Crítica de John Wick 4: un glorioso festín de acción, texturas y color rodado con precisión

La larga espera ha merecido muchísimo la pena: si John Wick 3 Parabellum os voló la cabeza, esperad a ver el nuevo reto que se ha marcado el director Chad Stahelski para volvernos a todos locos de remate. John Wick 4 es una barbaridad a todos los niveles y no exageramos si decimos que es la mejor película de acción cuerpo a cuerpo de la década, superando a todas las anteriores.

Lleva la apuesta por este género a unos límites a los que nunca antes se había asomado. ¡Os contamos por qué!

¿De qué va la película?

Jardani Jovanovich, alias John Wick, salió ileso del disparo de Winston, pero el Hotel Continental con sede en Nueva York sufre las represalias de que se hayan quebrantado las estrictas reglas que lo rigen: recordemos que la violencia y los negocios están prohibidos en "terreno sagrado". Así pues queda desacralizado y es demolido y él, como gerente, cae en desgracia.

Pero tiene un plan para resarcirse y desafiar al marqués de Gramont, actual garante del código de honor de los asesinos de la Alta Mesa. Esto va a llevar a Jonathan hasta sus orígenes para recuperar sus vínculos familiares convalidando su ticket en la Roma Ruska, su apellido y blasón y tratar de alcanzar su ansiada libertad.

Por el camino se enfrentará al mayor reto de su vida tirando de viejas amistades mientras aumenta aún más el precio impuesto a su cabeza y verdaderas hordas de sicarios se lanzan a su cuello. Algunos de ellos tienen motivaciones personales para tratar de darle caza, mientras que para otros parece un mero deporte.

Esta aventura nos llevará de Osaka a Berlín y de allí a París para descubrir que es mucho más que "la ciudad del amor".

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John Wick 4 (3 imágenes)

Hay tantas cosas magníficas en esta película que es hasta difícil saber por dónde empezar. Lo primero es hablar de las nuevas incorporaciones al reparto, donde todo son aciertos.

Destacan el ágil y diestro Donnie Yen, que interpreta a un asesino invidente retirado y antiguo amigo de Wick, ahora obligado a matarlo; Bill Skarsgård en el rol del estirado y artero marqués antagonista y Hiroyuki Sanada, gerente de la sede del Hotel Continental en Osaka.

El diseño de producción es increíblemente atractivo con sets variados, coloridos, muy bien iluminados y donde las coreografías de acción lucen de maravilla. Distintos sabores también en función de la localización. En Osaka toman la iniciativa armas como arcos, flechas, katanas y nunchakus, mientras que las armas de fuego y las navajas son las protagonistas en Berllín

En París se desata la locura con un tercio final bárbaro: peleas a muerte en el caos circulatorio con atropellos, embestidas, agarres, navajazos; balas con efecto "aliento de fuego" que prenden en llamas al objetivo; escaleras imposibles plagadas de enemigos y duelos al más puro estilo victoriano. El aire vintage vuelve a ser una tónica común en la puesta en escena.

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Pósteres de personajes de John Wick 4 (11 imágenes)

Tampoco se descuida uno de los aspectos que tan bien funcionó en Parabellum: tenemos un nuevo perro adiestrado que sabe localizar "las pelotas" de los adversarios y se cobra unas cuantas víctimas.

Pero en John Wick 4 no es solo el "qué" es también el "cómo". Sirva en primer lugar para reivindicar el pulcrísimo trabajo de los especialistas que debería ser tenido en cuenta en las grandes galas de premios. El raccord se respeta escrupulosamente mientras vemos secuencias que parecen imposibles. Habrá que ver el "cómo se hizo" para explicar la continuidad de ciertos planos, porque son de locos.

Toda la imaginería visual está puesta al servicio del espectáculo y da igual que entremos en "suspensión de la incredulidad" a los cinco minutos (evidente que nadie podría sobrevivir a ráfagas de tiros a quemarroma por llevar una chaqueta de kevlar ni levantarse después de precipitarse desde las alturas), pero ¿a quién le importa con el manjar que está degustando?

Los jugones van a disfrutar especialmente varios sets porque están concebidos como un videojuego: el del piso de Berlín, en una toma cenital larguísima en la que vamos de estancia en estancia y la de la escalera en la que lo único que falta es el letrero sobreimpresionado con las vidas y el tiempo que le queda al bueno de Wick para completar la tarea.

John Wick 4 es además una película imaginativa que le sirve en bandeja al espectador justo lo que quiere así que va modulando el tono según la ocasión pero ofreciendo verdaderos clímax orgásmicos de acción trepidante. En lo suyo es una verdadera obra maestra.