Crítica de Colegio Abbott temporada 2, ya disponible en Disney+

La primera temporada de Colegio Abbott, compuesta por 13 episodios de unos 22 minutos de duración de media y disponible en Disney+, dio la campanada al alzarse con tres premios Emmy: mejor casting, mejor guión para la también actriz Quinta Brunson y mejor actriz de reparto para Sheryl Lee Ralph (la divertidísima profesora veterana Barbara)..

El mix ganador estaba compuesto por un elenco brillante (que ha vuelto a conseguir un premio: el de mejor interpretación colectiva en los SAG Awards), un guión repleto de humor y de crítica social hacia las condiciones de las escuelas públicas de Philadelphia.

La marcada identidad de la serie, con no pocas referencias a la ciudad, es otro de sus puntos fuertes. Quinta Brunson nació al oeste de Philadelphia y su conocimiento de ella es muy profundo, con lo que le saca un gran partido.

De esta manera, se puede decir que es un producto muy local (habrá incluso algún detalle que nos resulte incomprensible si no tiramos de san Google para aclararlo) aunque también abarque temas universales como la precariedad de los profesores, los limitados recursos destinados a la educación pública, la presión de la concertada, las fiestas estacionales que se celebran en los centros...

Colegio Abbott es además una serie que sabe exprimir muy bien el talento de su cuerpo interpretativo, dejando que haya muchos arcos argumentales abiertos a la vez lo que permite introducir de vez en cuando cameos espectaculares como el de Leslie Odom Jr., Jerry Minor, Andre Iguodala o la mascota de la liga local de hockey Gritty.

Pero si hablamos de señas de identidad, hay que poner el foco en la forma que adopta la serie que es la de falso documental. Pronto se nos vienen a la cabeza muchos ejemplos exitosos de series que han echado mano de este formato: desde The Office a Modern Family o Lo que hacemos en las sombras.

Los personajes a menudo se dirigen a cámara para hablar de sus experiencias con unos interlocutores fantasma que no aparecen nunca pero que les formulan preguntas o ponen de manifiesto lo poco que se parece lo que dicen a la realidad. Es una herramienta de hilaridad más al servicio de la diversión de los espectadores que ayuda a revitalizar la comedia de situación.

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También hay algo de salseo para aderezar la historia: el actor Tyler James Williams a quien muchos recordaréis por la desternillante serie Todo el mundo odia a Chris tiene una latente tensión sexual con la protagonista que hace que sus devaneos sean otro foco de atención en la narrativa.

Pero el ingrediente estrella son los niños: los críos que actúan en la serie son maravillosos y vienen a poner a prueba todo lo que sus profesores pensaban que sabían sobre la autoridad, el castigo, los experimentos o incluso la propia docencia y de cómo enfocar su trabajo.

Si el reparto ha sido siempre un punto fuerte de esta comedia, el guión también refuerza a cada uno de los personajes abundando en sus personalidades y dejando claro que cada cual cumple su función en el equipo.

Los diez primeros episodios de la segunda temporada de Colegio Abbott ya ha visto la luz en Disney+ pero lo cierto es que quedan aún doce más pendientes de estreno, dado que se compone de 22 en total, así que nos hemos quedado a medio camino de las aventuras de Janine, que trata de recuperarse de la ruptura con Tariq y asentar las relaciones con sus compañeros de trabajo.

La buena noticia es que nos queda por tanto mucho por reír por el camino, a falta de conocer cuándo se estrenará lo que resta de la temporada 2 de Colegio Abbott. Entre tanto, se ha convertido en un remanso de paz en la televisión actual, donde la comedias no abundan y por tanto se erige como un chute de buen rollo sensacional.