Crítica de Inestable: Netflix hace su propia tragicomedia de oficina

El dolor que una persona experimenta al enfrentar una pérdida es una de las emociones más intensas y complejas que puede experimentar un ser humano. Ya sea la pérdida de un ser querido, una relación o un sueño roto, el dolor emocional puede ser abrumador e impactar profundamente la vida de la persona afectada.

A menudo, la gente busca apoyo en familiares, amigos y otros seres queridos para lidiar con el dolor de la pérdida. Sin embargo, en algunos casos, el hecho de depender en exceso de otros para sobrellevar el dolor puede empeorar las cosas. El motivo es que la persona afectada puede sentir que no tiene control sobre sus propias emociones, que no puede lidiar con su dolor por sí misma.

Por otro lado, es importante reconocer que el dolor emocional no es algo que desaparece de la noche a la mañana. Es un proceso que lleva tiempo. Es natural y normal sentir dolor y tristeza después de una pérdida, y no hay una forma “correcta” de lidiar con él. Cada persona es única y requiere un enfoque personalizado.

El apoyo de amigos y familiares puede ser útil y reconfortante en momentos de pérdida, pero esta es una batalla que se libra sola. A fin de cuentas, como dijo George Sand, “el tiempo no duerme los grandes dolores, pero sí los adormece”.

Todo esto es algo que Inestable, la nueva serie de Netflix, toca de una forma inteligente y haciéndolo de la mejor manera posible; es decir, a través del humor. Está a años luz de After Life o incluso El fin de la comedia, pero tampoco desea parecerse a ellas.

Sencilla y simple, pero un clásico de la comedia de oficina

Creada por Victor Fresco, John Owen Lowe y Rob Lowe (estos dos últimos protagonizan la serie como padre e hijo), Inestable es una comedia de Netflix que parte de la dura pérdida de la mujer y madre de los protagonistas para hacernos reír mediante el estilo de comedia de oficina que puso de moda The Office.

¿Su premisa? Un genio de la biotecnología llamado Ellis está intentando sobrellevar la devastadora pérdida de su mujer con la ayuda de su hijo Jackson. Este último trata de hacerse un nombre propio en el negocio familiar y salvarlo de la quiebra, dado el contexto que viven.

Rob Lowe tiene 59 años, pero da la sensación de que podría estar liderando productos de este tipo hasta el día que se muera. Su caracterización como un excéntrico genio empresarial serviría como símil biotecnológico de Elon Musk, si este último no estuviera más preocupado por cambiar el logo de Twitter y poner al perrito de los memes.

De hecho, su hijo Jackson, quien regresa de California a Nueva York tras la muerte de su madre, viene a ser la contraposición generacional de Ellis, al mismo tiempo que sirve de bálsamo curativo de las heridas que ha dejado la vida sobre el alma de su padre. Eso sí, el trabajo es el trabajo, y ya saben lo que dice Tony Soprano sobre ello…

En ese sentido, Inestable de Netflix adopta un clásico de la televisión: comedia de oficina (algunos la llaman “comedia laboral”) de unos 20-30 minutos de duración que solo trata de hacer reír al espectador de una manera ‘naif’ y ligera. Eso sí, consigue ser conmovedora en algunos momentos, sin llegar a hacerse pesado ni sentir pena hacia sí misma.

No es de esas historias que tienen un elemento duro, trágico y dramático, y no deja de pulsar ese botón para hacer llorar al público o sacarle el alma a dentelladas. Inestable no lo necesita. La nueva serie de Netflix ofrece un divertimento paternofilial donde hay una galería infinita de empleados y algunos secundarios que merece la pena destacar.

¡Ah! Y que permite unas cuantas sorpresas en forma de “estrellas invitadas”. Como hemos dicho, un clásico de la televisión. Parece que la tradición de la denominada ‘confort tv’ está volviendo a la producción estadounidense. Inestable es un recordatorio de ello, de que se puede hacer un pasatiempo al uso sin reinventarse ni ser el Einstein de las comedias.

¿Lo mejor de esta serie de televisión? Probablemente, la dinámica de los Lowe. Esa relación tensa y cariñosa entre padre e hijo trasciende más allá de la pantalla, y hace que la historia de ficción sea mucho más verosímil de lo que podría haber sido con otros actores. Pero los protagonistas no son los únicos que lucen palmito en Inestable.

Hay varios secundarios que merece la pena destacar. Es el caso de Anna (Sian Clifford), una fría y calculadora directora financiera que de tanta rigidez provoca humor involuntario. Algo similar sucede con Malcolm (Aaron Branch), el mejor amigo de Jackson, ahora ascendido a director de proyectos gracias a nepotismo ilustrado de nuestro sistema.

Luna (Rachel Marsh) y Ruby (Emma Ferreira) son un caso aparte. Amigas y científicas, ponen el punto generacional de la comedia y llaman a la puerta de Netflix para tener su propia serie de televisión. Es demasiado evidente que los Lowe han encontrado en ellas un filón narrativo y van a explotarlo si le dan la oportunidad. Tiempo al tiempo.

En definitiva, Inestable en Netflix tiene todos los ingredientes para ofrecerte un rato de diversión, comedia simplona, sencilla, clásica, con risas aseguradas, un formato tradicional que reconocerás inmediatamente y un reparto de actores y personajes convincentes, empáticos y suficientemente interesantes. La recompensa es idónea tras un duro día de trabajo.

Eso sí, te avisamos de que no inventa nada. Pero ¿es realmente eso un problema?