Crítica de Salvaje, con Russell Crowe en el papel de depredador

Los que hemos crecido reverenciando el trabajo de Russell Crowe en Gladiator no podríamos haber siquiera llegado a imaginar que veríamos a "Máximo Décimo Meridio, Comandante de los Ejércitos del norte, General de las Legiones Fénix, leal servidor del verdadero emperador Marco Aurelio" encarnando a un personaje principal como el que propone Salvaje.

A lo largo de la cinta no llegamos ni siquiera a conocer su nombre, ni falta que hace, puesto que hablan por él sus actos. El efectista y perturbador guión de Carl Ellsworth (La última casa de la izquierda), nos lleva a presentárnoslo en un momento de furia que marca desde el mismo inicio la percepción que tenemos de él: es un depredador y ha perdido completamente la chaveta. Y es el que el título de la película en su versión original es más preciso que el que le han dado en castellano: "Unhinged" significa "desquiciado", así que no, no estamos solo ante una persona "bruta" o presa de un rapto repentino de "ira en la carretera" sino ante una persona fuera de sus cabales, completamente enajenada para la que la vida no tiene ningún sentido y que por tanto actúa de forma sobrecogedora.

Los créditos iniciales tratan de asociar esa situación particular y ficticia (aunque no ajena a los titulares de sucesos de cualquier mañana) con los por qués derivados de la realidad colectiva. En Estados Unidos, donde el coche es una herramienta imprescindible y la jungla de asfalto es el caldo de cultivo perfecto para la violencia que producen cientos desplazamientos masivos diarios hay además otras circunstancias preocupantes para agravar la ecuación, como la facilidad para acceder a las armas, los reducidos recursos destinados a la sanidad y la policía o el sostenido aumento de las desigualdades sociales.

Rachel Hunter, es una mujer recientemente divorciada que, mientras está llevando a su hijo Kyle al instituto, tiene un ligero altercado con un conductor. En vista de que no mueve su vehículo en un semáforo y que lleva mucho retraso por culpa del atasco matinal de cada día, toca el claxon para obligarlo a moverse. Lo que Rachel no sabe es que es un hombre que se ha dado a la fuga tras asesinar a su expareja y su compañero sentimental y quemar su casa hasta los cimientos.

El desconocido demanda una disculpa, y cuando Rachel se niega, sorprendida por su actitud descarada, las cosas comienzan a escalar, con el desconocido persiguiendo y acosando a la familia y a sus conocidos sin descanso hasta convertir su vida en una auténtica pesadilla.

El guión de Salvaje tiene dos componentes que hace que sea imposible que se rebaje el nivel de tensión ni un solo segundo: es ingenioso y es terrorífico. 

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La fisicidad del ahora orondo Russell Crowe se pone al servicio de su inquietante papel, como ya hiciera en la serie La voz más alta (The Loudest Voice) en la que dio vida al magnate de la comunicación y depredador sexual Roger Ailes. Y Derrick Borte, desde la dirección, fuerza aún más la desigual pelea que mantiene con la protagonista forzando tiros de cámara y sabiendo jugar con las perspectivas y las expectativas de los espectadores.

Crowe es grande, su vehículo alto y rugiente también y parece ir siempre dos pasos por delante de su víctima adelantándose a sus movimientos e inmiscuyéndose en su vida privada. A continuación os mostramos una entrevista con el actor en el que habla de la falta de escrúpulos de su personaje y la reticencia inicial a interpretar su papel:

La audiencia se sorprenderá de la forma en la que una trama bastante sencilla, hace que se le eleven las pulsaciones porque resulta realmente inquietante pararse a pensar quién va a tu lado conduciendo, en apariencia con la mayor tranquilidad.

Ese desasosiego e incomodidad de que lo inconcebible se cuele en lo cotidiano, es lo que resulta más pavoroso, por encima incluso de las barbaridades que vemos hacer a esta bestia parda desatada.

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ATENCIÓN: Este artículo trata sobre cine gore y pasado de roscas, desde ya recomendamos que la gente delicada o aprensiva deje de leer...

¿Te atreves?

Es fácil identificarse con las personas a las que acosa, porque ellas no comenten en sí ningún agravio que llegue de forma remota a justificar sus desproporcionadísimos actos. Por cierto, le dan la réplica a Crowe una correctísima Caren Pistorius (Mortal Engines) y el carismático Gabriel Bateman al que hemos visto antes en películas como Nunca apagues la luzy Muñeco diabólico y que está rodando ya la serie de La costa de los mosquitos para Apple TV+.

Pero es sobre todo más inquietante en la medida en la que nos lleva a pensar de dónde salen estos monstruos y cómo estamos alimentando un modo de vida que favorece su proliferación... la ficción lo lleva todo al extremo y puede que no haya tantos casos exagerados, pero asustan las estadísticas de altercados en la carretera y el aumento de la violencia cuando se abre como una espita a través de la cual descargar la frustración. Al menos en la era pre-COVID. Veremos si sacamos alguna enseñanza de lo que estamos viviendo y somos capaces de ponernos la vida algo más fácil.