Tener nueva peli de Guy Ritchie en el cine nos suena a muchos de nosotros como tener un nuevo caramelo expuesto en el escaparate de una tienda de chuches... ¡Es uno de los directores británicos más carismáticos de todos los tiempos!

Llega a las carteleras Operación Fortune: El gran engaño y lo hace con un reparto bien interesante encabezado por Jason Statham, Aubrey Plaza, Cary Elwes, Hugh Grant y Josh Hartnett, un dream team que es uno de los activos más importantes de la película, habida cuenta de que parece concebida casi como un germen de una nueva franquicia de espías.

El caso es que funciona mejor en el género de la comedia que en el de la acción, donde sí despuntó Operación UNCLE con una dirección mucho más arriesgada, secuencias más espectaculares como persecuciones en moto o coreografías más complejas. Y no es que su humor sea sencillo: va desde la parodia hasta el humor absurdo dejando constancia de la química entre los miembros del elenco.

Da igual qué, lo importante es cómo

La misión encomendada a este improvisado grupo es una excusa para mantenernos interesados durante cerca de dos horas por sus andanzas e ir viendo los choques y piques que hay entre ellos, que es básicamente la esencia de la película.

El gobierno británico contrata a Orson Fortune (Statham) cuando descubre que cierto material de extrema sensibilidad ha sido robado. Sin embargo, al ser información clasificada se desconoce qué es aquello que se ha robado, quién es el ladrón y a quién tiene previsto vendérselo. En pocas palabras: todo es un misterio... sin ciertas claves es inviable siquiera pensar cómo recuperarlo.

A medida que va tirando del hilo descubre que detrás del golpe está un multimillonario pretendidamente caritativo que en realidad tiene sus propias motivaciones.

Para tenderle un cebo atractivo va a precisar de la colaboración de una de las estrellas de cine más importantes de Hollywood: Danny Francesco, un actor al que lo que más le interesa es rodar sus propias escenas de acción y que se las ve y se las desea para aguantar la presión que le cae encima...

Y es que en esta ocasión tendrá que interpretar el papel de su vida: ser él mismo para rastrear y detener la venta de aquello que se sustrajo en una misión encubierta de lo más particular. 

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Operación Fortune - Galería de imágenes (4 imágenes)

Como es de esperar, Ritchie se vale de todas las herramientas para hacer una parodia de los clichés de género: desde la alusión poco velada a las hazañas de Tom Cruise al frente de la franquicia Misión imposible (a este hombre le encantan los elementos metalingüísticos, como ya demostró por ejemplo en The Gentleman), hasta la agente femme fatale, los viajes internacionales o las cuenta atrás. 

Las tónicas habituales de sus trabajos como los juegos con la narrativa, la ocultación de información relevante para hacer luego revelaciones de última hora y el coqueteo entre los personajes, están todas presentes. Se echa en falta, y eso es un problema, como decíamos más arriba, un guión algo más elaborado y más dosis de acción.

No parecía posible que se pudiera poner negro sobre blanco que a una peli de Ritchie le faltara pulso, pero es justo lo que le pasa a Operación Fortune: es como si le faltara garra al montaje. Solo hay alguna coreografía imaginativa y apenas una secuencia trepidante en la que se filma a Statham con la cámara anclada a su arma. 

En pocas palabras, es una peli menor de un gran director. ¿Hay motivos para disfrutarla? Sí, claro que sí. La genial Aubrey Plaza (The White Lotus 2) dándole sopas con ondas a sus colegas y jactándose de su rol de tía sexy es uno de ellos pero también la rivalidad entre Elwes y Statham y otros tantos momentos en los que te saca una sonrisa. No es ni de lejos su mejor trabajo, pero entretiene.