Ya sabéis que Netflix tiene que cumplir una "cuota" de programación enfocada al público juvenil. Y si en el proceso puede cumplir con la agenda y satisfacer la presencia de diferentes grupos que puedan verse reflejados en sus programas, mejor para ellos. Con esta premisa, la plataforma ha traído series como La Orden o La monja guerrera.
Tráiler de Dos balas muy perdidas, la nueva serie de acción y comedia adolescente de Netflix
Ahora, Netflix continúa ampliando su catálogo de series juveniles con Dos balas muy perdidas, una serie con una premisa interesante que podría funcionar muy bien con la ejecución adecuada. Un elenco juvenil y algunos actores de talento podrán moldear una serie interesante.
Pero nos estamos adelantando, o no. Hoy os traemos nuestra crítica de la primera temporada de Dos balas muy perdidas. Si os gusta la caza de recompensas, y el humor picantón, puede que sea vuestra serie.
Dinero fácil
Vamos a empezar por el planteamiento básico de Dos balas muy perdidas. No es especialmente difícil de entender. Dos chicas de instituto, las mellizas Sterling y Blair Wesley, a quienes dan vida Maddie Phillips (Van Helsing) y Anjelica Bette Fellini (Los elegidos), viven su ajetreada vida como estudiantes de un instituto cristiano de élite en Atlanta, Georgia. Sus vidas son las típicas de unas chicas de su edad a la hora de descubrir sentimientos y experimentar sus primeras relaciones y bla bla bla. Ni os vamos a aburrir con la cantinela de siempre.
De forma fortuita, Las dos hermanas se topan con un criminal fugado al que está dando caza Bowser Simmons (Kadeem Hardison), un veterano y curtido cazarrecompensas que descubre ante ellas una manera de conseguir dinero fácil. Especialmente al comprobar que cada una tiene habilidades muy específicas que pueden ser útil para perseguir a escoria que no se ha presentado en el juzgado y llevarles de vuelta a la cárcel.
Por supuesto, cuando Blair y Sterling aceptan trabajar como "becarias" de cazarrecompensas para Bowser, lo harán en secreto, y comenzarán a llevar una doble vida entre sus estudios y familia, y su nueva ocupación de cazar criminales y entregarlos a cambio de dinero.
Géneros desbalanceados
Dos balas muy perdidas puede calificarse como una serie que combina acción, comedia y drama. Sin embargo, la serie de Netflix no puede decir que haya balanceado bien el equilibrio entre estos tres géneros. En numerosas ocasiones, la comedia entra a destiempo y corta una escena dramática. Por otro lado, si que combina bastante bien con la acción, ya que son dos géneros que tradicionalmente han casado muy bien en series de este estilo.
Netflix ya nos tiene acostumbrados a cumplir con la agenda de "cumplir con la agenda". Todos esos temas que esperáis que se toquen y todos esos personajes que esperáis que aparezcan en este tipo de series, van a aparecer. Y de hecho, la mayor parte de las situaciones en este aspecto las vais a poder anticipar con bastante antelación. Estas mecánicas son "lentejas" actualmente en el mundo de las series y el cine. Es más habitual encontrar este tipo de situaciones en una serie que no encontrarlas.
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Algo más de acción real le habría venido fenomenal a Dos balas muy perdidas. Y retirando parte de las situaciones adolescentes que casi no llevan a ninguna parte, para incluir esas escenas de acción, habría subido el caché y el rendimiento de la serie.
Un rumbo errático
Como hemos dicho más arriba, la serie de Dos balas muy perdidas tiene una premisa muy clara: Dos adolescentes convertidas en cazarrecompensas. El problema que encontramos, es que la serie parece olvidarse de ello durante grandes periodos de tiempo. De hecho, hay capítulos donde la temática principal parece más una anécdota que un argumento firme para enganchar al espectador. En su lugar, la serie abraza todas esas situaciones de drama juvenil que se han visto en decenas de series y películas.
También pierde mucho tiempo indagando en el mundillo del colegio religioso al que asisten Sterling y Blair Wesley. Si bien es algo que podría haber dado algo de juego para alguna trama, termina por absorber demasiado tiempo dentro de los diez capítulos que conforman la primera temporada.
Por último, el hilo conductor de Dos balas muy perdidas, el que está llamado a ser el argumento central y que nos conduce hacia la conclusión de la temporada, es como el Guadiana. Aparece muy pronto, después desaparece, y no volverá a aparecer con fuerza hasta demasiado tarde. De hecho, salvo que veáis la serie en maratón, es posible que muchos hayan olvidado el cliffhanger inicial que nos apunta hacia el "conflicto final".
En varios aspectos, Dos balas muy perdidas es una serie que pincha. Tiene una buena premisa y el tándem formado por Anjelica Bette Fellini y Maddie Phillips funciona bastante bien en pantalla. Su estilo contrasta mucho con el de actores secundarios con más bagaje y un carácter más socarrón. Aunque hay algunos secundarios de la serie que os van a dar ganas de tirarle algo a la pantalla de lo repelentes que son. La pena es que la temporada 1 haya perdido la oportunidad de profundizar realmente en el argumento principal de la serie de Netflix, y lo haya dejado como un mero recurso narrativo. La serie puede mejorar, y si hay una segunda temporada, DEBE mejorar.