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Crítica de Como Dios manda: humor de los 90 en 2023

Como dios manda

Crítica de Como Dios manda, la comedia con Leo Harlem que se centra en la tensión que existe entre la mirada conservadora del protagonista y la diversidad existente en 2023.

Quien vea la promoción de Como Dios manda casi encontrará inicio, trama y desenlace de la película, pues, como tantas comedias estrenadas en la época veraniega, no oculta sorpresas inesperadas y trata de ser un espacio cómodo en el que pasar un par de horas a buen resguardo.

Tenemos el ejemplo de Santiago Segura, quien regresa cada año con su temática familiar basada en las aventuras cómicas de un grupo de personas, pronto lo hará con Vacaciones de verano, pero el caso con Leo Harlem en esta película opta por otra vía más simple y de menor presupuesto que parece llamar directamente a los que disfrutan viendo monólogos cómicos.

Decimos esto porque Como Dios manda se sustenta sobre Leo Harlem a cada momento y es su figura y las simpatías que provoque en el espectador lo que marcará que la película haga gracia o emocione.

Como dios manda

Una vez aclarado un punto que debe tenerse en cuenta durante toda la película, vamos con la sinopsis que es más bien simple. El protagonista es un rígido y temido funcionario de Hacienda con valores muy tradicionales, vida ordenada, misa de domingo y separado, que no divorciado porque se niega a firmar los papeles. Su nombre, Andrés Cuadrado, ya indica muchas cosas.

Este personaje es castigado por un supuesto comportamiento inapropiado y acaba en el Ministerio de Igualdad. Allí se encuentra un mundo colorido y aperturista que contrasta con el gris de su anterior oficina, pero no solo en la decoración, también en la diversidad de personajes y sensibilidades. Andrés, que ha vivido en su propia burbuja, cae en un lugar que no comprende ni aprecia.

Sus nuevos compañeros lo reciben con amabilidad y son pacientes con él, pero a través de varias situaciones -todas ellas narradas desde lo cómico- queda bien claro que todo es una afrenta para él, al menos en principio, porque estamos ante una película de aprendizaje en la que Andrés Cuadrado irá asimilando la nueva realidad en el día a día.

Bienintencionada, pero con excesivo subrayado

Como Dios manda

El espectador que acompañe al protagonista se encontrará con distintas circunstancias y algunos giros de guion a lo largo de los 99 minutos que dura la película, pero sin ambigüedad o al menos sutileza.

El subrayado es constante en el largometraje mediante la banda sonora o los diálogos. No hay un momento de silencio en las distintas tramas que convergen para mostrar un abanico de situaciones que al final desembocan en lo que ya se imaginaba desde el principio: que Andrés Cuadrado tiene buen corazón.

Otro de los problemas que sufre la película es el moverse entre estereotipos más que personajes con un trasfondo a explorar. Al momento se identifica el carácter y la sensibilidad que tiene cada uno, no solo en los temas de diversidad que se tratan, también en si es tímido, amable o divertido, por ejemplo.

Como Dos manda

Todo esto es dirigido con una estandarización visual y nos lleva a que Como Dios manda sea una película que convencerá a los aficionados a Leo Harlem, pero no cambiará perspectivas ideológicas ni enseñará demasiado más allá de lo que todos sabemos, como a respetar y entender al otro.

Llama la atención que todos sus puntos fuertes conciernan a lo cómico, pero es una comedia que parece descontextualizada, como el mismo personaje. Con sus caídas al más puro slapstick y los enredos, su humor es tan clásico que parece pasado de moda, de los 90, pero tal como hemos repetido, en su falta de sorpresas puede estar su éxito.

Como Dios manda llega a los cines como un producto veraniego a todos los niveles, con sus chiringuitos de Málaga incluidos, para divertir a quien gusta de estas historias, pero poco recomendable para quien desee algo distinto.

VALORACIÓN:

Como Dios manda es una película que busca aprender y reírse de distintas perspectivas de la sociedad, de lo tradicional a lo más progresista, pero que se queda en un abanico de estereotipos, demasiados como para profundizar en ninguno de ellos. La figura del cómico Leo Harlem es central, para lo bueno y lo malo.

LO MEJOR:

Es directa en la exposición y sincera en intenciones.

LO PEOR:

No hay espacio para pensar, todo se ofrece mascado y sin sutileza. Algunos momentos de humor físico.
Hobby

42

Malo

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