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Crítica de Bajocero, el thriller de Netflix con Javier Gutiérrez y Karra Elejalde

Bajocero
Crítica de Bajocero, dirigida por Lluís Quílez, con guion propio junto a Fernando Navarro. La película española de Netflix está protagonizada por Javier Gutiérrez, Karra Elejalde, Patrick Criado, Luis Callejo, Andrés Gertrudix o Isak Férriz, entre otros. El estreno de Bajocero en Netflix España es el 29 de enero de 2021.

La ficción nacional vuelve a ser protagonista de Netflix. La plataforma de contenidos estrena Bajocero, un thriller de producción española dirigido por Lluís Quílez que pretende elevarnos las pulsaciones del sábado noche.

El reparto está encabezado por las figuras de Javier Gutiérrez (Hogar, Campeones) y Karra Elejalde (Mientras dure la guerra, Ocho apellidos vascos), junto a Patrick Criado (Antidisturbios), Luis Callejo (Tarde para la ira), Andrés Gertrúdix (Morir) e Isak Férriz (Gigantes).

Bajocero nos cuenta la historia de un traslado de presos en una noche en la que el frío y la niebla quieren ser protagonistas de su particular narrativa que guiña con el slasher. Martín (Javier Gutiérrez) se encarga de conducir el furgón blindado en el que viaja junto al resto del grupo: los seis reos y el policía de guardia, Montesinos (Isak Férriz). Acompañados por otra unidad de escolta en vehículo policial, el traslado se truncará antes de que podamos pestañear, y todos los que van en su interior temerán antes o después por sus vidas.

Lluís Quílez se encarga de la dirección de la película tras el éxito cosechado por su cortometraje Grafitti en 2016 que le otorgó numerosos premios y una nominación a los Goya. De la trascendencia y la soledad bebe también en este trabajo que envuelve en una crítica social al sistema, a la justicia y a la libertad.

No hay mucho que podamos contar sobre la trama sin destruir completamente la experiencia de visionado, así que ésta corre de vuestra cuenta. Y, creednos, no os costará mucho entrar en ella. El arranque de Bajocero, después de unos pocos minutos de introducción con cierta incertidumbre, es de lo más intrigante. Las relaciones iniciales entre presos y policías, la fluidez de los diálogos y los naturales enfrentamientos dialécticos parecen que nos van a llevar a una reflexión sobre la imposición de los roles, la psicología del poder y la ambigüedad de la justicia, que más tarde terminarán siendo uno de los rasgos principales de su guion.

La claustrofobia juega un papel fundamental en ello. Gracias a la escenografía, nos encontramos a presos asfixiados por las celdas individuales del furgón en las que algunos viajan todavía esposados, a policías enclaustrados en sus cubículos, ya sea en la parte delantera con la conducción o en el espacio de vigilancia trasero; y, sobre todo, al furgón policial al abrigo de la noche más cerrada imaginable. La niebla se convierte en protagonista de sensaciones, envolviendo la trama con su arquetípico aura de misterio y siendo determinante para el inicio de la acción.

Una acción en la que Quílez se desenvuelve con soltura. El ritmo y la realización nos hacen parte del furgón, compartiendo las reacciones de los dos bandos que terminarán diluyéndose con el paso de los minutos cuando los roles de poder se inviertan para quedar todos ellos a merced de un agente externo que los deja contra las cuerdas.

Esa es la verdadera fortaleza de la trama. La incertidumbre, la pérdida de poder y de libertad a la que son sometidos por un secuestro inesperado y prácticamente incomprensible... salvo para uno de ellos. El primer tramo de la película es absolutamente atrapante. No conocemos al secuestrador, y la firmeza de sus acciones nos habla de una actitud tan determinada que esperamos que se convierta en un duelo a vida o muerte en el que se tendrán que formar alianzas inesperadas.

Bajocero

Ese rifirrafe, sin embargo, pierde parte de su interés cuando se nos desvelan pistas con premura para dar paso al verdadero leitmotiv del estreno de Netflix. Hay una reflexión que abordar, pero para conseguirlo nos dejamos por el camino gran parte del juego que hace del thriller lo que es: el suspense deja de serlo cuando el peso de la resolución se vuelve transparente a medio metraje.

El mismo duelo que viven los protagonistas de Bajocero lo vivimos nosotros como espectadores para decantarnos entre aciertos e irregularidades. Los recursos de guion para el destino de los atrapados nos dan una de cal y una de arena, algunos fruto del más puro efectismo para la anticipación del espectador, otros construidos con más solidez que contribuyen a mantenernos enganchados a la espera del significado.

Las interpretaciones hacen el resto para que la llama de la trama siga titilando sin desvanecerse. No hay un pero que poner al reparto artístico, siendo la contención tan desgarradora de Karra Elejalde meritoria del mayor elogio.

Viendo la transcendencia final de la trama, podíamos esperar más como reflexión sobre la realidad social que vivimos. Es inevitable recordar títulos tan brillantes como Se7en viendo los elementos fundamentales que construyen el significado de la película, pero por mucho acierto que podamos encontrar en esa reflexión, el cierre termina siendo demasiado plano como para recuperar sensaciones después del irregular tramo final.

Bajocero

Bajocero triunfa en la construcción de escenas opresivas, en la tensión inevitable que surge bailando entre la vida y la muerte a merced de la incertidumbre que marca sus destinos. El estreno llega en invierno, pero el frío nos calará muy hondo por muy recogidos que estemos en nuestros hogares.

El desenlace llega con brutalidad explícita e implícita y la traslada de forma espeluznante más allá de la pantalla, pero para llegar a ello se nos quedan por el camino pequeños despistes que perjudican el resultado global de la película de Netflix y su propia efectividad. Es un visionado notable para la plataforma, pero la guinda que merece viendo su factura y cómo marca todos los 'checks' necesarios en el planteamiento se desliza del pastel sin dejarnos saborear un conjunto que podría brillar con mucho más fulgor.

VALORACIÓN:

Bajocero es un thriller que despierta sensaciones exquisitas en el arranque de la película, pero la transparencia del desarrollo acaba con el velo del misterio con demasiada premura.

LO MEJOR:

El arranque de la película es fabuloso, absorbiendo todos los elementos que podemos pedirle a este tipo de thrillers.

LO PEOR:

La historia adquiere demasiada transparencia a medio metraje, lo que nos deja a merced del efecto de la resolución.
Hobby

74

Bueno

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