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Análisis de Steelrising, un buen soulslike con algunos engranajes sueltos

Steelrising

Ya hemos jugado a Steelrising, el soulslike desarrollado por Spiders (creadores de Greedfall) para PS5, Xbox Series X|S y PC. En nuestro análisis, os contamos si merece la pena... o la guillotina.

Tras demostrar de lo que son capaces con Greedfall, juego que capturaba todo lo bueno de los RPGs occidentales, el estudio francés Spiders ha decidido probar suerte con otra fórmula; nada menos que la fórmula de moda.

Porque en ningún momento han ocultado que Steelrising, que llega mañana a PS5, Xbox Series X|S y PC, es un soulslike. De igual manera que Greedfall bebía sin reparo de los juegos de rol de Bioware, Steelrising bebe del estus de FromSoftware.

Pero llega en un momento bastante interesante para este sub-género: se lanza semanas después de Thymesia, un soulslike que ha dado que hablar; se lanza días después de que Lies of P, el soulslike de Pinocho, captase todas las miradas en Gamescom; y se lanza en 2022... que es el año de Elden Ring.

Así que es evidente que la gran pregunta que muchos os estáis haciendo es... ¿Qué tiene el nuevo juego de Spiders para destacar en el mar de soulslikes en el que se ha convertido la industria del videojuego? La respuesta a esa y otras muchas preguntas, en nuestro análisis de Steelrising.

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Steelrising nos lleva hasta Francia, en el año 1789. O lo que es lo mismo: a la Revolución francesa. Pero en lugar de relatar los acontecimientos tal y como se describen en los libros de Historia, en el juego de Spiders el rey Luis XVI se ha hecho con un ejército de autómatas y está arrasando las calles de París sin que nadie pueda hacer nada para detenerlo.

Nosotros nos ponemos en la cerámica piel de Aegis, una autómata que originalmente fue diseñada como bailarina, pero que sufrió varias modificaciones de combate para poder adoptar el papel de guardaespaldas de Maria Antonieta. 

Steelrising

Bajo las órdenes de la reina, nos embarcamos en un viaje que nos lleva a recorrer las calles arrasadas de París, donde se amontonan los cadáveres de ciudadanos, soldados, animales y autómatas; visitamos localizaciones icónicas, como las Tullerías, el centro de la ciudad o Montmartre; y participamos en la Revolución forjando relaciones con figuras clave, como La Fayette o Robespierre.

Como ya veis, la ambientación es uno de los puntos fuertes de Steelrising, así como uno de los que más nos han convencido. Curiosamente, relacionarnos con figuras históricas nos ha recordado a la saga Assassin's Creed, e incluso ha conseguido que nos interesamos por los eventos reales.

Steelrising

Pese a tratarse de un soulslike, la historia esta narrada de una manera tradicional, con escenas de vídeo y conversaciones muy en la línea de juegos de rol, como Greedfall. En ciertos puntos, podemos incluso tomar decisiones que alteran el devenir de los acontecimientos.

En el resto de aspectos, sin embargo, Steelrising sigue la fórmula soulslike al 100%. Tenemos un sistema de combate metódico y desafiante, un variado arsenal con armas que escalan en función de los atributos, niveles con atajos, emboscadas tras las esquinas... Y no hace falta que os digamos lo que pasa cuando morimos, ¿verdad?

Pero pese a que sea una fórmula que a estas alturas todos conocemos, nos guste o no el género, hay unos cuantos aspectos positivos y negativos que nos gustaría destacar. 

Steelrising

Nos ha gustado cómo se ha trasladado al plano jugable el estar controlando a una autómata. Aegis tiene cierta inercia al desplazarse (a la que cuesta un poco acostumbrarse) y todos sus movimientos van acompañados por sonidos de engranajes. Además, los ataques tienen un carácter elegante e imitan movimientos de danza, debido a su "pasado" como bailarina.

La gestión de estamina, un aspecto habitual y clave en el combate de esta clase de juegos, está asociada a una mecánica de sobrecalentamiento: podemos recuperar de golpe toda la barra cuando esta se agota si pulsamos el botón en el momento exacto... pero a costa de sufrir los efectos de la congelación.

Steelrising

El diseño de niveles, un aspecto que se suele descuidar en los soulslike (cuando en realidad es uno de los más importantes), está muy, muy cuidado en Steelrising

El juego se divide en varios niveles que vamos desbloqueando al progresar en la historia (en ocasiones podemos elegir a cuál vamos primero); todos son de un tamaño considerable y tienen un diseño complejo que nos invita a ir dibujando un mapa mental mientras los recorremos. 

Además, Aegis puede desbloquear tres habilidades especiales que dan acceso a nuevas zonas de los niveles, con lo que se nos invita a regresar una vez las hemos conseguido. Y sorprende lo mucho que se abren los niveles una vez obtenidas, especialmente en el caso del gancho, que además aporta un puntito de verticalidad.

La única pega es que hay dos o tres niveles que visualmente son muy parecidos (las calles de barrios oscuros por la noche). Y en esos casos da igual lo bueno que sea el diseño de niveles porque, al final, da la sensación de estar recorriendo continuamente los mismos escenarios.

Steelrising

Todo lo relativo al aspecto rolero también está muy logrado: las estadísticas tienen mucha importancia y definen cómo enfocamos los combates, lo que sumado a los siete tipos de armas diferentes da como resultado un juego con buena versatilidad a la hora de crear builds. 

Invertir puntos en agilidad favorece un estilo de juego con ataques sin descanso, con una buena estadística de impacto se pueden interrumpir los golpes enemigos y, aunque no hay magia, la alquimia se basa en provocar daños elementales y efectos de estado. Además de esto, podemos equipar prendas de ropa y cuatro módulos que confieren efectos pasivos muy útiles.

Todo esto también dota a Steelrising de una rejugabilidad considerable, aunque por algún extraño motivo no se puede continuar la partida tras ver los créditos... así que aseguraos de guardar antes de ir a por el nivel final si no queréis perder a vuestro personaje.

Steelrising

Por otro lado, los jefes, que suelen ser uno de los elementos que más destaca en los soulslike, aquí son muy olvidables. No tienen un mal diseño, pero nos han resultado muy sencillos y la estrategia a seguir ha sido la misma para todos. 

Puede que Steelrising sea uno de los soulslike más asequibles a los que hemos jugado, aunque mantiene en todo momento el nivel de desafío y un descuido puede suponer la muerte. 

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Las misiones secundarias también se salen de la fórmula soulslike y tienen un estilo más tradicional. No son muy numerosas, pero sorprende la cantidad de pasos que incluyen. Nos llevan a visitar localizaciones nuevas de los escenarios, a conseguir jugosos objetos y todas cuentan con su propia historia adicional. Están muy trabajadas.

Por cierto, si os preocupa la duración, nos ha llevado 36 horas completar la historia principal de Steelrising y todas las misiones secundarias, explorando los escenarios a conciencia. Una duración muy digna, en nuestra opinión.

Steelrising

Lo más escabroso de Steelrising son sin duda los bugs: enemigos que atraviesan el suelo, diálogos que no se reproducen, personajes que flotan en escenas de vídeo, facilidad para quedarnos atascados en los escenarios, cuelgues... No son graves, pero sí muy molestos. Es muy evidente que le falta un parche de día uno. O dos.

El apartado técnico tampoco es su punto fuerte. Gráficamente se queda por debajo de la mayoría de juegos de la actual generación (recordemos que no se lanza en PS4 y Xbox One), especialmente en lo que a texturas y animaciones se refiere (incluso en combate resultan un tanto abruptas). 

Steelrising

En PlayStation 5, versión que hemos analizado, se puede elegir entre tres modos de visualización: uno que favorece la resolución, otro que favorece la calidad gráfica y otro que favorece el rendimiento. En los dos primeros hemos notado alguna caída de frames, mientras que en el último, que es con el que hemos jugado la mayor parte del tiempo, todo ha ido como la seda.

Del apartado audiovisual sólo se salva el diseño de Aegis y el de algunos escenarios, aunque también creemos que la estética clockpunk daba para dejar volar la imaginación mucho más. La banda sonora, como los jefes, es muy olvidable.

Ya veis que no son pocas las pegas que tenemos con Steelrising; quizás, al tratarse de una fórmula que nos es tan familiar, resulta más fácil verle las costuras (o los engranajes, en este caso). Pero pese a sus fallos, y pese a ser muy conscientes de todo lo que debería mejorar, nos lo hemos pulido con mucho gusto.

VALORACIÓN:

Steelrising tiene los engranajes necesarios para ofrecer una experiencia soulslike muy sólida.

LO MEJOR:

Fantástica ambientación. Muy buen diseño de niveles. Gran abanico de opciones roleras.

LO PEOR:

Muchos bugs (no son graves, pero sí molestos). Apartado técnico. Jefes poco memorables. Se limita a seguir a pies juntillas la fórmula soulslike.

Plataformas:

PC,

Xbox Series X,

PS5

Versión comentada: PS5

Hobby

78

Bueno

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