Crítica de Perry Mason temporada 2: HBO Max firma con nota el regreso del famoso abogado

Enfundaros el abrigo largo y el bombín, porque regresamos a Los Ángeles en plena década de la Gran Depresión. El abogado favorito de HBO Max ha regresado: ya tenemos disponible el primer capítulo de Perry Mason en su segunda temporada.

Tras el fulgurante estreno de la primera temporada de la serie, el icónico personaje de las novelas de Erle Stanley Gardner nos ha tenido tres largos años a la espera de esta segunda remesa de capítulos capitaneados por el actor Matthew Rhys. Nos quedamos sin el chiste de «Aquí no hay ni Perry».

Para los neófitos en el personaje, corred a ver la primera temporada. Estamos ante uno de los abogados más famosos de la literatura y la televisión estadounidense, que llegó a cosechar más de 80 novelas, una extremadamente longeva serie interpretada por Raymond Burr y hasta 25 películas.

Y aún con tal legado, lo que HBO Max y Matthew Rhys están consiguiendo para el personaje, es digno de admiración. Buen arranque de año se le está quedando al catálogo con la archicomentada de The Last of Us.

Perry Mason vuelve a ganar

La segunda temporada de la serie recupera el gusto por una ambientación exquisita, rematada por un vestuario y un diseño de producción en los que nos podríamos quedar a vivir. Pero su mayor virtud es la misma que la de su personaje protagonista: la inteligencia.

Mason acaba de separarse de su mujer y los resultados de su defensa en la primera temporada siguen persiguiéndole en sueños... y en la realidad. 

El arranque del primer capítulo nos devuelve a la sala del juicio; miel sobre hojuelas para sus espectadores. Porque, cómo no, en el tribunal es donde mejor se desenvuelve Mason. Donde mejor se desenvuelve el propio Matthew Rhys. 

Y ya el primer capítulo nos ofrecerá un chispazo de lo que nos espera para el resto de la temporada: un volumen actoral maravilloso plagado de remordimientos, con ligeros e impecables destellos de evolución en los ojos de nuestro protagonista.

Sólo necesitaremos un capítulo para verlo caminar por la sala en defensa de un cliente que, para sumar una nueva gota en el vaso, quiere utilizar a Mason como una herramienta de destrucción en la que nuestro abogado detesta convertirse.

El remordimiento perenne, pero aplicado con astucia para que podamos seguir conociendo más sobre uno de los personajes más fascinantes de la cultura estadounidense.

En esa inteligencia narrativa es, a su vez, en la que se van a mover Jack Amiel y Michael Begler para desarrollar la evolución del personaje y su órbita en la segunda temporada de Perry Mason.

La justicia, la homosexualidad y el racismo se convertirán en los temas principales del tormento ético y moral de Perry Mason, ofreciendo esa vuelta de tuerca con la que han reflotado el clásico.

Della Street (Juliet Rylance) pondrá algo de orden como compañera de trabajo de Mason, como también daremos la bienvenida a Ginny Aimes (Katherine Waterston, de Animales Fantásticos) y Anita St. Pierre (Jen Tullock), que entrarán en la temporada para recordar a noveles y veteranos que esta serie promete ser diferente de la original.

Un remake para convertirse en referencia

Hay una grandísima herencia del teatro en la temporada 2 de Perry Mason. Las intervenciones y las relaciones de sus personajes, rematadas por una escenografía tan plástica que estaremos sentados en el sofá, pero a la vez en uno de los asientos tapizados del tribunal.

Perry Mason es una de esas series que, de tapadillo, sigue alimentando el catálogo de una HBO que sigue dando en la clave con sus apuestas narrativas. Un clásico renovado con clase, precisión y una de las series a tener en cuenta para los años que están por venir.