Crítica del arranque de Irma Vep: Olivier Assayas reincide en sus obsesiones con alcance metalingüístico

Dos pesos pesados como son Olivier Assayas y Alicia Vikander son los principales reclamos para que Irma Vep haya acaparado una gran atención en las últimas semanas.

El primero es un reputado cineasta y guionista francés y la segunda, no necesita presentación para el público jugón que la recordará por su papel en Tomb Raider si bien antes nos había deslumbrado en Ex_Machina, La chica danesa o Operación UNCLE, entre otras. Ambos ejercen además como productores ejecutivos junto a nombres tan reconocibles como el de Sam Levinson (Euphoria).

Producida junto a A24 y tras su paso por la Sección Oficial del Festival de Cannes, la miniserie de ocho episodios ha debutado hoy en HBO Max con el primero de ellos, en el que ya podemos introducirnos en la historia.

Sirva como introducción el hecho de que Olivier Assayas está bastante obsesionado con la serie de muda francesa Les Vampires creada por Louis Feuillade entre 1915 y 1916.

Constaba de diez episodios que sumaban en total unas siete horas de metraje y, a pesar de que fue recibida con gran frialdad por la crítica, supuso un éxito de audiencia, convirtiendo así a su estrella, Jeanne Roques, conocida por el nombre artístico de Musidora, en todo un referente del cine francés, arquetipo de mujer fatal y musa de los surrealistas.

En la serie, daba vida a Irma Vep (anagrama de vampire), una cantante de cabaret que formaba parte de la sociedad secreta conocida como "les Vampires", un grupo de delincuentes. Tras ser hipnotizada por Moreno, un rival de la banda, él la convierte en su amante y le ordena que asesine al Gran Vampiro. Al final, ella se convertirá en la jefa del grupo liderándolos hasta su detención.

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Hay un amplio consenso acerca de la calidad de la obra de Feuillade, que tras ser reevaluada ha sido considerada una obra maestra.

Entre otras razones de peso, se esgrime que, si bien el guión no era en exceso sólido, supo valerse de técnicas de suspense que adoptarían Fritz Lang y Alfred Hitchcock después pero también sería una obra arrolladora haciendo avanzar el cine de vanguardia e inspirando a genios como Luis Buñuel.

La fascinación de Assayas, está más que justificada. Tanto es así que en 1996 escribió y dirigió Irma Vep, un largometraje en el que contaba la historia de un director que se proponía revitalizar Les vampires contratando a la actriz asiática Maggie Cheung para el papel protagonista. Pronto se sucederían los problemas tanto dentro como fuera del set de rodaje.

Como es evidente, había una doble intención en su película: rendir homenaje al trabajo de Feuillade y Musidora, pero también hablar sobre el estado de la industria cinematográfica en un determinado momento. La forma: un "falso remake".

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Esto se mantiene de nuevo: estamos ante un nuevo "falso remake" con Mira (anagrama de Irma, y seguimos con el tono juguetón) siendo la actriz escogida para dar vida a Irma Vep en una nueva versión. Ella viene de hacer grandes películas comerciales y busca algo más artístico, entrando de lleno en la producción de este thriller criminal.

La clave es que, poco a poco, su identidad y la del personaje empiezan a fusionarse desdibujando las líneas que separan al arte y la vida y por tanto la ficción y la realidad. Assayas se cachondea incluso de la forma de la historia: ¿es una película en ocho partes? ¿Es una serie corta?

Dado el interés por la industria en pleno 2022 por lo metalingüístico (ya hemos perdido la cuenta de las películas que han echado mano en los últimos tiempos al recurso de hablar del cine desde dentro del cine) no es de extrañar que haya pensado en darle otra vuelta de tuerca al concepto incorporando no solo las circunstancias actuales sino también cierto tono burlesco a la ecuación.

Así, podemos ver el arrollador éxito comercial de las películas de superhéroes y la competencia inasumible que suponen para otras producciones más modestas, la mitificación de las estrellas, los interminables tours de promoción, las entrevistas con medios especializados, los encuentros con fans... Y mucha guerra de egos.

Pero a todo lo anterior se une una reflexión sobre nuestra propia sociedad: cómo nos relacionamos, cómo amamos, cómo nos dejamos manipular... qué se siente al mirar al 1915 con las gafas de 2022 viendo en Musidora un exponente de empoderamiento femenino en el que no hay miedo a la provocación y haciendo alguna que otra chanza al gafapastismo de los "grandes creadores".

¿Es Irma Vep fácil de ver? Bueno, respecto a la experiencia de visionado, habrá quienes la disfruten más que otros. Si entras en sus laberintos narrativos y te molestas en documentarte un poco, tiene tramos deliciosos, pero también da la sensación de tensar la cuerda de más con mayores pretensiones que resultados y por regla general, los episodios se hacen largos.

Dicho lo cual, apenas hemos podido disfrutar el arranque, cuando sepamos que hay más allá del ecuador podremos emitir un juicio de valor más justo y ponderado. El 25 de julio se emitirá el octavo y último episodio y comprobaremos si la jugada es más redonda de lo que aparenta habiendo visto solo los tres primeros.

En cualquier caso,Irma Vep destila amor por el cine, verdadera devoción por Les vampires y muchas ganas de desconcertar al espectador. Qué menos que darle la oportunidad de llevar todo eso hasta el final.