Crítica de La extorsión, el thriller de los creadores de El encargado con un inmenso Guillermo Francella

La extorsión, la película más taquillera del cine argentino de 2023, llega a nuestras salas tras haber pasado por el Festival de Cine de Sitges, donde pudo verse por primera vez.

Se trata de una película de suspense que, a lo largo de sus 105 minutos de duración, crea una atmósfera muy intrigante que tiene la capacidad de mantener el interés de principio a fin.

Uno de sus principales alicientes es que ha sido escrita por el guionista de El encargado, serie disponible en Disney+ (vía STAR) que te recomendamos encarecidamente. Además de contar con Emanuel Diez, tiene como protagonista principal al gran Guillermo Francella, que borda otro papel, más inocente en esta ocasión, pero apasionante en cualquier caso.

En la ficción da vida a Alejandro Petrossian, un veterano piloto comercial que un buen día se ve en un dilema: contactado por los agentes del Servicio de Inteligencia deberá sopesar si trabaja para ellos moviendo maletas cuyo contenido desconoce de Buenos Aires a Madrid o bien deja que sus secretos más íntimos serán aireados, poniendo en riesgo su estabilidad y su empleo.

Muy a su pesar, pronto se sumergirá en un mundo en el que todos parecen tener una doble cara y donde se verá en peligro todo aquello por lo que lleva toda la vida luchando. En el paso cruzó líneas que ahora le pasan factura.

Su único objetivo será finalmente sobrevivir evitando que sus seres queridos terminen pagando los platos rotos y manteniendo el tipo en un fuego cruzado que lo ha situado en medio. La corrupción campa a sus anchas en el aeropuerto, donde chocan los intereses de Inteligencia y los de la policía aeroportuaria. Y ninguno de los dos bandos le garantiza seguridad.

La extorsión es una película eficiente que cuenta con los recursos necesarios para que esté bien encauzada dentro del género que aborda: la fotografía le saca brillo a las secuencias nocturnas, la banda sonora de Pablo Borghi viene a remarcar la intriga y, en general, todo está al servicio de una historia algo sencilla, pero perfectamente comprensible y bastante realista.

Sobre todo, porque a la postre aborda conflictos de los que saltan de tanto en tanto a los titulares y nos resultan de sobra conocidos y tienen mucho que ver con la gestión de los fondos públicos. Estamos ante una historia de personas cotidianas sometidas a situaciones excepcionales y aquí es donde la cosa se pone interesante, porque no sabemos por dónde puede salir la trama.

El reparto, encabezado por Francella, es una de las bazas ganadoras de la cinta que cuenta también con Pablo Rago, Andrea Frigeiro y Carlos Portaluppi junto a Guillermo Arengo, Alberto Ajaka y Mónica Villa.

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La estructura narrativa es quizás el talón de Aquiles de La extorsión: una vez planteada la trama y vistos los conflictos de intereses, es difícil no adelantarse a ciertos acontecimientos, de manera que el tercio final pierde algo de impacto.

Puede que se precipite al adelantar demasiada información o que como espectadores estemos ya muy curtidos en la materia, pero da la sensación de que habría necesitado echar mano del factor sorpresa con una revelación final que nunca llega. Es como si le faltara el golpe de gracia, una última vuelta de tuerca que generase un impacto emocional en la audiencia.

Se agradece en cualquier caso una película de género de este tipo, que deje constancia del buen hacer al otro lado del charco. Es el segundo largometraje de Martino Zaidelis (Los enviados) y su primera incursión en thriller, manejando como decíamos un elenco primoroso, así que no está nada mal como primera piedra. Habrá que estar al tanto de su evolución como cineasta.