usarlos para transformarnos y usar sus habilidades: convertirnos en taladro para encontrar secretos bajo tierra, despegar como un cohete para llegar a plataformas altas...

Los Wisps enriquecen mucho la experiencia de juego y suelen ser muy divertidos de usar. Todo esto ya estaba en el Sonic Colours original de Wii, pero en esta ocasión se ha añadido un nuevo Wisp, el Jade (creado para Team Sonic Racing), que nos permite volvernos incorpóreos y atravesar obstáculos.

Aunque los niveles en sí no suelen ser muy complicados, el verdadero desafío del juego está en el completismo: todos los niveles esconden rutas alternativas y anillos rojos. Cuando obtenemos suficientes, desbloqueamos nuevos niveles para el Sonic Simulator.

Este simulador es una colección de niveles extra que "remezclan" tramos de juegos clásicos de Sonic. Hay 7 grupos de niveles. Si completamos un grupo, obtenemos una Esmeralda del Caos. Y si obtenemos las 7 esmeraldas... ¡Podemos convertirnos en Super Sonic!

Conseguir esto es bastante complicado, pues necesitaréis decenas y decenas de anillos rojos solo para desbloquear nuevos niveles... ¡Pero oye, no nos podemos quejar de falta de cosas por hacer! Además, en el Sonic Simulator se permiten 2 jugadores simultáneos, algo que no es posible en el juego principal.

Toda la dinámica del Sonic Simulator y Super Sonic ya estaba en el juego de Wii, pero en Sonic Colours Ultimate se han añadido más extras en los niveles. Ahora, también podemos recolectar varias monedas en los niveles, con las que comprar mejoras estéticas para Sonic: otros tipos de guantes, una estela de fuego al correr, etc.

Y, de propina, podemos encontrar iconos de Tails para que nuestro zorruno amigo nos "rescate" si caemos por algún barranco, incluso aunque no hayamos pasado por un checkpoint. Se agradece, aunque lógicamente estos iconos son bastante limitados.

Así, los niveles están plagados de extras por recolectar, a lo que hay que añadir que, una vez rescatemos a nuevos Wisps en mundos posteriores, podemos revistar niveles ya superados para usarlos en tramos concretos y descubrir aún más rutas. Esta aventura es súper rejugable.

¿Quieres más? Una vez se recolectan suficientes rings rojos en cada mundo, desbloqueamos el nuevo modo Rival Rush para ese entorno. Básicamente, es un modo contrarreloj en el que hemos de llegar antes que Metal Sonic a la meta. ¡Aquí sí que hay que correr sin despistarse!

Las novedades de la versión Ultimate van más allá. Sin embargo, uno de los principales incentivos de las otras versiones aquí no es tal. Mientras que en las versiones de PlayStation y Xbox es posible obtener una resolución 4K y 60 FPS, la versión Switch se queda en 30 FPS (aunque estables) y resolución de 900p en modo pantalla y 600p en portátil.

Es una pena, pero la consola es físicamente incapaz de llegar a una marca más alta. Esto puede ser algo molesto en los momentos en los que la cámara se aleja mucho (pero mucho, mucho) en ciertos tramos.

A ello hay que unir las abundantes escenas de vídeo que se ven algo "sucias", pues apenas se han restaurado respecto a lo que mostraba Wii.

Por tanto, puede parecer que en los visual estamos ante una pequeña decepción, pero la buena noticia es que el juego original ya era muy bonito y espectacular, algo que aquí permanece. El colorido, la velocidad y el vertiginoso diseño de niveles siguen funcionando tan bien como en 2010, y aquí hay alguna mejora de iluminación.

El apartado sonoro tiene una mejora muy importante: ahora está doblado al castellano (en Wii solo estaba en inglés), con los actores habituales de Sonic, Tails y un Eggman divertidísimo con sus chascarrillos.

La música incluye remixes nuevos, pero lo cierto es que, o bien no se notan o, cuando lo hacen, son más desacertados que las melodías originales, que eran de lo mejorcito de la saga en años. Por suerte, podemos elegir qué versión escuchar.

Por último, la versión Ultimate también añade la posibilidad de remapear los controles y de volvernos invencibles unos instantes si alcanzamos los 100 anillos en un escenario (aquí no hay vidas, así que si morimos volveremos al último checkpoint o al inicio del nivel).

Como os comentábamos, en el momento en el que se lanzó este Sonic Colours Ultimate, llegó con algunos defectos en el control y el rendimiento gráfico, especialmente en la versión Switch, pero desde que llegó el parche 3.0, parece que la cosa ha mejorado bastante.

Esto se nota en la visibilidad de lo que podemos hacer con los Wisps, el comportamiento de los enemigos o algunos tramos en los que el juego se "atrancaba", cosa que ya no pasa. Así pues, ahora la experiencia es mucho más sólida en Nintendo Switch.

En conjunto, Sonic Colours Ultimate sigue siendo uno de los mejores juegos de Sonic más de una década después (posiblemente, el mejor de la "era 3D").

Y aunque la versión Switch es la que menos luce porque no alcanza la resolución o fluidez de sus compañeras, es la única que podrás jugar en cualquier parte, lo que sigue siendo un magnífico incentivo para el que quiera "reach for the stars".