Crítica de Moonhaven, la nueva serie de ciencia-ficción futurista de AMC+

El servicio de streaming AMC+, disponible en Orange TV, Vodafone TV, Jazztel TV y como canal adicional de Prime Video, estrena el jueves 11 de agosto la serie de ciencia-ficción Moonhaven. 

Creada por Peter Ocko, que participó como guionista en algunas de las series más locas y rompedoras de los 90 como Una chica explosiva, Parker Lewis nunca pierde o Dinosaurios, se compone de seis episodios de aproximadamente una hora de duración que irán estrenándose cada jueves.

Moonhaven nos plantea una suerte de thriller de suspense ambientado en una comunidad construida por los seres humanos en la Luna.

Bella Sway es la experimentada piloto de un carguero lunar a la que acusan de un crimen y recluyen en Moonhaven. Esta se creó con la ayuda de una potente inteligencia artificial en el satélite natural de la Tierra con la finalidad de salvarla de los problemas que la aquejan: desde la contaminación hasta las guerras por el agua que han diezmado a la población.

Apenas a dos semanas de abrir "el puente" que unirá Moonhaven y la Madre Tierra, Bella se verá envuelta en una conspiración que persigue hacerse con el control de la inteligencia artificial responsable de los milagros de la parte terraformada de la Luna. Ella, muy escéptica respecto a la idílica colonia lunar pronto encuentra fisuras.

Para esto contará con el apoyo de Paul Serno, un detective local que intentará junto a ella mantener la esperanza de alcanzar un futuro mejor.

Lo primero que llama la atención de Moonhaven es su planteamiento estético con el que se invierte la premisa de la relación de la Tierra y la Luna.

Estamos acostumbrados a ver la Luna desde la Tierra, pero en este caso es al contrario y los propios habitantes de la Luna (tres generaciones se han criado allí en un verdadero vergel vegetal) se refieren a ella como el lugar al que se sube, no al que se baja.

Si series como Para toda la humanidad nos han dado una aproximación verosímil a lo que sería una colonia espacial, con los recursos que tenemos a día de hoy o proyectando los que podríamos tener en los próximos años, aquí el salto es exponencial porque de facto en el territorio ocupado de la Luna se ha conseguido crear una atmósfera respirable y criar abundante vegetación.

Pero además, también generar toda una serie de tecnologías que consiguen arreglar problemas arraigados en la Tierra como la contaminación de las aguas, entre otras cosas.

En todo lo que afecta a la puesta en escena y el vestuario, predomina un planteamiento futurista con construcciones en las que se unen formas curvas e inventos curiosos con tejidos y elementos de la naturaleza como el lino, la madera o las hojas. Los grupos suelen ser coloristas y tener algo de hippies.

La producción ha tirado la casa por la ventana para dar con unas claves visuales que provocan extrañamiento pero a la vez son familiares.

Y algo similar sucede con el argumento de Moonhaven. En realidad es una historia en la que se produce una investigación a raíz de un crimen, se buscan pistas y se va tirando del hilo para hallar a los culpables, pero el entorno y las implicaciones, a gran escala, hacen que sea algo bastante peculiar.

En lo que atañe al reparto, destaca la presencia de Dominic Monaghan (Perdidos), pero la verdadera protagonista es Emma McDonald, quien debutó recientemente en 2019 con el primer papel de su carrera interpretativa y aquí soporta con mucho carisma el peso principal de la serie... aun cuando ésta se preocupa de crear un imaginario propio que a veces roza lo ridículo.

La acompañan Joe Manganiello (True Blood), Amara Karan (Doctor Who), Ayelet Zurer (Losing Alice), Kadeem Hardison (Black Monday) y Yazzmin Newell (The Last Tree).

En resumidas cuentas, Moonhaven se merece una oportunidad por ser bastante original y mantener el interés de la audiencia. Veremos si tenemos una segunda temporada con la que seguir indagando en los conflictos que nos proponen. Lo que es desde luego alarmante es que no nos suene raro nada de lo que se vaticina para la Tierra de un futuro no muy distante...