Critica de Gentlemen, el alargado spin-off de la película de Guy Ritchie

A veces más no es mejor y un claro ejemplo queda retratado en la serie The Gentlemen, que viene a expandir el universo de la película de Guy Ritchie de 2019. Y lo hace con él al timón, encargándose de la dirección de buena parte de los episodios y ejerciendo de showrunner. 

Entonces, ¿por qué se percibe de inmediato como un producto menor? Fudamentalmente porque tiene poco que contar.

Esta serie está compuesta por ocho episodios, algunos de los cuales sobrepasan la hora de duración y está ya disponible al completo en Netflix. ¿Es la excusa argumental lo suficientemente atractiva y brillante como para necesitar un desarrollo tan largo? No, en absoluto.

El negocio de la droga desde el mundo del pijerío

La serie The Gentlemen nos presenta a nuevos personajes. Para disgusto de su voluble hermano Freddy, Eddie Horniman hereda inesperadamente la enorme finca rústica y el título nobiliario de su padre, un aristócrata británico.

Su primer impulso es ponerla a la venta hasta que descubre que oculta una enorme plantación de cannabis que le reporta jugosos beneficios.

El problema vendrá cuando conozca a sus socios, que no están dispuestos a marcharse ni a dejar caer el negocio. Ser duque es un rol que nunca ha querido, y a pesar de creer que no lo lleva dentro, Eddie se irá encontrando gradualmente cada vez más cómodo en el lugar de su padre mientras se enfrenta a las inesperadas responsabilidades penales que desconocía que conllevaría el título.

Freddy, que jamás se ha esforzado en su vida dado que daba por sentado que sería el heredero de Halstead, además no podrá evitar ir pisando charcos y complicando la relación de Eddie con personajes como Susie Glass, una peculiar socia dispuesta a cualquier cosa por mantener vivo su fuente de suministro y que tendrá que hacer de niñera del duque al inicio de su recién descubierta carrera criminal.

Daba para mucho más...

Hubo un tiempo en el que ver la firma de Guy Ritchie era una garantía de que íbamos a ver algo distinto, gamberro, con mucho ritmo acción y juegos narrativos. The Gentlemen es cualquier cosa menos trepidante y, aunque tiene destellos de genialidad, no consigue despuntar lo suficiente como para alcanzar la larga sombra de la película original.

Ya nos sucedió con Operación Fortune: era una película correcta pero en la que no se terminaba de identificar el sello autoral del cineasta y aquí tenemos la misma sensación.

Está el humor absurdo, hay sobreimpresiones a modo de anotaciones cada tanto e incluso idas y venidas en la línea temporal, pero está todo muy diluido en un metraje innecesariamente largo lo que lastra el ritmo y hace que se pierda paulatinamente el interés.

¿Es necesario haber visto la película antes de hincarle el diente a la serie? Ésta será una de las preguntas que se haga la audiencia. Y la respuesta es negativa pero si alguien quiere sumergirse en este universo, puede hacerlo víendola en alquiler en Apple TV+. Como decirmos, no es imprescindible.

Ojo, que todo lo relativo al diseño de producción y a la realización es magnífico: se nota que han contado con un abultado presupuesto que se luce en la fotografía, las localizaciones, el exquisito vestuario y los medios pertinentes para que brillen todos los apartados técnicos.

Sin embargo, todo esto no está al servicio de una historia que enganche y merezca la pena... como para invertir en ella ocho horazas.

The Gentleman tiene también otro desafío que le cuesta superar y es no contar con un reparto estelar. Curiosamente y a pesar de su título, aquí no es un señor sino una señora de la mafia la que se luce: la genial Kaya Scodelario que se come a Theo James con patatas cada vez que comparten plano. 

Con otro montaje, mucho más ágil y dinámico y recortando diálogos absurdos, sería una serie muchísimo mejor. Así que lo mismo era cuestión de tijera y de reducirla a la mitad para reencontrarnos con el Ritchie que nos pone los pelos de punta y nos hace reír a carcajadas.