Crítica de Euphoria: las rayadas no duran para siempre (Trouble Don't Last Always)
Después de la aplaudida primera temporada de Euphoria, supimos que habría dos episodios especiales de Navidad que servirían de puente antes del estreno de la segunda, que llegará en 2021. El primero de ellos Las rayadas no duran para siempre (Trouble Don't Last Always) iba a estrenarse hoy mismo, 7 de diciembre de 2020, pero su lanzamiento se adelantó tres días de forma inesperada, de modo que los numerosos fans de Zendaya y de la serie se encontraron el episodio de forma sorpresa el 4 de diciembre en HBO.
Coged con pinzas lo de "especial de Navidad" porque como ya imaginaréis aquí no hay luces de colores, ni abetos, ni gordinflones bienintencionados. Si acaso un regalo mucho más interesante e inesperado: un baño de realidad.
Para aquellos que anden perdidos o necesiten un pequeño recordatorio, la serie sigue los pasos de Rue, una adolescente que padece un trastorno de bipolaridad y que lleva, desde una edad muy temprana, consumiendo drogas de forma recurrente para paliar, por una parte, el dolor que le supuso la pérdida de su padre y, por otro, sus intermitentes estados de ansiedad y depresión profunda.
Aunque comenzar una relación con otra persona podría haberle dado una esperanza y una motivación, lo cierto es que las cosas no salen como ella esperaba, lo que la sume en un pozo de mayor tristeza. Una de las confesiones (de las muchas que escuchamos de su boca en este crucial episodio de tránsito) es que es el consumo lo que la salva del suicidio.
Ali es su padrino, un exadicto al crack que lidia con sus propios demonios pero que tiene como principal misión ayudar a Rue, ofrecerle perspectivas, ayudarla a comprender por los estadios por los que tendrá que pasar si quiere estar limpia y reconstruir poco a poco su vida. Y lo primero que Rue tiene que comprender es que tiene que ser sincera consigo misma y dejar de esconderse guardando pequeños alijos secretos o engañándose a sí misma pensando que algo externo a ella (ya sea una relación o cualquier otra situación) puede salvarla.
Argumentalmente Euphoria avanza poco respecto a lo que ya sabíamos. Tras unas breves secuencias en las que vemos a Rue y Jules aún juntas, el foco se desplaza a Rue y Ali manteniendo una larga y significativa conversación en una cafetería. Ella trata sobreponerse a la ruptura, aunque se siente traicionada y muy abatida. Ali, por su parte, intenta comunicarse con su familia, pero la relación con sus hijas es complicada porque arrastra un pasado que soo puede intentar dejar atrás por la vía de los hechos: demostrando que ha cambiado y volviendo a ganarse la confianza perdida en él.
A nivel de dirección, tanto Zendaya como Colman Domingo realizan un trabajo excepcional. Las rayadas no duran para siempre profundiza mucho acerca de lo que lleva a una persona adicta a comportarse de una forma ajena en principio a ella y recala en grandes temas como la fe, la angustia vital, los pasos para superar la adicción, lo que supone una recaída o la necesidad indispensable de centrarse en uno mismo al comienzo de la recuperación. No es un episodio fácil y deja atrás por completo la glamourización del consumo de drogas o esa "belleza" inherente al colocón que permite percibir la realidad de una forma casi abstracta y "acolchada" en la que el sufrimiento no tiene cabida.
Como prácticamente se desenvuelve en una única localización, la fuerza del episodio está más en los diálogos del guión que en la acción en sí y lo que trata de poner en valor es la mayeútica: Ali se comporta como un coach atendiendo al momento vital de completa depresión por la que pasa Rue. Aporta su experiencia personal, pero no es una charla centrada en un credo en concreto, en una fe ciega o en aspectos externos a ella misma sino en lo que necesita para recomponerse empezando por la aceptación y siguiendo por lo que puede ser un largo proceso.
Euphoria: Las rayadas no duran para siempre es un episodio conmovedor y también bastante esclarecedor que permite al espectador meterse en la piel de dos personajes difíciles, controvertidos y llenos de recovecos por explorar. A la finalización del episodio, no tenemos ni idea de lo que puede suceder con Rue, ¿saldrá del pozo? ¿será capaz de ser clemente consigo misma y de dejar de pensar en quién no quiere convertirse? ¿Adoptaremos quizás en el segundo especial navideño el punto de vista de Jules y cómo ha vivido ella la ruptura? ¿Hay futuro para ellas? Tenemos muchas más incógnitas que certezas, pero lo que está claro es que la serie, con este episodio-bisagra ha dado un salto de madurez afrontando la realidad de frente y sin adornos: la dependencia emocional y química, las relaciones familiares, el autoconcepto y enfermedad de estar enganchado... Podría ser objeto de estudio y debate en los institutos. Sin moralinas ni consejos simplones de autoayuda: una conversación sincera y profunda. ¡Bien jugado!
VALORACIÓN:
El primer episodio especial de Euphoria, que sirve de puente con la temporada 2 ofrece una excelente interpretación de Zendaya y Colman Domingo, mostrando las motivaciones, los remordimientos y la necesidad de redención de dos adictos que se ayudan con sus conversaciones. Es valiente, significativo y está bien ejecutado.LO MEJOR:
El riesgo de hacer un episodio especial de Navidad que transcurre casi al 99% en una cafetería en la que se habla de todo lo importante.LO PEOR:
Quienes esperaran ver interactuar más a Rue y Jules, se van a llevar un chasco bastante grande. Es un episodio más maduro y desengañado.85
Muy buenoDescubre más sobre Raquel Hernández Luján, autor/a de este artículo.
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