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Crítica de Las mentes del anime (Enter the Anime) - El documental de Netflix

Jesús Delgado

Las mentes del anime (Enter the Anime)
Las mentes del anime (Enter the Anime) ya se encuentra disponible en Netflix. Analizamos el documental de Alex Burunova dedicado al apasionante del mundo del anime, con las producciones originales o licenciadas por Netflix como arranque.

Las mentes del anime (Enter the Anime) ha sido la "última" apuesta de Netflix por el género documental. La directora Alex Burunova  ha sido la encargada de realizar este documental dedicado al mundo del anime, pero desde la perspectiva de las producciones de Netflix como punto de partida para hablar de este subgénero de la animación nacido en Japón y exportado al resto del globo.

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Enter the Anime sigue el paso de la directora por Tokio, en un guión escrito por Julia Yorks y Meggy Garol y locutado por la actriz Tania Nolan (Navy, Underworld: La rebelión de los licántropos). En su viaje, la directora se zambulle en las aguas niponas para reunirse con los principales creativos detrás de las producciones originales de anime de Netflix, y también de alguna que otra franquicia licenciada. 

De este modo, Burunova pretende responder a la cuestión de qué es el Anime, introduciendo el género al público más profano, acercando la producción de animación japonesa a los expectadores occidentales menos familiarizados con este medio. Aunque, como ya decimos, tan solo se queda en eso: en una pretensión. Como os explicaremos a continuación, apenas sí logra arañar ligeramente la superficie.

Zapatero, a tus zapatos

Uno de los problemas que muchas veces aquejan los nichos o los terrenos especializados (como son un tipo de género cinematográfico, las tribus urbanas, un estilo musical concreto, los cómics o, en este caso, la cultura japonesa) es el del difícil equilibrio en el tratamiento. Es decir, la complicación de mantener un punto intermedio para no caer en el terreno excesivamente especializado y académico, pero tampoco ser demasiado ramplón y pecar de simplista, evidenciando un excesivo desconocimiento de la materia.

En este caso, podemos decir que Alex Burunova y todo su equipo han caído en el cuello en el foso del segundo caso. Demuestran que no solo no saben de lo que están hablando sino que, encima, lo esconden muy mal. 

Como documental, Las mentes del anime es deficiente tanto en forma como en fondo. Lejos de explotar todo el potencial, la historia y tradición del anime, con sus subtipos, técnicas de desarrollo, públicos objetivos, dinámicas de producción y un largo etcétera de cuestiones que darían incluso para toda una serie documental, la directora se dedica a hacer un muestrario de producciones originales de Netflix. 

Los casi 50 minutos del documental sirven para desarrollar publireportaje promocional de las series de anime de Netflix y de aquellas que se han ido añadiendo al catálogo recientemente, como, por ejemplo, Neongenesis Evangelion.  Y ni siquiera en esto se demuestra un planteamiento didáctico o que pretenda ir más allá de la curiosidad de hacer desfilar a las personalidades detrás de estas series como una suerte de carnaval de "frikis" e inadaptados, pero no exentos por ello de talento. De hecho, el propio montaje parece llamado a ensalzar y magnificar las extravagancias de personajes como Adi Shankar (productor de Castlevania), quien es la primera de estas personalidades en desfilar.

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La sensación que deja, de hecho, es un planteamiento frívolo, expuesto por alguien que es ajeno del todo al medio y que no realiza una verdadera investigación, ni tampoco quiere hacer un ejercicio respetuoso sobre el trabajo, la labor y el enfoque de estos creativos (productores, animadores y directores). Más bien, incluso se podría detectar una cierta intención subversiva, de caricaturizar tanto a estos últimos como a sus consumidores, representándolos única e intrascendentemente como miembros de tribus urbanas de gustos exóticos y vestimentas llamativas.

En paralelo, su fórmula es atropellada, caótica y carece de un orden lógico. Es decir, demuestra que sus guionistas han cogido brutos de material y no han discriminado bien acerca de qué hacer con él. No hay una conclusión lógica ni un relato o discurso claro, más allá del de sublimar la idea de que el anime es exótico, outsider y rebelde, no una forma de arte ni una escuela de animación con casi un siglo de vida. 

Además, el hecho de que los títulos expuestos por el documental formen parte del propio catálogo de Netflix tampoco ayuda a perdonar el oportunismo mal maquillado de este mediometraje. Netflix no ha tenido ni pudor ni escrúpulo a la hora de plantear este documental como un acto de publicidad de sus títulos, obviando una miríada de obras alternativas de mayor calidad e interés para un espectador principiante. Así, da la impresión que, ya desde la propia empresa, se percibe al espectador como alguien permeable e impresionable al flojo discurso de este fallido documental.

Concluimos diciendo que el principal valor de Las mentes del anime es el de presentar el mejor anime de Netflix a sus sucriptores poco adictos a esta oferta de su catálogo. El otro, valor que tampoco hemos de perder de vista es el que sirve como ejemplo académico acerca de cómo no hacer jamás un documental. Y menos, si no se tiene ni la más remota idea de la materia que se va a tratar en él. 

VALORACIÓN:

Pobre escaparate con el que Netflix trata de promocionar sus animes y OVA's originales y las licencias adquiridas. Frívolo, caótico y superficial, este catálogo de autopropaganda pierde interés a los pocos minutos.

LO MEJOR:

Te permite hacer un repaso a los principales proyectos actuales de Netflix, pero también conocer a los autores tras ellos.

LO PEOR:

La directora Alex Burunova demuestra excesiva ignorancia de la materia. Su falta de fondo y su forma caótica. Se limita a producciones de Netflix.
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