Crítica de Mira, la chica del tren, la adaptación de la novela de Netflix

La cantidad de contenido que es capaz de estrenar Netflix en una semana es prácticamente inabarcable para cualquier usuario de la plataforma incapaz de mantenerse al día con series y películas recién llegadas. Por eso la plataforma de streaming lanzaba hace tiempo su lista de Top 10 en cada país que, a veces nos ayuda a descubrir cosas increíbles. 

Y sin duda una de estas, por lo menos llamativas, producciones, es Mira, la chica del tren, la nueva adaptación de la novela del mismo nombre de Paula Hawkins que ha llegado a la plataforma directamente desde la India, colándose en la lista del Top 10 español durante semanas. 

¿Era necesaria otra adaptación de la novela La chica del tren de Paula Hawkins? Pues seguramente no, y menos después de las pobres valoraciones de la que se hizo en 2016 con Emily Blunt de protagonista. Pero el director Ribhu Dasgupta consideró que era una buena idea y la ha conseguido sacar adelante gracias a Netflix. 

Lo primero, avisar de que la película no está disponible en Netflix doblada al castellano, de hecho la opción de audios es un tanto confusa ya que toda la película se desarrolla en Londres pero solo está disponible la versión original de hindi, el doblaje al portugués o al español latinoamericano, opción por la que me decanté. Por si no es lo bastante extraño ver un thiller hindú con todas sus peculiaridades, añádele escuchar expresiones como "manejar un auto" con la que no sueles estar familiarizado.

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Pero más allá de los aspectos relacionados con el audio y los idiomas, hay que decir que Dasgupta ha cogido la novela de Paula Hawkins y la ha hecho completamente suya, de hecho, para aquellos que se hayan leído el libro y hayan visto la versión estadounidense, notarán que Mira, la chica del tren tiene muchas coincidencias, pero también muchas diferencias, en especial el final de la historia de la protagonista que cambia por completo con respecto al libro original, en un giro demasiado fantástico como para tomar en serio la trama de la película. 

Además, le ha añadido algunas de las características típicas de la cinematografía hindú como son los números musicales, los cuales podemos ver nada más empezar la película con la escenificación de cómo crece y evoluciona la relación de Mira con Shekkar, su ex-marido. Pero no es el único momento musical que aparece en la película, pues es un recurso muy utilizado a lo largo de toda la cinta para contar momentos o sentimientos concretos de la protagonista, Mira Kapoor. 

Si eres fan de la novela original y te gustaría ver esta nueva vuelta de tuerca, Mira, la chica del tren puede llegar a entretenerte, si quieres ver algo fuera de lo común a lo que estamos acostumbrados en el cine occidental y si no te importa lo curioso que resulta verla con acento latinoamericano. Si por el contrario lo que buscas es un buen thriller protagonizado por una mujer, esta no es tu película, como tampoco lo sea la versión que hizo el director Tate Taylor hace cinco años.