Crítica de Argylle, la nueva locura de Matthew Vaughn

No es fácil edificar una comedia de acción como Argylle: Matthew Vaughn, que alumbró el universo de Kingsman, bien lo sabe dado que encontrar el equilibrio en este tipo de mix de géneros tiene su miga. En esta ocasión opta por un tono menos picante y más mayoritario que atraiga a las salas de cine a un público amplio.

Pero toma otra decisión creativa que le pasa factura: estirar el metraje de la película hasta los 139 minutos, concatenando diversos giros de guión (a cual más loco) en los últimos impases de la película que, por cierto, cuenta con una enigmática escena postcréditos. ¡Así que no abandonéis la sala de cine antes de tiempo!

¿De qué va la peli?

Argylle es una película bastante compleja y difícil de concretar en una sinopsis. En cualquier caso hace honor a la máxima que se escucha en varias ocasiones: "cuanto mejor es el espía, mayor es la mentira". Así que ya sabemos desde el arranque que no podemos fiarnos de nada ni de nadie.

Elly Conway es una afamada pero tímida escritora de thrillers de espionaje. Tal es su talento que se atribuye la capacidad de adelantarse a los acontecimientos, con una mente preclara y una capacidad extraordinaria para plasmar todas sus investigaciones en novelas que son verdaderos éxitos de ventas.

Nada más presentar la última entrega de las aventuras de Argylle, el espía que protagoniza sus libros, se encierra a escribir la siguiente, pero le cuesta encontrar un final y opta por un cliffhanger como desenlace. Con el ánimo de buscar nuevas ideas toma un tren en el que es intercenptada por un hombre que dice ser un agente.

Sin embargo, no se parece en nada al héroe del papel y no solo por su aspecto físico, sino por su forma de hablar, moverse y pelear. Algo que no le queda más remedio que hacer para defenderla cuando descubre que está siendo perseguida y que su vida corre peligro.

Argylle es una película que coquetea constantemente con el metalenguaje constando de distintas capas. Por una parte tiene una voluntad evidente de mofarse del género de espías y sus clichés: los looks fashion, la estilización de la puesta en escena, los coqueteos sexys entre agentes enfrentados, etc.

Por otra desarrolla una serie de vasos comunicantes entre la vida de la creadora y su creación, algo que se irá desenvolviendo a través de diferentes estadios que nos llevan de revelación en revelación en el último tercio de la cinta. 

Pero, ¿los giros funcionan? Unos mejor que otros, a decir verdad.  En algunas ocasiones se aparta la lógica para dar paso al delirio... algo que en sí no tiene por qué ser algo malo si lo que se busca es la distensión cómica y que sin embargo le pesa a la película porque se alarga en exceso.

Tenemos que hablar del minino

Alfie, el gato de Elly Conway en la ficción, es en realidad Chip, la mascota de la familia de Vaughn y protagoniza alguna que otra secuencia que busca ser hilarante, aunque apenas nos despierte una sonrisa. Quizás funcionan más como broma interna. Eso sí, la mochila para transportarlo, que parece casi una cápsula espacial, va a crear tendencia.

Porque, en general, uno de los aspectos más cuidados de la película es la puesta en escena, muy peculiar. Todo lo relacionado con la estética luce de maravilla y, por así decirlo, tiene personalidad propia. Ya sea la chaqueta de terciopelo verde de Argylle y su excéntrico peinado o la cubierta de los libros de Elly con un diseño de rombos característico. 

Las enseñas visuales de la película son reconocibles y buscan un juego de contrastes entre lo ficticio y por tanto idealizado y lo real, mucho más terrenal. El gran acierto e sponer en el cnetro de la trama a Bryce Dallas Howard y Sam Rockwell, que se alejan de los estereotipos teéticos predominantes y tienen una química de lo más especial.

De forma adicional están rodeados de un grupo de intérpretes que enriquecen mucho la película como Dua Lipa, Sofia Boutella, Bryan Cranston, Samuel L. Jackson, Ariana DeBose o John Cena entre otros. Ir encontrándolos en el metraje, en papeles de mayor o menos importancia, es un lujazo.

Los fans de Henry Cavill, no obstante, pueden sentirse algo decepcionados por el poco tiempo que pasa en pantalla... aunque encontrarán en su personaje un refugio del fenómeno fan, algo que siempre ha tenido el intérprete británico por bandera.

En suma, Argylle es una comedia de acción ligera, simpática y recomendable como evasión, sin mayores pretensiones. Ni es tan aguda ni tan divertida como pretende, pero ofrece un espectáculo disfrutable y ameno que bien puede convertirse en la primera piedra de una trilogía, como Vaughn ha venido anunciando, si sabe afianzarse en sus fortalezas y limar sus debilidades.