Crítica de Las leyes de la termodinámica, comedia de Mateo Gil

El canario Mateo Gil (Proyecto Lázaro), habitual colaborador de Alejandro Amenábar , con quien ha coescrito los guiones de Abre los ojos, Mar adentro o Ágora, escribe el guión y dirige Las leyes de la termodinámica, una de las comedias españolas originales más ingeniosas de la última década, aunque no la más divertida. En su empeño por traducir las emociones humanas en términos científicos, la película se le pierde un poco entre ecuaciones sin conseguir dar en la diana del humor.

Es una de esas películas que requieren además un esfuerzo extra por parte del espectador para no perderse, pero que resultan de lo más agudas y ocurrentes ya desde su planteamiento inicial: la cinta arranca como si de un falso documental se tratara, recogiendo los testimonios de "reputados científicos" que nos introducen en la comprensión de fenómenos físicos con los que nuestro protagonista está obsesionado y que le llevan a revisar su propia historia personal en clave casi matemática.

Él es Manel, un prometedor astrofísico que vive con su novia y tiene claras sus prioridades hasta que se cruza en su camino Elena, una modelo que aspira a convertirse en actriz. Este hecho removerá los cimientos de su estructurada vida y le llevará a descubrir que, probablemente, es imposible meter las relaciones humanas en el molde de las leyes de la física, aquellas que descubrieron genios como Newton, Einstein o los padres de la mecánica cuántica... Ni por supuesto ajustarlas a las tres leyes de la termodinámica.

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Puede que esta película de Mateo Gil no funcione al 100% como comedia, pero hay que alabar a la película su función divulgativa, porque de hecho es un compendio fabuloso de metáforas que pueden ayudar a comprender "de forma sentimental" cómo funcionan la gravedad, la física de partículas, la paradoja de Schrödinger y otros muchos fenómenos.

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Carteles de Las leyes de la termodinámica (4 imágenes)

A Vito Sanz, el protagonista de Las leyes de la termodinámica, lo habéis visto recientemente en la serie de producción propia de Movistar +, Vergüenza, y estrena este mismo fin de semana en el Festival de Málaga Casi 40 a las órdenes de David Trueba además de Hacerse mayor y otros problemas la semana que viene, en esta ocasión contando con Clara Martínez-Lázaro como directora. En otras palabras, está explotando su vis cómica con bastante intensidad en estos meses, en los que se le acumulan los estrenos.

Es un buen actor, muy natural y humano y es indudable que el papel le sienta bien, porque da el tipo de hombre normal con tendencia a convertirse en un perdedor aunque con buen corazón, pero es una de las mayores debilidades de una película que a lo mejor funcionaría mejor con pocos personajes y un protagonista más carismático. Repasamos la vida de su personaje porque él nos la va contando y tiene información que el espectador desconoce, pero precisamente su voz no es una de sus fortalezas y como narrador omnisciente deja mucho que desear (el contraste con el maravilloso doblaje de los insertos de científicos es brutal porque tenemos hecho el oído a esas increíbles voces).

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Las leyes de la termodinámica - Galería de imágenes (4 imágenes)

Otra experta en naturalidad es la coprotagonista de esta historia: la meteórica Berta Vázquez, a la que podréis volver a ver a partir del 23 de abril dando vida a Rizos en la tercera temporada de Vis a vis que estrenará Fox. Aquí borda su papel, dando una gran frescura a la peli.

El guión, como decíamos, es de lo más ingenioso, pero a la realización le falta desmelenarse un poco para que funcione la comedia... Suponiendo que su final último sea el de hacernos reír a carcajadas, le falta chispa, eso es indudable, pero no tiene nada de caspa, y eso en el panorama patrio de la comedia debería ser para descorchar el champán. Es motivo de celebración poder disfrutar de una película que tiene más pretensiones que tirar de tópicos regionales y/o escatológicos por más que no sea descacharrante.

Y es que, encima, nos pone en funcionamiento la materia gris, renovando el manoseado género de la comedia romántica. Para ello utiliza incluso sobreimpresiones en la pantalla a la vez que traslada sin ñoñería, las fases del enamoramiento, el cortejo, la consumación de la relación, su deterioro y la ruptura en términos que son tan universales que hay que quitarse el sombrero.

Las leyes de la termodinámica es una película muy recomendable que está teniendo una exigua promoción, de forma inexplicable, y con la que parece ser que la crítica se está cebando de una forma brutal. Parece que cualquier comedia chusca es digna de aplauso y que valorar el talento no está de moda... como no lo está tampoco hacer pensar a la audiencia... En esta ocasión, muy gustosamente vamos a contracorriente. Si la película hubiera tenido unos ingredientes más sólidos (lamentablemente, el protagonista es demasiado plano como para hacernos sentir mucha simpatía) habría sido una comedia de notable alto, pero al menos es una apuesta de lo más digna.