Crítica de Jefe, una comedia con Juana Acosta y Luis Callejo

La comedia española no pasa por su mejor momento, a juzgar por las últimas películas que han llegado a la cartelera. Por desgracia, la película Jefe no va a ser la cinta que rompa esa racha, aunque sí que es cierto que tiene algo positivo: en el plano técnico no hay nada que reprocharle. 

Supone el debut como director de Sergio Barrejón, más conocido por su faceta de guionista por trabajos como Amar es para siempre, La sonata del silencio, Servir y proteger o La catedral del Mar. Respecto a su recorrido como realizador, desde 2001 ha rodado cuatro cortometrajes. Dos de ellos, por cierto, también con Luis Callejo como protagonista: El paraguas y La media pena, de lo que se deduce que tienen una estrecha relación que le ha hecho bien a su relación actor/director, aunque solo sea por la confianza que se forja con el paso de los años.

En esta ocasión, el intérprete da vida a un ejecutivo llamado César al que todos sus empleados odian por sus excesos. Mientras que algunos solo se acercan a él por puro interés, hay un socio que todavía le aprecia lo suficiente como para decirle la verdad, aunque no es muy cómoda: de la noche a la mañana, sus acciones se desploman y sufren una crisis financiera que le lleva a una paulatina desesperación.

Pero ese es solo el comienzo del bache al que tendrá que hacer frente este empresario, que verá cómo su vida se tambalea cuando es traicionado por su gabinete y abandonado por su esposa. Así, atrincherado en su despacho, intentará evitar que su empresa y su vida zozobren. En su camino se cruzará de forma fortuita Ariana (Juana Acosta), la limpiadora del turno de noche y una aliada inesperada en semejante trance.

El guión de Jefe es obra de Natxo López (Acantilado) y probablemente es lo más flojo de la película, ya que pretende sin demasiado éxito adoptar la forma de una comedia negra. El principal obstáculo para que podamos ponerle esta etiqueta es que no es una película nada eficiente en el terreno humorístico. Vamos, que no tiene gracia.

Tampoco consigue elevarse como una propuesta incómoda a nivel social (está llena de clichés) o con un estilo propio muy marcado que diferencie el producto de otros similares, por no hablar de la inverosímil deriva de los personajes. El protagonista, sin ir más lejos, busca una muy tardía redención que no cuadra con nada de lo que nos han contado antes, empezando por su presentación, durmiendo la mona en el coche después de pasar un fin de semana de farra.

La crítica al mundo empresarial y sobre todo la mala baba que se destila hacia los ejecutivos agresivos de los que dicen "follarse a los accionistas" mientras se meten rayas de coca en el aseo privado de su despacho o frecuentan prostitutas, queda desvirtuado por lo grotesco del personaje. Y eso, a pesar de que sea un excelente actor como Luis Callejo quien cargue con la dolorosa función de tener que sostener casi por sí solo toda la cinta. Es un personaje tan machista, anticuado y en suma antipático con el que es imposible empatizar.

Duele ver a Juana Acosta (Perfectos desconocidos), en un papel tan simplón, en el que además de sacar partido a su evidente sensualidad apenas tiene margen de maniobra para demostrar su talento. Y entre los secundarios, además de encontrar dicciones dignas de subtítulos, no hay tampoco actuaciones especialmente rescatables: tenemos a Carlo D’Ursi (Como la espuma), Dalila Carmo (Jacinta) y Adam Jezierski (Gym Tony), entre otros, cubriendo el expediente como buenamente pueden, y a Bárbara Santa-Cruz (Fe de etarras) poniendo algo más de su parte, ya que el papel le permite tener alguna línea algo más simpática.

En resumidas cuentas, la comedia Jefe es una de las propuestas estivales más prescindibles que encontraréis en cartel y será milagroso si por el camino no os pone de mal humor su infantiloide enfoque.