Logo Hobbyconsolas.com
Logo HobbyCine

Crítica de Cómo cazar a un monstruo, la serie documental de Carles Tamayo sobre Lluís Gros

Cómo cazar a un monstruo
Foto del redactor Raquel Hernández LujánFoto del redactor Raquel Hernández Luján

Crítica de Cómo cazar a un monstruo, la serie documental dirigida por Carles Tamayo y producida por el galardonado Ramón Campos. Estreno el 6 de septiembre en Prime Video

El true crime español se mueve ya a un nuevo nivel: el 6 de septiembre se lanza en Prime Video la serie de tres episodios de aproximadamente una hora de duración Cómo cazar a un monstruo, que va a ser uno de los platos fuertes del mes junto con el segundo episodio de El caso Sancho, que verá la luz en Max el 13 de septiembre, desvelando los entresijos de los últimos acontecimientos.

En ambos casos vamos a ser testigos de cómo la creación audiovisual se va engranando a tiempo real y sobre la marcha, de tal manera que podemos percibir la importancia de la inmediatez y la velocidad de respuesta para marcar el devenir de los acontecimientos.

A medio camino entre la miniserie documental y el videoblog, en Cómo cazar a un monstruo el reconocido periodista de investigación Carles Tamayo cuenta el proceso mediante el cual fue contactado por Lluís Gros, un hombre condenado a más de 23 años de prisión por haber abusado sexualmente de varios menores entre 2007 y 2011 pero que, sin embargo, seguía gozando de plena libertad en 2019.

Arranca mostrando la relación personal y profesional previa que había entre ellos, dado que el delincuente llegó a regentar un cine en Masnou donde habría cometido dichos abusos y donde el propio Tamayo tuvo ocasión de proyectar sus primeros cortometrajes.

Para su sorpresa, fue el mismísimo condenado quien se puso en contacto con él con la intención de que realizara una investigación que lo exonerara y consiguiera limpiar su nombre, al no estar de acuerdo con la sentencia.

Los giros que da la historia son de traca e implican contactos con potenciales nuevas víctimas, figuras e instituciones encubridoras y hasta una detención problemática. Da escalofríos lo relativamente fácil que parece hurgar en su pasado para descubrir muchos otros casos previos, que nunca llegaron a arrojar conclusión alguna a su actividad delictiva.

 

Lo primero que hay que señalar sobre Cómo cazar a un monstruo es que es un relato que hará que los espectadores no salgan de su asombro y comprendan perfectamente sucesos recientes como la fuga de Puigdemont, que haya casos que prescriban y delincuentes que se salgan de rositas moviéndose por el mundo como si fuese suyo.

Tamayo consiguió que Gros conversara con él con total confianza, retratándose a sí mismo a través de sus acciones, omisiones y pensamientos peregrinos que van desde chistes de Torrente que nunca tuvieron gracia alguna hasta una burla constante hacia los cuerpos de seguridad del Estado o la justicia. Sin ser un genio del crimen, estaba bien cómodo en su posición.

Encontramos testimonios de víctimas que profundizan en la depravación del tipo y su total ausencia de aprensión ante la idea de poder ser atrapado y de remordimientos por el daño infligido, pero también fugaces momentos que rozan lo cómico por surrealista. Los cambios de tono son constantes y hay una preferencia por el relato que se va constuyendo por encima de la forma

Eso implica que vamos a ver a Tamayo y su equipo desplegando medios, ajustando micros, luces y cámaras y hasta palmeando la claqueta. El proceso forma parte del mensaje y Tamayo es casi un alter ego ficcional que ejerce de héroe y por tanto una pieza más de la narración.

La labor de edición posterior (y adición de música) busca espectacularizar el caso, darle un enfoque sarcástico y darle un mayor empaque a los puntos álgidos.

Cómo atrapar a un monstruo también nos retrata a nosotros mismos y la forma en la que consumimos el audiovisual a día de hoy. No hacen falta tantos medios en un mundo hiperconectado en el que la persona a la que investigas se deja la cámara del móvil abierta. ¿Es importante la resolución de la imagen, que los planos sean más o menos estéticos o la información que aportan?

Tamayo se recrea en algunos momentos, mareando a Gros para que camine en tal o cual dirección y se presente a cámara sin más finalidad que usarlo un rato de títere. Es lo menos cruel que se podía hacer con alguien así, más allá de traicionar su "confianza" para entregarlo a los Mossos y ponerlo a disposición judicial, como correspondía. Al menos este monstruo duerme en una celda.

Conoce cómo trabajamos en HobbyConsolas.

Etiquetas: Amazon Prime Video

VALORACIÓN:

Ver para creer: ésta es una de esas ocasiones en las que la realidad supera la ficción. Cómo cazar a un monstruo le quita la máscara a Lluis Gros a la par que muestra la desidia de un sistema judicial colapsado que actúa tarde y por los pelos. Tiene más valor como denuncia que como documental.

LO MEJOR:

Cómo el propio delincuente se retrata en sus respuestas, en sus salidas de tono, en sus silencios y sobre todo en su impune manera de actuar.

LO PEOR:

Se agradecería que fuese más limpio y se pusiiera más cuidado en la forma.
Hobby

75

Bueno