Crítica de Nadie te salvará: una silenciosa invasión alienígena ha aterrizado en Disney+

Apenas resta algo más de un mes para Halloween y ya estamos deseando encontrar buenas películas de terror que nos hagan dar respingos, así que el estreno de Nadie te salvará en Disney+ es un regalo "caído del cielo". Y lo decimos literalmente porque trata sobre una invasión alienígena y sus efectos en un personaje principal brillantemente interpretado por Kaitlyn Dever.

La actriz estadounidense nos ha partido el corazón en diversos proyectos previos como en Creedme o en Dopesick: historia de una adicción, pero el caso es que la comedia tampoco se le da nada mal. Aquí sustenta sobre sus hombros la totalidad del metraje puesto que es la indiscutible protagonista con la dificultad adicional de que solo articula palabra en una ocasión durante los 93 minutos de metraje.

Así que, de entrada, podemos decir que estamos ante una película que es lenguaje cinematográfico puro: la ominosa banda sonora y el ritmo de la acción definen los pasajes narrativos que nunca sueltan al espectador.

Que nadie se llame a engaño y piense que por no tener diálogos es una película aburrida porque nada más lejos: es imposible dejar de mirar la pantalla.

¿De qué trata Nadie te salvará?

La película nos presenta a la solitaria Brynn, una joven aislada cuyo único pasatiempo es el de escribir a su mejor amiga y confeccionar un pequeño e idílico pueblo en miniatura donde todo discurre en paz y armonía, al contrario de lo que vive a diario, dado que tiene una existencia de lo más solitaria.

Sin embargo, su calma se ve perturbada una noche cuando unos ruidos la despiertan. Pronto descubre que su casa está siendo asaltada por seres extraterrestres que tratan de entrar en su hogar, así que se ve obligada a ocultarse, luchar y huir.

La magnitud de lo que sucede supera sus expectativas y pronto descubre que zafarse de las criaturas que la asedian va a ser mucho más difícil de lo que ella hubiera podido pensar en un principio. Está sola y desconoce sus intenciones.

Superar el pasado para poder vivir el presente, sea como sea

Hay varias decisiones creativas bastante audaces en Nadie te salvará. La primera de ellas es la utilizar una invasión alienígena como excusa o metáfora del proceso que necesita atravesar Brynn para poder vivir en paz.

La segunda, ya la hemos señalado: renunciar a los diálogos para dejar que sean las situaciones las que nos comuniquen lo que sucede.

Y esto se apoya en la gran fortaleza de la película que es contar con una actriz muy expresiva. A través de su rostro y su lenguaje corporal pasamos por todo un abanico de sensaciones: temor, asco, ira, , vergüenza, decisión, zozobra, arrepentimiento... Todo un viaje emocional.

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Pero hay otra cuestión que llama poderosamente la atención por inusual: aquí no se nos ocultan los alienígenas hasta llegar al desenlace sino que los vemos casi desde el principio. Hay una apuesta muy honesta a favor de que el espectador sepa lo que está pasando en todo momento y pueda centrarse en la historia de esta mujer, tan "sola ante el peligro".

Lo que conlleva también que haya habido un esfuerzo adicional de diseñarlos para que sean perturbadores, emitiendo sonidos como chasquidos, moviéndose de forma espasmódica y parasitando cuerpos al más puro estilo La invasión de los ultracuerpos. 

En líneas generales, Nadie te salvará es una cinta muy clásica: el uso de la luz, el planteamiento visual, el diseño de producción... hasta el clímax final, algo más psicodélico, metiéndonos en la memoria de Brynn y dando sentido a su sufrimiento (necesario para sobreponerse del pecado que cometió en el pasado), nos remite a toda una tradición de cine de terror que linda con el fantástico.

Solo dos pegas: algún exceso de CGI puntual y el hecho de que no consiga hacernos pasar verdaderamente miedo. La atención consigue cautivarla de principio a fin, pero no es de esas películas que te harán mirar de reojo por la ventana pensando que no estamos solos.