Crítica del episodio 1x01 de Barry, la nueva comedia de HBO

Nos decían a la prensa, en la presentación del avance de la programación de primavera de HBO, que la plataforma siempre busca un punto de vista inédito, un plus de originalidad en pos de sorprender al espectador. Barry apunta justamente en esta dirección.

Series y películas que toman como punto de partida la vida de un aspirante a actor, hay unas cuantas. Abordando el asunto desde el humor y mostrando la carrera de fondo de numerosas personas que viajan a Los Ángeles para probar fortuna, formándose en el teatro y ganándose la vida con empleos de baja cualificación, también, al punto de que es casi un cliché.

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Entonces, ¿por qué Barry es una serie rompedora desde su mismo comienzo? Bueno, porque en realidad nuestro protagonista descubre su vocación de forma tardía, después de hacer carrera como sicario. Esto da la vuelta por completo al género del thriller, ya que no se trata del típico asesino a sueldo calculador, preciso y misterioso, sino que es un trabajador asalariado que se dedica profesionalmente a matar “reencauzando” su pasado como militar.

Cocreada, dirigida y protagonizada por Bill Hader, uno de los principales actores de Saturday Night Live entre 2005 y 2013, Barry es una sátira mordaz que propone, efectivamente, una vuelta de tuerca poco común respecto a temáticas ya ampliamente abordadas en el terreno de la ficción televisiva.

¿Cómo compatibilizar los ensayos y la preparación para convertirse en un actor con la tarea de eliminar objetivos humanos? ¿Conseguirá Barry realmente encontrarse a sí mismo interpretando a otros? He aquí la gran paradoja de la serie: tenemos a un personaje en busca de un sentido para su vida que se dedica arrebatarle la suya a otros. Y lo mejor de todo es que solo cuando se deja llevar por su vena más visceral consigue brillar en el escenario... es decir, que su faceta de actor en ciernes necesita tanto a la de sicario como a la inversa

De momento, hay otros aspectos que simplemente se insinúan en el primer episodio de esta comedia de HBO, como el delicado equilibrio entre el drama personal, los toques más oscuros de los entresijos de su trabajo y un humor que nunca llega a ser delirante ni desbordado, sino que va más por el lado de la contención y de la inteligencia. Veremos, lógicamente, cómo tiene que hacer enormes esfuerzos para que las dos esferas de su vida: la pública y la privada, no se contaminen la una a la otra y de ahí emanará buena parte de la comedia.

Uno de los grandes atractivos de la serie, más allá de su innovador planteamiento, es su reparto en el que destaca, además de nuestro particular protagonista, su mentor teatral, interpretado por el siempre genial Henry Winkler. Completan el elenco principal Stephen Root, Sarah Goldberg, Anthony Carrigan y Glenn Fleshler.

Respecto a la puesta en escena, es una comedia bastante sencilla en la que se presta atención al detalle sin excederse en las florituras y se nota que Hader puede hundir el escalpelo a la hora de hacerle la autopsia a esas clases de interpretación en las que los actores wannabe son de manera sistemática destrozados emocionalmente con la finalidad de alcanzar la supuesta excelencia.

El guión es especialmente agudo para cinéfilos ya que se está apelando permanentemente a escenas emblemáticas de películas (Magnolia y Amor a quemarropa son recreadas en este primer episodio, mientras que en las distendidas charlas de bar se habla de otras películas como El club de la lucha).

Quedan 7 episodios más para ver cuál es la evolución de la comedia Barry y, como es marca de la casa, HBO los irá subiendo a razón de uno por semana. Teniendo en cuenta que duran solo 30 minutos, la verdad es que va a ser difícil que nos empachemos, consumiéndola así, en pequeñas dosis, a lo largo de dos meses.