Crítica de Los Mercenarios 2 con Sly y Swarzy

Gracias a nuestros amigos de Sensacine y Aurum tuvimos el placer de disfrutar de la trepidante primera parte de Los mercenarios 2 sentados literalmente al lado de Jean-Claude Van Damme, Jason Statham y Dolph Lundgren, que se deshicieron en halagos a los fans. Y no me extraña, porque la expectación era máxima y una nube de gente tenía rodeado el edificio del Cine Callao para ver a sus ídolos. El punto culminante llegó con la intervención del productor Avi Lerner, que anunció para el próximo año una tercera parte.

En Los Mercenarios 2 ha habido importantes puntos de mejora respecto a la primera parte, la cual inició una franquicia que parece estar lejos de desaparecer. Para empezar, Stallone ha relajado su frenética actividad, delegando la dirección en manos de Simon West (Con Air, Lara Croft: Tomb Rider, The Mechanic). No obstante, además de protagonizar y cohesionar el heterogéneo grupo de mercenarios, Stallone se ha implicado también en la escritura de esta entrega en colaboración con Richard Wenk, Ken Kaufman y David Agosto.

También se ha dignificado notablemente la figura de Barney Ross, que aparece más maduro y asentado en su papel de líder del grupo, aunque se echa de menos la excentricidad deMickey Rourke encarnando a Manitas (Tool en la versión original).

A su favor hay que decir también que se toman más en serio las figuras femeninas. En esta entrega cuentan con un mayor abanico de registros gracias a la actriz china Yu Nan(Deudas de sangre, Speed Racer). Sin caer en sensiblerías que no vendrían a cuento ni en una androginia absurda, el personaje de Maggie genera una relación de compañerismo respetuoso muy interesante con Ross, todo ello aderezado por las picantes insinuaciones de Gunnar.

La mayor virtud de la producción es el equilibrio, ya que cada uno de los integrantes del reparto tiene su momento, enlazado con humor basado en su recorrido profesional por las pelis de acción. En resumen: quienes disfrutaron con la primera parte van a encontrarse mucho más y mucho mejor.

Acción y peligro

Jet Li protagoniza una de las coreografías más impresionantes de la película, en la que utiliza como armas dos sartenes (para los que tengáis todavía en la retina a Rapunzel, el tono de la pelea es bien distinto). También se le propuso al actor cantonés Donnie Yenformar parte del reparto (lo recordareis de películas como Hero, Siete espadas o la fantástica IP Man), aunque éste declinó la oferta.

El espectacular arranque de la película supone un despliegue descomunal de producción: hay implicados aviones, tanques, motos de agua, lanchas... Chapeau por los especialistas. En especial, teniendo en cuenta que uno de ellos perdió la vida en el rodaje y otro quedó en una condición crítica mientras filmaban la escena de una explosión en Bulgaria.

El sano ejercicio de reírse de uno mismo.

Éste fue el origen del proyecto y es el hilo que une toda la trama: el humor. Chuck Norris, por ejemplo, ha trascendido a todos sus personajes y a sí mismo gracias al humor, y esta cualidad se explota a la perfección en la película.

Ver embutidos en un Smart a Schwarzenegger y a Bruce Willis, a Van Damme dando sus míticas patadas o a Statham repartiendo leña vestido de monje es un gustazo, sobre todo, porque han sabido reírse de sí mismos hasta el final, rompiendo moldes y recuperando la diversión y el entretenimiento en estado puro. Doy fe de que se lo pasan bien haciendo su trabajo porque les he visto reír mientras se sucedían en la pantalla las explosiones, los tiros y las cabriolas.

Preguntados sobre el espinoso asunto de si sus películas son o no recomendables para los jóvenes (con razón), esgrimen el argumento de que gracias a ellos muchos han comenzado a estudiar artes marciales o a practicar deporte. Al fin y al cabo otra cosa no estará clara, pero quiénes son los buenos y quiénes los malos queda perfectamente delimitado en los guiones y, si Los mercenarios 2 se ve como lo que es, una película entretenida y divertida dirigida a nostálgicos y amantes de la acción, resulta muy efectiva. Hay que liberarse, eso sí, de prejuicios, porque como Statham sostiene hay mucho esnobismo que denosta el género. Las taquillas empezarán a hablar por sí mismas cuando el día 24 de agosto se estrene en nuestro país.

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