Crítica de La casa del miedo, una película de terror familiar en Netflix

Normalmente, el cine de terror suele vincularse al público adulto, ya sea por el gore o por el miedo psicológico más extremo. Para también existe una vertiente de terror familiar, pensado para que los niños "un pelín creciditos" y sus padres puedan pasar el rato con unas palomitas, al estilo de series como El club de la medianoche. La casa del miedo sigue esa fórmula en su estreno en Netflix.

Esta película de terror es una producción austriaca que se ambienta en el sur de Austria, en la frontera con Eslovenia, donde una familia alemana compuesta por una madre viuda y sus dos hijos busca empezar una nueva vida dentro de un pequeño pueblo. Cuando llegan a la cochambrosa casa, esta parece esconder algún siniestro secreto...

Las mejores películas de terror que puedes ver en Netflix

Si este 2020 buscas pasar un rato de miedo con la luz apagada y la manta cerca, Netflix cuenta con algunas películas escalofriantes.

¿Quieres pasar miedo?

Con estas mimbres, queda bastante claro que el argumento no inventa la rueda y lo hemos visto ya en un millón de películas de terror (incluso se cumple el tópico del hijo mayor que odia que se hayan mudado y el hijo pequeño como contrapartida cándida), si bien La casa del miedo gana puntos en apoyarse más en el misterio "teen" que en el terror puro y duro. Así, la madre apenas tiene protagonismo, mientras que los dos hermanos son los verdaderos héroes de la investigación, junto a otros dos chicos del pueblo: Ida, una chica resuelta y que, cómo no, es el interés romántico; y Fritz, un chavalín muy friki, pero que cae muy simpático con sus ocurrencias.

Como podréis ir suponiendo, el desarrollo va derivando a algo similar a fórmulas como Super 8 o Stranger Things, pero, aunque se habla de la muerte y de espíritus con algún que otro susto, nunca se ve nada demasiado "fuerte" que pueda espantar a los espectadores que tengan unos 11 ó 12 años (para más pequeños quizá sí de más canguelo), mientras que para los adultos directamente no dará nada de miedo.

Pero, como decimos, la idea es ver la película en familia o en grupos de amigos preadolescentes, pues su fórmula de "miedo y suspense blanquitos" está especialmente recomendada para ese espectro de público.

En general, el tono de La casa del miedo es más bien de thriller, de investigación sobre qué pasó de verdad en esa casa, con algunas pinceladas de romance y de humor.

Es cierto que, como casi todo el mundo lo verá en versión doblada al castellano, se pierden algunos matices de ese humor, especialmente los referentes a Fritz intentando imitar el acento alemán de los recién llegados. Pero aún así, la adaptación a nuestro lenguaje es muy correcta y la parte de alivio cómico entra bastante bien en el conjunto.

Hay otras facetas que no acaban de desarrollarse, como la rivalidad de Hendrik (el hijo mayor) con los "machos alfa" del pueblo, o la historia de la muerte de su padre, que podría haber dado más juego para su vinculación con lo paranormal o haber potenciado algo más el drama.

A nivel de ambientación y efectos especiales, esta película de Netflixno se complica la vida innecesariamente y recurre a sencillos trucos de maquillaje para los actores e iluminación para cumplir su objetivo, en los escasos momentos de miedo que nos propone.

Como podréis ver, la película parece "pecar" de poco ambiciosa en casi todas sus vertientes pero es quizá esa honestidad y claro enfoque los que hacen que sea una experiencia entretenida y disfrutable. Das Schaurige Haus (nombre original de La casa del miedo) no os dejará huella como espectadores, pero puede suponer una buena oferta para alguno de esos días en los que estéis aburridos en casa y querráis echar una buena sesión de palomiteo encima. De propina, aprenderéis una a dos palabras en esloveno. Quién sabe si algún día se pondrá de moda el idioma...