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Crítica sin spoilers de Star Wars 8: Los últimos Jedi

Star Wars VIII
Crítica del Episodio VIII de Star Wars: Los últimos Jedi, la película de Rian Johnson con Daisy Ridley, John Boyega, Adam Driver, Mark Hamill, Carrie Fisher. En cines a partir del 15 de diciembre de 2017.

Rian Johnson ha dado la vuelta a la nueva saga de Star Wars como si fuera un calcetín. Sin lugar a dudas, ha sido muy consciente en su trabajo de escritura de guión de las críticas que recibió Star Wars VII: el despertar de la Fuerza hace dos años. Fueron muchos los fans de la saga que sentían que los homenajes y la estructura paralela a La guerra de las galaxias del 77 enturbiaban el factor sorpresa de la película, de modo tal que Star Wars VIII: los últimos Jedi aplica constantes giros de guión que nos llevan de descubrimiento en descubrimiento.

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Puede decirse que han dado al director de Looper manga ancha para hacer lo que le ha dado la gana y ha explotado esta premisa hasta sus últimas consecuencias: con errores y aciertos pero ejecutando, en cualquier caso, un espectáculo de primer nivel que en suma satisfará a la mayoría del público y le brindará una aventura galáctica muy emocionante y divertida.

En lo que se refiere a lo visual, este Episodio 8 de Star Wars es un festín fabuloso con secuencias de acción memorables (muchas y de toda índole: galácticas, corales, en tierra, duelos con sables láser y enfrentamientos varios incluyendo a la guardia roja de Snoke y sus nuevas e imaginativas armas) y planos dignos de ser enmarcados que llaman a nuestra nostalgia, que sintonizan también con nuestro sentimiento de pérdida de la actriz Carrie Fisher pero que no se mueven solo en el terreno de lo emocional. Hay innovación, hay mucha fantasía (en algunos momentos quizás demasiada) pero también hay llamadas a la memoria de los warsies que en determinados momentos recordarán a El imperio contraataca. Se plantean conceptos similares, pero se resuelven de formas muy distintas.

El calificativo que ha venido a la mente en repetidas ocasiones a lo largo del visionado de Star Wars VIII: los últimos jedi es el de iconoclasta. Gran parte de la solemnidad y el calado que le habían impreso Kasdan y Abrams al Episodio VII es dinamitado desde la primera secuencia, que resuelve de forma totalmente inesperada el cliffhanger que nos había acompañado durante estos dos años y esa es en buena medida la tónica de los dos primeros tercios de la película. 

El guión tiene sus altibajos en el desarrollo del metraje con un exceso de humor y el desaprovechamiento de varios personajes sobre los que habían recaído muchas expectativas, además de que encontramos tramos puntuales que resultan por completo accesorios y no terminan de ayudar a componer un relato redondo y bien cerrado. Hablo sobre todo de la forma en la que el libreto se dispersa hasta llevar a nuestros protagonistas hasta Canto Bight, por ejemplo. 

Star Wars VIII: los últimos jedi es una película que va de menos a más y que brilla con luz propia en su último tercio gracias al hecho de que desarrolla a muchos personajes secundarios. No escapa a ciertos tópicos del cine de entretenimiento y aventuras como los rescates en el último instante, las heroicidades individuales y hasta la introducción de un trío amoroso que no funciona demasiado bien, pero sí que sabe explotar a la perfección el amor de los seguidores de la franquicia a sus símbolos y a sus personajes fetiche. 

Respecto a las interpretaciones, creo que habrá un consenso en la crítica respecto al maravilloso trabajo de Mark Hamill, que se entrega en cuerpo y alma al papel de Luke Skywalker. Y eso a pesar de haber mostrado su reticencia respecto al guión e incluso haber puesto sobre la mesa sus propias ideas acerca de lo que él creía que podría haberle sucedido a su personaje. De hecho le habría gustado que se siguiera el boceto de George Lucas para esta nueva trilogía, pero como uno de los personajes del Episodio VIII verbaliza "es hora de dar paso a lo nuevo".

Sobre Carrie Fisher no se puede ni siquiera entrar en valoraciones porque es y será siempre ya la líder de la Resistencia Leia. Y sí que tengo un pero respecto a Snoke: no por el trabajo de la captura de movimiento de Andy Serkis sino más bien por el exceso de CGI del personaje. Ojo también a Poe Dameron, interpretado por Oscar Isaac, que gana protagonismo y se convierte en la personificación de esa nueva línea de guión en la que los personajes tienen muchas más aristas.

Hay bastantes novedades en el elenco: Kelly Marie Tran como Rose Tico, Laura Dern como Amilyn Holdo o Benicio del Toro en un rol que os dejo que descubráis por vosotros mismos. Estos dos últimos funcionan mucho mejor que la primera y dan mucho más juego también gracias a los quiebros del guión. A los seguidores de The Leftovers os hará gracia el cameo de Justin Theroux, el protagonista de la serie y es probable que descubramos algunos más cuando sepamos quiénes se han vestido de stormtroopers además de que podemos escuchar la voz de Joseph Gordon Levitt.

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La película es, posiblemente, la que maneja a un mayor número de personajes en igualdad de condiciones. Sí, la protagonista es Rey, pero todos los personajes tienen mucho que aportar. Esto provoca que la narrativa se mueva por una cuerda floja de la que penden momentos cruciales en la trama (y en el devenir de la saga) cuya percepción, en ocasiones, depende más de nuestra confianza en lo que pueda traer el Episodio IX que en lo que se nos cuenta de forma fehaciente.

Por supuesto, hay que destacar la maravillosa banda sonora de John Williams en uno de sus trabajos más inspirados que convierte pasajes de por sí hermosísimos (fotografiados con una exquisitez sublime por Steve Yedlin) en una deliciosa combinación de imágenes y acordes musicales que siendo familiares van un poco más allá.

Rian Johnson firma una película que hará las delicias del público, que es lo suficientemente inteligente como para sorprender de formas muy inesperadas y que incluye incluso elementos novedosos y fantásticos nunca vistos antes en el universo de Star Wars. El cambio de registro es tan grande, que me resulta imposible concebir cómo el Episodio IX podrá recoger el guante para cerrar esta trilogía, pero algo está muy claro y es que TODO ES POSIBLE. Los últimos Jedi no es la mejor película de Star Wars, pero sí que tiene todo lo necesario para explorar nuevos caminos y estoy segura de que es la razón por la que Disney le ha dado las llaves del reino a Johnson para que expanda su visión en tres películas más que se desenvuelvan al margen del apellido Skywalker.

Abrams cimentó una sólida base, Johnson ha jugado a desestabilizar un poco la estructura con el fin de hacerla crecer por vías nuevas y si se aúnan las fortalezas de ambos puede que veamos la película más redonda de la saga que pueda concebirse en 2019: el talento, la experiencia, la técnica y el corazón de los fans están en sus manos ya.

VALORACIÓN:

El episodio VIII da un giro de 180 grados en lo que al tono se refiere: mucho menos solemne que el Episodio VII y más ligera en su desarrollo. Ofrece numerosas sorpresas al espectador.

LO MEJOR:

Hamill ofrece una interpretación memorable y la película, más dirigida en esta ocasión al público joven, ofrece un espectáculo cuajado de momentazos.

LO PEOR:

La duración del metraje es excesiva y las concesiones de índole fantástica son abundantes, incluso en detrimento de la lógica narrativa.
Hobby

80

Muy bueno

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