Crítica de Desencanto temporada 4 - Popurrí de reinos en Netflix

Con el innumerable catálogo de series que tiene Netflix, a la plataforma no le suele temblar el pulso a la hora de cancelar proyectos. Por eso, si una serie como (Des)encanto ha conseguido llegar a la temporada 4 será porque... Bueno, porque tiene un encanto especial.

La cuarta temporada de Disenchantment arranca donde dejamos la tercera, con Bean a punto de enfrentarse a un "compromiso ineludible" en el mismísimo Infierno. Pero, como suele ser normal en la serie de Matt Groening, las cosas pronto cambian de tercio para ella... Y para los demás.

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Ya desde el arranque de esta temporada vemos nuevos personajes muy divertidos, que suelen ser un concepto habitual en las series de Groening (volver cómicas las figuras satánicas es algo que ya vimos en Los Simpson y Futurama), si bien echamos en falta que se profundice más en ellos, precisamente porque tienen potencial.

Ese vuelve a ser uno de los problemas de la serie de Netflix: hay tanto material interesante por descubrir, que se acaba saltando de uno a otro muy rápido, sin que podamos profundizar en los nuevos "filones" lo suficiente. Da la sensación de que se quedan en barbecho para futuras oportunidades.

En cualquier caso, sí hay algunos personajes nuevos a los que se les saca mucho partido para bien, como la marioneta Pecas o ciertos "descubrimientos" en el pasado de Elfo que dan pie a un episodio muy divertido.

Curiosamente, parece que los 3 primeros episodios (de un total de 10 que tiene la temporada) sí están mejor medidos en su mezcla de humor y aventura, para luego aglutinar todo en el resto y dejarnos con el correspondiente cliffhanger al final.

Ya se ha comentado otras veces que (Des)encanto necesitaría y merece más episodios por temporada para poder desarrollar bien todo lo que plantea, aunque en términos generales parecen haber cogido mejor el pulso a la historia que en la temporada 3, desde la trama general de la temporada hasta las subtramas más cortas.

También se nota que los guionistas se han soltado más la melena con el humor negro y las referencias divertidas. El ejército de gnomos sanguinarios o la visita al sanatorio del rey Zog dan momentos divertidísimos, que recuerdan a los momentos de humor absurdo brillante que han caracterizado a Groening durante mucho tiempo.

También tenemos que destacar el apartado visual, que probablemente sea el más espectacular de toda la serie. La mezcla de animación tradicional y CGI está más unificada que nunca y se ofrecen algunos trucos de zoom compensado o encuendres muy, muy atractivos, sin perder el estilo "simple" de la serie.

Además, hay más acción y algo menos de drama, lo cual se agradece porque el "tono" se estaba volviendo algo serio de más. Sigue habiendo momentos tristes, sí, pero suelen estar mejor arropados por el conjunto y por el salto constante entre las tramas de personajes, así que es imposible aburrirse.

Es verdad que algunos personajes no acaban de estar claros en cuanto su carácter (como el propio Zog, que pasa de ser el epítome de la virtud a un tipo caprichoso de golpe), pero otros como Jerry, Luci o Elfo sí parecen haber recuperado esa gracia que los caracterizaba. ¡Solo echamos de menos más intervenciones de Shocko!

En conjunto, la temporada 4 de Desencanto nos ha dejado más satisfechos que la anterior, gracias a un humor más acertado y un estilo visual que da en la diana. Está claro que la serie agradecería no ser tan precipitada para que se convirtiera en algo verdaderamente genial, pero no todo en la vida puede ser un cuento de hadas, ¿no?