Crítica de Reacher temporada 2: El mejor regalo de Prime Video de esta Navidad es una serie de acción

Alan Richton, una suerte de Atlas encarnado que bien podría llevar el peso del mundo sobre sus fornidas espaldas, regresa al papel de Jack Reacher en la segunda temporada de la serie, estrenada en Prime Video el pasado viernes 15 de diciembre.

Para los ávidos espectadores en busca de una ficción bien aprovisionada de acción y encuentros cuerpo a cuerpo, no hay un regalo mejor en el catálogo de la plataforma, pero es que además esta nueva tanda de episodios aumenta la apuesta mostrando a un equipo cohesionado y una trama que atrapa desde el comienzo.

Ya están disponibles los tres primeros de Reacher 2: Cajero automático, Lo que pasa en Atlactic City y Una imagen vale más que mil palabras. El resto irán llegando por goteo a razón de uno nuevo cada semana hasta que se complete la emisión con el octavo el próximo viernes 19 de enero.

Punto de partida: un cadáver

El que fuera en su día comandante de la Unidad 110 de Investigaciones Especiales de la Policía Militar de los Estados Unidos vive al margen de la sociedad casi como un vagabundo, con apenas lo indispensable a cuestas, moviéndose en transporte público y tratando de pasar desapercibido.

Es un tipo "que no busca problemas", tal y como se define a sí mismo, pero no que duda en sacar los puños a pasear para ayudar a los demás. Es un justiciero errante con alma de antihéroe.

Un mensaje lo pone en alerta: uno de los miembros de su antiguo grupo ha aparecido muerto de la forma más inhumana posible. Su cuerpo fue arrojado de un helicóptero a una zona boscosa recóndita y ahora es el momento de reunirse con los demás para tratar de comprender por qué y si los demás también están en peligro.

Su misión, más personal que nunca, va a ser resolver este misterio tirando del hilo y del talento innato para reunir pistas para la cual será imprescindible Frances Neagley.

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La temporada 2 de Reacher está basada en el undécimo libro de la saga escrita por Lee Child, titulado Mala suerte, publicado en 2007.

Pero, ¿esta serie merece el tiempo? ¿Es imprescindible haber visto la primera para poder seguir la trama? ¿Dejará satisfechos a quienes buscan ese regustillo noventero de las pelis y series de acción que tanto nos han marcado? Las respuestas rápidas a estas preguntas son: sí, no y sí de nuevo.

Y ahora desarrollamos los por qués: se gana a pulso la etiqueta de notable porque sabe implicar a los espectadores emocionalmente más rápido que la primera temporada y pierde menos el tiempo. Uno de sus puntos fuertes, como es de esperar, es la acción, más trepidante en esta ocasión pero sobre todo más sobrecogedora porque los personajes le importarán más a la audiencia.

El toque nostálgico lo pone el propio punto de vista de la serie, que a fin de cuentas lo que busca es la impartición de cierta justicia y una banda sonora que no puede evitar calzar de cuando en cuando un momento videoclipero con las coreografías, orquestadas con esmero (buena playlist). No negaremos que funciona, pero también que es un recurso del que se echa mano con demasiada frecuencia.

A quienes les gustara la primera temporada de Reacher, van a resultar igual de entretenida la segunda. Quienes no le prestaran mucha atención, puede que se enganchen mejor al personaje tirando directamente de esta segunda temporada, que encuentra el tono antes y humaniza más al protagonista, que podía llegar a caer antipático por ser demasiado sobrado.

A chulería no le gana nadie, eso sí, así que sus frases engoladas para disuadir a quienes pretenden enfrentarse a él van a seguir ahí... solo que esta vez la audiencia estará más que nunca de su lado. 

Richton (que se rumorea que podría ser el próximo Batman) cuenta con un físico imponente pero se nota que el showrunner Nick Santora ha querido darle más profundidad a su personaje de modo que es más fácil empatizar con él y sus compañeros. De modo tal que, en conclusión, estamos ante una de las series más recomendables del mes. Al menos para quienes disfrutamos de los leñazos.