Crítica de First Love, la nueva película de Takashi Miike

Con más de cien películas a sus espaldas, Takashi Miike es un realizador tan prolífico como descarado que no esconde sus orígenes en el cine de serie B ni renuncia tampoco a abordar cualquier género con sus marcas peculiares de estilo: violencia a mansalva, personajes al borde de la navaja y una visión bastante nihilista de la sociedad.

Habría que sumarle a su enorme experiencia, su creatividad inagotable y su implicación artística incluso en los detalles más nimios para comprender de qué sopa primigenia sale una película tan iconoclasta y ecléctica como First Love que sirve de coctelera para un curioso sentido del humor, una denuncia manifiesta de la corrupción y el submundo urbano del narcotráfico y, sobre todo, pura acción impactante, arrolladora y brutal, que hace avanzar la historia sin frenos.

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Eso sí, resulta algo más positiva de lo que es habitual... en gran parte porque reúne a una particular pareja, aunque sea a costa de una noche de violencia.

Ellos son Leo y Monica: un boxeador cuya carrera atraviesa un bache que se antoja insuperable y una prostituta enganchada a la droga que, sin embargo y contra todo pronóstico, no ha perdido parte de su candidez.

Todo comienza cuando a Leo le diagnostican una enfermedad incurable y queda desahuciado por su médico. Por pura curiosidad se topará con Monica cuando trata de huir de sus explotadores y de aquellos con quienes han contraído una deuda relacionada con la cocaína.

A golpe de thriller, el guionista Masa Nakamura (colaborador habitual del cineasta) explora una idea tan bonita que podría parecer hasta cursi: la posibilidad de que, para variar, sea posible tener una segunda oportunidad y hasta vencer a los demonios del pasado.

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Eso sí, poco hay de relato convencional en una película que, si bien no es de las más rompedoras de la filmografía de Miike, sí que se reserva sus sorpresas para la audiencia acostumbrada a sus extravagancias: desde algún inserto animado de lo más colorista hasta explosiones inesperadas a añadir a los litros de hemoglobina que cabría esperar en los encuentros entre la yakuza, las tríadas chinas y la policía nipona.

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First Love - Galería de imágenes (4 imágenes)

Ojo: es probable que First Love sea uno de los trabajos más maduros y asequibles de Miike para el gran público, (sea lo que fuere esto en el contexto de la obra de este autor, cuyo ritmo de trabajo es directamente imposible de seguir).

Se queda muy lejos de sus películas más locas y también más divertidas que suelen ser carne de festivales como el de Sitges como Terraformars, JoJo's Bizarre Adventure o la saga Crows y mide mejor en ella cuándo y cómo introducir la violencia para que sea un goteo en un contexto estilístico muy estudiado, con una fotografía que busca cierto grado de belleza en una noche pesadillesca... 

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First Love - Galería de imágenes II (4 imágenes)

First Love es una propuesta que disfrutarán quienes no tengan reparo a la hora de jalear la sangre y de retorcerse en la butaca con la comicidad que emana de sus histriónicos personajes y sus desesperadas situaciones particulares.

Buena parte del mérito de que la máquina avance tan bien engrasada es el editor Akira Kamiya, que no da un respiro y consigue que la narración sea dinámica, pero también de la banda sonora de Koji Endo, que introduce también unas notas de western al final de la narración que le van que ni pintada a la historia. 

El último tercio de la película es pura adrenalina... y donde confluyen por fin todas las líneas maestras de un guión que en su arranque puede parecer un tanto desordenado pero que avanza imparable hacia un clímax en el que los equívocos y los juegos narrativos toman el control, haciendo que todo se salga de sus raíles. 

En suma, First Love termina convirtiéndose en una película esperanzadora y con trasfondo político, más allá de su celebración de la violencia más descarnada, así que ojo, que entre risa y risa hay machetes volando.