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Crítica de La primera purga: la noche de las bestias

La primera purga
Crítica de La primera purga: la noche de las bestias (The First Purge), la precuela en la que se nos narra cómo comenzaron las purgas de los Nuevos Padres Fundadores de América. En cines a partir del 6 de julio de 2018.

Es muy probable que a pesar de todo lo que nos han contado en The Purge, Anarchyy Election como buen aficionado a las distopías pegadas a la realidad, tengas una curiosidad inmensa por saber cómo empezó todo. Qué puede originar que una sociedad baje a los infiernos al punto de aprobar una medida tan drástica como la institucionalización de una purga anual durante la cual cualquier clase de crimen queda impune. O, lo que es lo mismo, la despenalización puntual de la violencia como vía de escape social.

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En ocasiones precedentes esto nos ha dado pie a especular acerca de la vinculación de esta ficticia práctica con el carnaval, una suerte de alivio tras las imposiciones de la cuaresma, con la que comparte la mascarada y el desenfreno propio de darle rienda suelta a lo dionisiaco. Pero lo cierto es que en la propia película de La primera purga: la noche de las bestias se establece un enlace más directo con el circo romano. Literalmente, los protagonistas se preguntan si serán gladiadores o leones.

Y es cierto: esta cinta tiene mucho de circense, aunque en un sentido negativo. La que estaba llamada a ser la película más explicativa y probablemente por tanto también más política y sesuda de la saga, hace aguas a la media hora de arrancar, incapaz de desarrollar a los personajes que muestra en pantalla con coherencia y, peor aún, consiguiendo ser sonrojante por su escasa verosimilitud y sus traslúcidas intenciones no ya maniqueas como en otras ocasiones, sino más allá de eso, vengativas. ¿Que la Asociación del Rifle se frota las manos con la purga? Lo hará doblemente porque las víctimas se convertirán en verdugos. ¿Y qué diferenciará a unos de otros entonces? 

La primera purga: la noche de las bestias narra cómo una sociedad en crisis apoya a los Nuevos Padres Fundadores de América con un discurso similar al de Donald Trump. "El sueño americano ha muerto", dicen, "Haremos lo posible para que podáis volver a soñar". ¿No os recuerda a eso de "hacer América grande de nuevo"?

Todas las críticas de la saga de La purga (La noche de las bestias)

Sea como fuere, con la excusa de hacer disminuir los índices de criminalidad y los disturbios callejeros, el partido, ya en el poder, lanza la propuesta de la purga anual: un periodo de 12 horas durante las cuales la población puede desatar su ira contra todo y contra todos. Pero antes de poder instaurarla a nivel nacional, deciden hacer una primera prueba en una localidad en particular: Staten Island. ¿Y cómo implicar a la población? Pagando a quienes se queden una recompensa e incentivando aún más la "participación activa" en el evento.

A pesar de estar revestido de cierta dignidad gracias a eufemismos como "experimento sociológico" o "renacer social", lo cierto es que al final la idea que subyace es la de eliminar a la población menos pudiente y por tanto generadora de más gastos para el Estado. Dicho en pocas palabras: eugenesia bajo el paraguas de la xenofobia.

James DeMonaco vuelve a firmar el libreto de esta decepcionante precuela, pero no ha encontrado ni el tono ni el mensaje adecuado para impactar al espectador. La dirección ha recaído en Gerard McMurray, suponiendo un importante paso atrás también en el aspecto visual: el montaje es espantoso, el acabado televisivo y el enfoque muy obsoleto. Y es preocupante: que un traficante de drogas asiduo a las mismas y a la prostitución sea el ejemplo de virtud por encararse al Ku Klux Klan en plan Rambo afroamericano ya dice algo de la facilona (y cutre) catarsis que nos propone La primera purga: la noche de las bestias.

Si esta saga estaba llamada a hacernos pensar sobre los límites de lo prohibido y la naturaleza humana, aquí se arroja a un frenesí de violencia y de estampas deslabazadas con las que se pretende causar impresión (lentillas de colores, siluetas con máscaras como parte del decorado, personajes planos como Skeletor) pero que dan más risa que espanto. Tela marinera las abuelas de los ositos explosivos o el sobón "agarracoños" (y perdón por el palabro, pero no es nuestro, sino parte de una de las líneas de diálogo de esta desesperante película). Se tira de cabeza al survival horror sin picardía ni sentido del humor alguno y todo al ritmo de la insufrible y machacona banda sonora compuesta por Kevin Lax.

Apenas añade información a lo que ya sabíamos y para mayor escarnio reivindica la violencia de los oprimidos socialmente: tiene un mensaje del todo contradictorio que pervierte la idea original. De las interpretaciones, mejor no hablar... Marisa Tomei andaba por allí, aunque es difícil saber si tardó más de una jornada en rodar su papel y resto trata de defender su parcela con mayor o menor éxito, pero en su defensa hay que decir que tienen poco a lo que agarrarse.

Solo nos queda esperar que la serie de La purga, en la que al parecer se explorarán los días de normalidad anteriores y posteriores a estos festines de violencia, consiga devolverle algo de cerebro a la franquicia, que si no nos ofrece un nuevo episodio cinematográfico desde luego se va a despedir por la puerta de atrás. Entre tanto, dieta detox para purgar esta prescindible película de nuestras mentes.

VALORACIÓN:

La precuela de La noche de las bestias (La purga) pierde una oportunidad preciosa de ahondar en las razones que pueden llevar a una sociedad a adoptar medidas tan descabelladas como las que propone la saga.

LO MEJOR:

Por rescatar algo, el arranque de la película: va de mejor a peor y de peor a fatal.

LO PEOR:

Involuntariamente cómica, desastrosa a nivel argumental y con un montaje que hace aguas. Los personajes ni conmueven ni se sostienen. Un despropósito.
Hobby

45

Malo

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