A principios de los 70, cuando el cine clásico había llegado a su fin, el western languidecía en manos crepusculares y la generación de los barbas se había hecho con el control creativo de las ideas en Hollywood, los estudios encontraron un filón en la denostada y olvidada comunidad afroamericana, que pedía un relevo generacional.

Al principio, apenas fueron primeros esbozos de historias con protagonistas negros y una banda sonora estimulante que permitía a las comunidades afroamericanas de Estados Unidos, residentes en barrios marginales y entornos urbanos, sentirse identificados con las propuestas narrativas de la gran pantalla, antes reservadas para blancos.

A esto se le llamó Blaxploitation o “películas de explotación negra”, y acabó convirtiéndose en un movimiento cinematográfico superlativo que ha dejado grandes historias y memorables soundtracks repletos de funk. Incluso llegó a permitir el surgimiento de corrientes alternativas tan presentes en la actualidad como el rap o hip hop.

Netflix acaba de lanzar su propia película de género blaxploitation en su catálogo streaming. Se titula El clon de Tyrone, está escrita y dirigida por Juel Taylor y cuenta con un extraordinario reparto en el que destacan estrellas consagradas como Jamie Foxx y Kiefer Sutherland, y actores en alza como John Boyega y Teyonah Parris.

Otra cosa no, pero a Netflix no se le puede negar una realidad: siempre apuestan por todo. Su catálogo no se centra en un formato concreto, un género específico, un tono determinado y mucho más. El catálogo del denominado “gigante del streaming” es una amalgama heterogénea y ecléctico donde hay espacio para todo.

Una coctelera de géneros que funciona como comedia y como sátira sociopolítica

En este caso, no solo nos encontramos con una película blaxploitation de manual, sino que además es un divertidísimo cóctel que combina la ciencia ficción y la comedia negra. Pero no la comedia negra en el sentido de que salen afroamericanos, sino que es una película que utiliza la sátira para burlarse de los extraños gorros de plata que pueblan la Tierra.

Efectivamente, damas y caballos. La película El clon de Tyrone en Netflix es una película que va de teorías de la conspiración. Una serie de acontecimientos bastante inquietantes llevan a los tres protagonistas a seguir el rastro de una conspiración gubernamental que le pondría la piel de gallina a más de uno.

La premisa es, probablemente, lo más sólido de esta película. Sin embargo, es tan solo una excusa para colocar a los protagonistas en un contexto bien definido donde desplegar gags divertidos, pero con fondo. Es decir, no es una película sin mensaje. Sin embargo, el subtexto sobre las desigualdades subyace entre tanto surrealismo.

Estamos casi seguros de que “surrealismo” e “inquietante” son las dos palabras que mejor definen la película de Netflix. Para ello, el director Juel Taylor se apoya en unos diseños artísticos y unos elementos estéticos que funcionan a las mil maravillas, encajando con la narrativa como si fueran piezas de Knex.

Vale, está bien. Tenemos, por un lado, una buena dirección y un gran reporte; también una premisa interesantísima y divertida, con conspiraciones, giros y sorpresas, y también unos buenos diseños de arte y un trabajo relevante en materia de producción. Pero ¿qué podemos esperar realmente de El clon de Tyrone en Netflix?

En resumidas cuentas, la película (ya disponible en el catálogo streaming) tiene una gran fortaleza, que es su mezcla de géneros. Puede llegar a confundir al espectador al principio, que no sabe dónde encajonarse o cómo sentirse, como ya sucedía con estrenos similares recientes tales como No mires arriba.

Pero, a pesar de esa confusión, todo aquel que abraza la confabulación narrativa y el blaxploitation de Netflix en este filme se deja llevar por una aventura alocada donde, insistimos, lo más acertado es esconder la reflexión sobre las desigualdades sociales y el mensaje contrario a las políticas de Donald Trump entre tanta broma.

Hay una tendencia actual en determinado cine de crítica política de esconder el contenido para no abrumar a todos los espectadores o incluso evitar los escándalos y las polémicas que, habitualmente, van asociadas a las películas que tienen un marcado componente político en su metraje. Este es uno de esos casos.

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Descúbrelas

El clon de Tyrone es una película divertidísima de Netflix en la que, cuanto menos sepáis sobre ella, más interesante os resultará. A nosotros las casi dos horas de metraje nos han entretenido de principio a fin, y nos hemos quedado con un gran sabor de boca. ¿Qué más se le puede pedir a una película streaming, visto lo visto?